El cardenal Jaime Ortega consideró "un absurdo histórico, un pecado patriótico" que se quiera identificar al orisha Ochún con la Virgen de la Caridad del Cobre, y cargó contra la pieza Afrodita, ¡oh, espejo!, de la coreógrafa Rosario Cárdenas, así como contra la prensa oficial, por la propaganda que ha hecho de la obra.
"Que los pobres esclavos hayan sincretizado así su orisha es comprensible. Todo se comprende cuando la violencia de la opresión pone al ser humano en condiciones inhumanas de destierro y esclavitud. Que después estas creencias ancestrales, sincretizadas aquí, se hayan difundido al pueblo cubano en general, sobre todo en la segunda mitad del siglo pasado y hasta nuestros días, es poco afortunado y a menudo penoso", escribió Ortega en una carta que publica Palabra Nueva.
Culpa de este fenómeno a un marcado "folclorismo de 'lo cubano', que abarca también otros ámbitos de la vida nacional, y en el cual se le ha dado a la santería un papel protagónico, teniendo al turismo como espectador y consumidor privilegiado".
Opinó, además, que de la mano de esto van "intereses económicos espurios de quienes son capaces de crear modas a partir de la droga, del tatuaje, del uso de objetos metálicos incrustados en el cuerpo humano, de collares, de pulsos" y criticó que todo eso "puede ser utilizado como negocio, desde la cría de chivos para sacrificios rituales, hasta la venta de paraguas blancos".
Para el prelado, "resulta inadmisible" que la autora, coreógrafa y directora de la obra "diga ante las cámaras de televisión que la danza presenta las pasiones desatadas entre Changó y nuestra Patrona por cuestiones de celos".
Consideró que es una "legitimación del absurdo" en un "camino emprendido hacia el primitivismo".
"(…)Ni por razones propias de la fe cristiana, ni por razones de similitudes teológicas inexistentes, ni por razones históricas, la advocación de la Virgen de la Caridad, que hace presente a la Virgen María, modelo de amor puro, de Virgen y de Madre, puede ser comparada con el orisha Ochún, que es diosa de pasiones sexuales", cuestionó.
Añadió que es "comprensible la confusión en aquellos pobres africanos esclavizados, pero no es admisible en un cubano culto del siglo XXI, aún menos para difundirlo de ese modo, con el título con que nuestro pueblo y el Papa Benedicto XV la han honrado: Patrona de Cuba".
"Si se quiere homenajear por simpatía religiosa, por gustos artísticos o por entrar en la corriente folclorista a la moda, al orisha Ochún, eso depende de la decisión y el gusto de un autor, pero no se identifique a este ente mágico con la Patrona de Cuba, lo cual constituye, además de un absurdo histórico, un pecado patriótico", concluyó.
Afrodita, ¡oh, espejo! se estrenó el pasado 29 de septiembre en la Sala García Lorca del Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso.
Una especialista del Consejo Nacional de las Artes Escénicas definió la obra en el diario oficial Granma como "un hermoso catálogo de imágenes repleto de tejidos universales", donde se entrecruzan Afrodita y Ochún.
Rosario Cárdenas, Premio Nacional de Danza 2013, profesora de danza moderna y folclore, retomó en esta última pieza imágenes eróticas, que han caracterizado su obra, con dúos femeninos y masculinos, para luego mostrar una "mezcla despiadada", donde se borran las fronteras de género.