Autoridades del Ministerio de la Informática y las Comunicaciones (MIC) cerraron la única red inalámbrica privada para juegos de computadores en Pinar del Río, según dio a conocer El Toque.
La red ya contaba con casi un centenar de jugadores y funcionaba con equipos comprados en la página web Revolico, una especie de mercado negro sofisticado que permite conseguir en la Isla todo tipo de productos que no vende el Gobierno.
"Los aparatos para la conexión, los Nano Station, los encontramos en Revolico. Ahí existen de todos los precios, desde el más pequeño, de unos 150 CUC y cinco kilómetros de alcance, hasta los más grandes, que llegan a 30 km. Eso se trae del extranjero. ¿Cómo los dejan pasar por la Aduana?, no sé…", explicó Orlando Lezcano Jomarrón, uno de los jugadores pinareños ahora desconectados.
Las autoridades del MIC llegaron a la casa de uno de los integrantes de la red y confiscaron su equipo para trasmitir la señal WiFi.
"Él era uno de los administradores y le dijeron que el aparato es ilegal. Le enseñaron el artículo 3 del decreto ley 171. Técnicamente es un artículo vigente, aunque lo aprobaron en el año… ¡1992! cuando la conexión entre ordenadores para jugar en Cuba, parecía un sueño".
Los jugadores (gamers) se reunieron y fueron a reclamar a la sede del MIC, donde preguntaron, entre otras cosas, por qué cerraban su red mientras se permitía una idéntica en La Habana (SNet).
"Los funcionarios respondieron que la capitalina se les había ido de las manos. No resolvimos nada", dijo.
El equipo confiscado por las autoridades no les fue devuelto a los jugadores y la red ha dejado de funcionar, principalmente porque ahora sus integrantes tienen miedo de que les quiten más equipos, según señaló Lezcano.
"Si en La Habana existe SNet con 20.000 usuarios conectados y se unen municipios con otros, ¿por qué en otras provincias sí y en Pinar del Río no?", preguntó el gamer.
La red pinareña tenía su propio reglamento: no hablar de política, no copiar pornografía y no conectarse con la WiFi del Gobierno (la que provee la estatal Empresa de Telecomunicaciones de Cuba S.A.). Asimismo, brindaba sus servicios gratuitamente.
"No tenemos inconveniente en que se organice de manera oficial, y se controle la actividad de la red, incluso que haya que pagar algún impuesto, como si fuera una patente. Para nosotros cualquier cosa es aceptable, menos dejar de jugar", concluyó Lezcano.