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Cuba en verano

Qué ricos los hoteles, pero no te tocan

Apenas un 4% de la población cubana genera ingresos para acceder a las ofertas del turismo nacional de primera categoría.

La Habana

Esta temporada veraniega el turismo nacional de primera categoría es una de las opciones que tienen las familias cubanas. Desde 2008, las llamadas reformas por parte del Gobierno abrieron las puertas de la industria del ocio de primera calidad al mercado nacional.                                        

Las prohibiciones de alojarse en un hotel ya no están, por lo que en este verano los cubanos pueden disfrutar de alojamientos en hoteles, cayos, condominios, villas, piscinas, ir a restaurantes de lujo... Opciones que una vez solo estuvieron destinadas a turistas extranjeros hoy están al alcance de todos.

Ahora, para pasar un buen fin de semana en alguno de estos lugares, necesitas gastar el salario completo de varios meses. Los costos para acceder a estas instalaciones, sus servicios y el consumo son catalogados de abusivos para la economía de un ciudadano cubanopromedio.        

Para acceder a un hotel o una villa el costo por persona supera los 100 CUC por un fin de semana en los llamados "todo incluido". Un viaje a un cayo sobrepasa los 400 CUC, según las ofertas disponibles en todo el país.

Los hostales oscilan sobre los 150 CUC por 72 horas. Las casas en las playas en ofertas gubernamentales tienen un costo de unos 30 dólares diarios.                  

"A principios de mayo, una semana después de haberse iniciado el proceso de reservaciones se habían agotado las capacidades en las casas en la playa", comentó una trabajadora de la sucursal de Cubanacán, en Calzada entre K y J en El Vedado. 

"Este verano hemos visto un aumento en las reservaciones, en comparación con el 2016, aunque prácticamente no han aumentado las capacidades de alojamiento", añadió la fuente.

Datos oficiales estiman que más de 61.000 capacidades de alojamiento en todo el país están destinadas para turistas extranjeros y nacionales en este verano.       

Las cifras también destacan que en el primer semestre del año la entrada de turismo internacional se aceleró en un 11% sin incrementos significativos en las capacidades de alojamiento.

Los grupos de la industria hotelera Meliá Cohiba, Cubanacán y Gaviota buscan seducir al mercado interno con ofertas diferenciadas que, si bien merman en calidad y categoría con respecto al precio natural, son ofertas tentadoras para muchos.

En Varadero, la meca del turismo en la Isla, diez hoteles están destinados para el turismo nacional a través de los paquetes outlets, una versión comercial con ventajas económicas conocidas popularmente como "todo incluido".  

"La demanda ha crecido este año, muchos extranjeros principalmente cubanos residentes en los Estados Unidos, que son los que más nos visitan en esta temporada, han optado por reservaciones hoteleras para pasarlo con sus familias",  comenta Grisel, una trabajadora de la sucursal de Cubanacán. 

Según Maricela Hernández Prieto, comercial de una de las oficinas de la cadena Islazul, el diseño oferta-precios para el turismo nacional se basa en la "evolución económica" que experimentan los cubanos, desde que en 2010 el Gobierno permitiera la apertura de nuevos negocios privados.    

Estadísticas oficiales reflejan que poco más de medio millón de cubanos conforman la masa de empresarios independientes. De acuerdo a esta cifra, apenas un 4% de la población genera los ingresos sobre los cuales pudieran planificar para acceder a las ofertas del turismo nacional de primera categoría.  

Islazul, que continúa siendo la cadena recreativa más visitada, por ofertar los precios más bajos, en medio de un proceso de revitalización a través de la inversión extranjera, atiende 110 pequeños y medianos hoteles a lo largo de todo el país, y posee un fondo habitacional que asciende a unas 11.000 capacidades.

Otras oportunidades de alojamiento "económico" son las 3.138 casas particulares que se pueden contratar a través de las agencias nacionales de viajes, de acuerdo a declaraciones ofrecidas al diario Granma por María del Carmen Orellana, directora general de Mercadotecnia del Ministerio del Turismo (MINTUR).

Sin embargo, ese concepto de económico no es compartido por muchos cubanos.

"Para mí este verano es lo mismo de todos los años, tengo que conformarme con ir a la playa, ya que no cuento con otras posibilidades", asegura Arlenis Grandal, una trabajadora del sistema bancario.    

Aunque con una calidad en las instalaciones y servicios muy distante de la que ofrecen los operadores de turismo internacional, el Grupo Empresarial de Campismo Popular (GECP), es una de las opciones que también está disponible para el turismo nacional.  

Los servicios de GECP se componen de 33 oficinas de reservaciones repartidas por todo el país, se encargan de alquilar 3.077 cabañas —de diferentes capacidades— situadas en 92 instalaciones ancladas en zonas de la geografía insular, cuyo denominador común son los paisajes naturales, piscinas y actividades nocturnas recreativas.

La mayoría de las capacidades de los Campismos Populares se ofertan a centros de trabajos y al Consejo de Iglesias de Cuba. Las capacidades que sobran son para el público en general.

Pero estas capacidades resultan insuficientes para satisfacer la demanda, y quienes pretenden reservar en una Base de Campismo deben anticiparse varios meses o comprar la estadía sobre precio.

Las capacidades sin reservación cuestan 10 CUC por 24 horas y en algunos de los campismos con mejores condiciones el costo es de 20 CUC por un día, los fines de semana.

Amén de las dificultades que existen para reservar, quienes visitan los campismos se quejan de la falta de agua potable en las instalaciones, la poca disponibilidad y variedad en los alimentos y su mala elaboración.

Del mismo modo, aclaran que las diferencias en los precios son exclusivamente en el valor de las cabañas, pues los alimentos de calidad, las bebidas y los productos enlatados se expenden en quioscos, por precios en CUC o su equivalente en CUP (pesos cubanos).

Armando Llerena Ferrer, de 18 años, quien recientemente se hospedó por un fin de semana en el campismo del litoral Norte, La Laguna, en la provincia Mayabeque, describió que para "pasarla más o menos bien" una persona necesita gastar cerca de 1.000 pesos (40 CUC) aparte de la contratación del alojamiento.

"Nosotros nos salvamos porque le comprábamos a vendedores clandestinos panes con jamón y pasta, pepinos (botellas plásticas de 1.500 ml) de yogurt a 30 pesos, cajitas de comida con carne de puerco a 30 pesos", dice.

El agua para beber en el campismo La Laguna se almacenaba "en un tanque destapado con sabor a estanque. Hubo que comprar las botellas de agua mineral en divisa".

"Pagamos 60 CUC por una cabaña para un fin de semana en el campismo Los Cocos", comenta Raíza Moreno, una estudiante universitaria.

Spots televisivos han estado mostrando lindos paisajes, apetitosas cenas, lagos para paseos en botes, buena música y personas felices disfrutando programas de actividades y paquetes de ofertas para el presente verano. Pero nada sobre sus altos precios a los que solo pueden acceder sectores privilegiados de la población.

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