Al comenzar el verano, los reclutas del Servicio Militar Obligatorio son formados y se les felicita por el inicio del mismo. Se les informa que ahora la gente está descansando después de muchos meses de trabajo. Afuera, en "la civil", se estarán organizando varios eventos para que el pueblo pase unas "vacaciones agradables", pero es algo que no les corresponde a ellos. Los militares no descansan, y ellos son militares.
La mayoría de los jóvenes piensa lo contrario. Durante la etapa estival las fugas y "enfermedades" se convierten en eventos masivos.
Legalmente, cada recluta debe tener diez días de vacaciones cada seis meses. Fuera de estos días, lo normal es el pase fijado por la orden 014, un día a la semana y un fin de semana al mes. Esto hace que de los 365 días del año los reclutas cubanos cuenten con 92 días de descanso. Pese a ello, el proceso para otorgar las vacaciones cada seis meses se vuelve bastante complicado y muy pocos pueden recibirlas en el plazo correspondiente.
Yordano, recluta de 18 años, comenta: "¿Las vacaciones que me tocan por las FAR? Imagínate que ya llevo un año y tres meses en el servicio, me deben dos vacaciones. Siempre es algo distinto. En primer lugar, no pueden dejar que todo el mundo salga de vacaciones al mismo tiempo; eso lo entiendo hasta cierto punto, pero no me interesa porque yo estoy aquí obligado. Empieza la desgracia, porque siempre está uno que le cae mejor al jefe que tú y sale primero. Después que, como ellos mismos te dicen, no se hacen planes porque siempre puede aparecer algo urgente. En mis segundas vacaciones, que vendrían siendo las primeras, ya estaba vestido y listo para irme. ¿Qué paso? Llegó una visita que encontró un montón de cosas mal y nos acuartelaron un mes entero. Nada, que me embarqué. Ahora no quieren dármelas, pero yo no soy ningún singao, así que en cuanto salga de pase me quedo en mi casa todo un mes y después que me metan preso".
Aunque las fugas son algo común, durante los meses de verano se vuelven mucho más osadas. La oficialidad de las unidades militares trata de echar mano a todo tipo de recursos para evitarlo. Las medidas pueden ir desde la amenaza y la coacción hasta los arreglos "entre amigos".
Ismael, recluta de 20 años, dice: "Se ponen del carajo en esta unidad (los oficiales). Cada vez que llegan las vacaciones quieren meterte preso por cualquier cosa. Saben que la gente se sulfata (desespera) y están buscando a cualquiera para dar el ejemplo. Ellos mismos te lo dicen que te cuides, porque en el Seis (prisión militar) hace tremendo calor en verano. Es como si quisieran ponerte a trabajar más que nunca. Mira lo que me pasó a mí. Estaba de guardia y mi relevo se fugó para su casa así que tuve que hacerla entera. Al otro día salgo de la posta y no me dan pase porque tienen mucha gente fugada. Después pienso que por lo menos me dejarán dormir, pero a la hora de acostarme me dicen que tengo que chapear. Me puse a discutir con el teniente y el tipo diciéndome que estaba insubordinado, que si no chapeaba me iba a meter preso. La historia corta: le dije que me iba a chapear y en cuanto dio la espalda vine para mi casa. Después, que me coma el león".
Aquellos reclutas que tienen "buenas relaciones" con sus superiores logran arreglárselas mejor.
Julio, recluta de 19 años, cuenta: "Por lo menos en mi unidad tenemos un jefe que está pasando tremenda hambre, que es lo que se merecen los singaos estos. Yo siempre le hago su regalito, un paquete de pollo, algo de dinero. Así que cada vez que le toca quedarse de guardia en la unidad deja que me vaya para mi casa. Así es como he podido ir a la playa y salir con la jeva. Pero siempre aparece un envidioso que quiere dichavar (exponer) la jugada; me he tenido que fajar como dos veces. Para que tú veas lo que hacen las FAR, fajándome por un hombre, tremendo descaro".
Algunas unidades, en cambio, deciden llegar a un arreglo con sus soldados.
Esteban, otro recluta, comenta: "En mi unidad es tremendo relajo. Imagínate que con tal que la gente no se les escape organizan salidas 'por el dos'. Nos sacan a la playa o se levantan un día y te dicen que no hay trabajo. Todo para que la gente no se escape en masa".
Algunas unidades militares sufren una variante de estas "excursiones autorizadas".
Yordano comenta: "Aquí sí nos la comimos. Fue a principios de julio. Imagínate que eran como las 4:00 pm y estábamos hasta la coronilla, uno es joven. Nos fugamos en masa cerca de 30 soldados, casi todos los que estábamos en la unidad. Todo el mundo para la playa. Cuando regresamos, el oficial de guardia estaba al borde del infarto, pero no pasó nada. A ellos no les conviene que esas cosas se sepan".
Aunque por un acto de esta índole los soldados pudieran ser encarcelados, también la oficialidad sufriría represalias por no poder controlarlos. Debido a esto, muchas de estas fugas masivas no se reportan, para evitar el escándalo.
Conjuntivitis para las vacaciones
Durante este verano la conjuntivitis se ha expandido y algunas de las unidades de la capital presentan brotes bastante grandes, según confirman fuentes de la Región Militar Habana. Aquellos soldados que prefieren no correr el riesgo que implicaría la fuga, optan por fingir alguna enfermedad. Si esta es potencialmente contagiosa, mucho mejor, ya que les permite salir de las unidades.
Armando es uno de los que ha utilizado una planta conocida como tijereta para fingir la conjuntivitis. Un par de gotas de la semilla de esta planta sobre los ojos y se hace la magia. Comenta: "Mira, esto es un 'batazo'. Los ojos se te ponen en candela. Los médicos no notan la diferencia, y eso que son militares, que siempre están por joder. Después que me diagnosticaron me dieron 15 días de rebaja, que yo pienso alargar a un mes. Así que gracias a esa matica ya estoy de vacaciones".
Afortunadamente para Armando él fue uno de los primeros en usar la planta. El brote que sospechosamente coincidía con las vacaciones provocó una mirada más atenta por parte del personal médico. Finalmente, pocos lograron escapar a sus casas. No obstante, se decidió no tomar ninguna acción oficial por el escándalo que esto supondría.
Un mayor de las FAR dio su visión del asunto: "Es algo que parece una chiquillada, pero tiene su punto. Imagínate que en algunas unidades fue llegar julio y la mitad de los soldados tenía conjuntivitis. Al final, nos enteramos de que era con una mata que provocaba la reacción alérgica. Pero eso sería un desprestigio tremendo reconocerlo. Que en Cuba los soldados quieren estar de vacaciones, que no les importa si dejan las unidades paradas".
Los soldados siguen siendo diagnosticados, aunque ahora se les envía a una unidad médica ubicada en la localidad de Managua.
Humberto, de 19 años, pasó un tiempo en esa unidad: "Estuve cerca de una semana. Al final casi me botaron, porque había demasiada gente y seguían llegando. Muchos dicen que prefieren quedarse en las unidades que estar hospitalizados. Por mi parte, me parece mejor pasarme una semana durmiendo tranquilo y sin disparar un chícharo, que a fin de cuentas estamos de vacaciones. En cuanto llegue a la unidad me busco otra mata de tijereta y a descansar de nuevo. Todo muy disciplinadamente, nadie puede decir que me estuve fugando, estoy enfermo".
Ante la avalancha de soldados ingresados, los oficiales de algunas unidades han decido tomar cartas en el asunto podando las matas de tijereta cercanas. Esto no tiene el resultado esperado; los reclutas aseguran poder lograr los mismos efectos con zumo de limón. En otras, los oficiales van un poco más lejos y deciden dar un escarmiento a los "habilidosos". Fuentes internas confirman que al menos seis reclutas de la unidad militar 2.642 han sido enviados al famoso Seis (centro de retención donde recluyen a los reclutas) a causa de la conjuntivitis. Con esta medida tratan de evitar que sus compañeros los emulen. Los soldados pudieran haber sido encausados bajo la premisa de que su acción atentaba contra el orden interno de las unidades.
"Uno está sulfatado todo el año", reconoce Julio, "pero cuando llegan las vacaciones te alteras más. Porque sabes que 'la civil' está llena de jevitas en la playa y cerveza fría en las discotecas. Aquí adentro es la misma mierda de siempre: mira el noticiero, limpia fusiles, chapea. Eso no es vida. Para mí, todo el que se fuga en las vacaciones está bien, uno entró al servicio obligado. Así que es como tomarse la justicia por su propia mano".