Uno de los estándares internacionales que existen para medir que unas elecciones sean verdaderamente democráticas se refiere a la cobertura periodística "precisa, justa y equitativa".
Específicamente, plantea que "los medios de comunicación estatales deben proporcionar un medio a través del cuál las y los candidatos puedan comunicarse con el electorado, y deben estar obligados a cubrir de manera precisa, justa y equitativa todas las candidaturas".
Ante dicho estándar y a las puertas de las "elecciones parciales" en Cuba, es importante constatar que la cobertura ofrecida por los medios de comunicación oficiales cubanos no tiene esas características.
Para comenzar, las próximas "elecciones" en Cuba (tanto las parciales del 22 de octubre como las generales de 2018) son sin duda históricas, por ser las primeras sin la presencia del fallecido Fidel Castro. Los medios oficiales cubanos constantemente apuntan este hecho.
Sin embargo, han ignorado olímpicamente otro hecho que también marca un hito: decenas de ciudadanos y ciudadanas no afines al Gobierno ni al Partido Comunista se postulan para representar al pueblo como delegados a las Asambleas Municipales del Poder Popular.
Históricamente la disidencia cubana ha preferido mantenerse al margen de los "procesos electorales", excepto aisladas excepciones. Muchos cubanos han preferido no votar como expresión de inconformidad ante unas elecciones diseñadas para mantener un sistema y a un pequeño grupo político en el poder.
Las plataformas Candidatos por el Cambio (CxC) y #Otro18, aunque con algunas diferencias de enfoque, tienen en común el actuar de acuerdo a los derechos reconocidos por la Constitución y la Ley Electoral.
Pese a que el intento de ciudadanos impulsados por dichas plataformas de buscar su candidatura y posteriormente su elección como delegados de circunscripción, puede leerse como una legitimación del sistema electoral cubano (lo que genera críticas por parte de otros grupos opositores), los medios oficiales cubanos han preferido obviar su existencia.
Por otro lado, estos medios intentan constantemente sembrar en los ciudadanos la falsa (por apartarse de lo reflejado en la Constitución y la Ley Electoral) idea de que al nominar a los candidatos y elegir a los delegados deben dar continuidad al pensamiento de Fidel Castro y a la Revolución.
El artículo "Elecciones dignas del ejemplo y la obra de Fidel", firmado por Eduardo Palomares Calderón y publicado en Granma el 1 de septiembre, muestra, desde el título, cómo se intenta dirigir el pensamiento y el voto de los electores cubanos de acuerdo a los intereses del grupo en el poder por casi 60 años.
El autor cita al primer secretario del Partido en Santiago de Cuba, quien sostiene: "... y en la medida que estén integradas (las Asambleas Municipales del Poder Popular) por los mejores y más capaces, será superior la continuidad del pensamiento y la acción de Fidel".
¿Y quién garantiza esa "continuidad"? Aquellos candidatos y candidatas identificados con el Gobierno y el Partido Comunista.
¿Pero eso significa que son los mejores? ¿Deben los electores cubanos votar por quien mejor los represente o por quien garantice "la continuidad del pensamiento y la acción de Fidel"?
¿En alguna parte de la Ley Electoral se establece como requisito para ser electo, garantizar la continuidad del pensamiento y la acción de alguien?
¿Entre los deberes y las obligaciones de los delegados, reflejados en la página web del Parlamento Cubano, se incluye el de garantizar la continuidad del pensamiento y la acción de alguien?
La respuesta a todas esas preguntas es "no".
Por otra parte, en el artículo titulado "El barrio se activa y rejuvenece", de Ortelio González Martínez, publicado por Granma el 17 de agosto, se hablaba más de los barrio-debates con protagonismo de los CDR, el respaldo al pensamiento de Fidel Castro, la creación de los destacamentos juveniles IX Congreso de los CDR (canteras de la UJC o el Partido), que de las "elecciones".
Justamente la propaganda y la exhortación a garantizar la continuidad del pensamiento de Fidel Castro y de la Revolución, presente en varios artículos publicados en Granma, y el más sutil llamado a los campesinos a recordar cuánto supuestamente deben a la Revolución ("Ya está en marcha el proceso de nominación de candidatos a delegados", 6 de septiembre), demuestran que los medios oficiales cubanos son conscientes de que este año las elecciones parciales son diferentes.
Granma es el órgano oficial del Partido Comunista, no se puede esperar de este periódico una cobertura precisa, justa y equitativa del proceso electoral cubano. ¿Podemos esperarla de algún otro medio oficial cubano? Resulta casi imposible ya que, según el Artículo 5 de la Constitución, "El Partido Comunista (...) es la fuerza dirigente superior de la sociedad y el Estado...".
Pero el pueblo tiene derecho a una cobertura precisa, justa y equitativa, como establece el estándar internacional. Tal cobertura es la garantía de contar, sin interferencia, con toda la información necesaria para decidir por quién votar. Por ello, y en consonancia con el Artículo 19 de la Declaración Universal de Derechos Humanos (de la que el Estado Cubano es signatario) sobre Libertad de Expresión y Opinión, que incluye el derecho al libre acceso a la información, el Gobierno no debería impedir ni obstaculizar el acceso del pueblo cubano a ningún medio ni a ninguna información sobre el actual "proceso electoral".