La planta trituradora de minerales (zinc y plomo) en la loma Castellanos, en el occidente de Cuba, que abrió en junio y que comenzará a trabajar plenamente el próximo 3 de octubre, costó al Gobierno y a un socio europeo 270 millones de dólares, reporta AP.
El yacimiento se localizó en el municipio montañoso de Minas de Matahambre, en Pinar del Río.
La mina Castellanos, que comenzó en junio el proceso de pruebas y trituración para obtener finalmente concentrados de zinc y plomo para exportar, mostró reservas útiles para 11 años de explotación, aunque otra área conocida como Santa Lucía a pocos kilómetros extendería la operación por otros diez años.
Dado que es un yacimiento de polimetales se detectó también oro, plata y cobre, pero por ahora, según directivos, esas líneas de extracción todavía están en estudio.
Se estima que la mina Castellanos tiene 11 millones de toneladas de reserva. Una vez que arranque en 2018 se espera obtener luego del proceso de trituración unas 220.000 toneladas anuales de concentrados de plomo y zinc.
"Este proyecto tiene una proyección bastante más amplia. Estamos en una zona con tradición minera, pero que llevaba muchos años sin esa actividad. Estamos rescatando esa tradición... y estamos fomentando el crecimiento", dijo a periodistas el español José Vila, gerente general de Emincar, la mixta (51% cubana y 49% de la contraparte foránea) formada por la estatal Geominera y Trafigura, una multinacional europea con sede en Ámsterdam.
Esta es una de las inversiones más importantes en el sector, en el occidente de Cuba, una de las regiones económicamente más deprimidas del país.
La industria minera fue una de los más impactadas por la profundización de la crisis económica en los años 90, tras la caída de los aliados de Europa del Este. En los siguientes 20 años, esta se limitó a la explotación de níquel asociado a cobalto —Cuba tiene una de las reservas más importantes del mundo de este producto— en el oriente del país en coinversión con Canadá.
La obra de la mina Castellanos incluye la habilitación del cercano puerto de Santa Lucía para un barco especial que llevará el producto hasta la zona de Mariel.
La inversión, con un monto preciso de 270 millones de dólares y que comenzó a ejecutarse en 2015 con el movimiento de tierra de la planta, será recuperada en cinco años y Vila aseguró que se está tomando muy en serio la cuestión ambiental para evitar derrames en el proceso industrial como en el transporte del material.
La multinacional Trafigura estuvo en el centro de la atención de grupos conservacionistas y de derechos humanos internacionales en varias ocasiones luego de denuncias de vertimiento ilegal de sustancias tóxicas en África a mediados de la década pasada, sobre todo luego de procesamiento de petróleo, una de las ramas a las que se dedicó la firma.
"No hay riesgos de contaminación", dijo Vila, quien aseguró que las presas tienen capas aislantes, las aguas se procesan y se minimizan los riesgos durante el tránsito del mineral.