Back to top
Política

Hablemos del futuro

¿Por qué son recibidos con honores por las autoridades cubanas los inversionistas extranjeros mientras que los productores y comerciantes cubanos se mantienen en la categoría oficial de no personas? Hurtado: 'Muerto Stalin, ¿quién pensará por nosotros?'; Rivero: Ellos cantaron la jugada; Mariño: Miedo a la libertad; González Vivero: Qué dicen los panegíricos de Castro; Almagro: El largo adiós; Dámaso: Días difíciles; Salcedo: El remate de Cuba y Editorial: Fin de una dictadura

La Habana

Cuba es un barco en medio del mar. Tiene todo el océano a su disposición para navegar hacia el futuro, pero como toda embarcación grande o pequeña, requiere de un timonel, un mapa, una brújula y lo principal, una fuerza que la impulse.

El timonel debe tener el pulso firme y la vista hacia delante, oteando el horizonte, guiado por el mapa y la brújula y sin entretenerse a mirar la estela dejada atrás. Para Cuba, no importa quién sea el timonel, hay un único puerto de destino: el desarrollo económico que permitirá cualquier otro tipo de desarrollo.

La historia pasada y reciente de las naciones demuestra que la brújula del desarrollo señala el  norte de la economía de mercado, la privatización, el emprendimiento individual, la formación de capital, la inversión privada nacional y extranjera. Seguir negando en lo interno las virtudes de la empresa privada y aceptando sus beneficios cuando se trata de capitalistas extranjeros, es no mirar hacia delante, es lanzarse con toda intención contra los arrecifes de la ineficiencia.

La única fuerza que en definitiva puede impulsar a Cuba hacia el desarrollo es la que poseen los cubanos con su emprendimiento libre, el interés individual de cada uno en su propio desarrollo y el de su familia, traerá el excedente de riquezas que beneficiará a todo el país. Así funcionó en la Europa hambreada de los albores del capitalismo, así funciona en China y Vietnam, actuales ejemplos de desarrollo vertiginoso inexplicable para algunos que se niegan tozudamente a ver lo evidente.

A los gobernantes comunistas de China y Vietnam les tomó décadas descubrir que  para que los hombres y mujeres se conviertan en creadores de riquezas deben tener como objetivo a la vista el hacerse ricos. Algunos lo logran, otros no, pero estos últimos sin dudas lo seguirán intentando.

En eso consiste la igualdad entre los seres humanos, en la igualdad de oportunidades para crear riquezas y disfrutar de ellas. El Estado de bienestar como política de gobierno es injusto y es un error, porque siempre habrá que despojar a unos para beneficiar a otros que no han hecho nada para merecerlo o tal vez ni siquiera lo necesiten.

El Gobierno cubano debe implementar leyes que garanticen iguales oportunidades de inversión para todos los ciudadanos, y a la vez abolir las disposiciones que criminalizan la empresa privada y el enriquecimiento lícito producto del esfuerzo individual.

Ser rico no es sinónimo de explotador, egoísta y mala persona. De hecho, muchos capitalistas se enorgullecen de mantener buenas relaciones de amistad con miembros del Gobierno cubano y viceversa. ¿En qué serían diferentes los millonarios nativos a los extranjeros? ¿Por qué puede ser  recibido con honores por las autoridades cubanas un millonario campesino de Arkansas o un millonario productor de tractores de Nueva Orleans, es un decir, mientras los productores y comerciantes cubanos se mantienen en la categoría oficial de no personas?

El desarrollo requiere de la libertad de emprendimiento y un barco anclado no va a ninguna parte. Levar el ancla de las ideologías obsoletas, de los prejuicios y odios clasistas que por demás son selectivos, discriminatorios y fuera de época, cuando favorecen a un empresario extranjero y obstaculizan a un empresario privado cubano solo por el aquello de que en Cuba jamás volverá a existir el capitalismo.

¿Es serio este planteamiento de las autoridades políticas y gubernamentales cubanas? ¿Son monjitas de La Caridad los empresarios extranjeros establecidos en la Zona Especial de Desarrollo Mariel? O quizás sean empresas pertenecientes, entre otros,  a los gobiernos de Corea (del Sur por supuesto),  España y Brasil.

De los 19 usuarios con contratos en el Mariel, 15 corresponden a  empresas capitalistas extranjeras. Por supuesto que el Gobierno y  el Partido Comunista cubanos quisieran que fueran más. Entonces, ¿por qué la hipocresía y el doble discurso?

La privatización de toda la economía, con participación de empresarios nacionales y extranjeros es un paso en la  solución de los sufrimientos económicos del país que, entre otras ventajas, conllevaría la ruptura con la dependencia humillante de las donaciones solidarias, tan parecidas a limosnas. Servicios públicos como la atención médica y la educación deben mantenerse,  aunque no como única opción.

¿Por qué los cubanos debemos seguir sujetos a un sistema económico que  cuando da algo es porque antes lo quitó, mientras vemos cómo países que hasta hace poco tiempo padecían de pobreza extrema generalizada muestran un poderoso desarrollo?

Otro paso definitorio es el pago a los propietarios norteamericanos por las compañías confiscadas sin justa compensación. Eso sería visto por los inversores norteamericanos y de otras latitudes como un gesto responsable en el sentido de las verdaderas relaciones económicas,  comerciales y financieras que la nación aspira a tener con sus iguales.

Levantar el ancla y poner proa firme hacia el puerto del desarrollo económico depende de los gobernantes cubanos actuales y futuros, sin nostalgias ni odios, sin miedo a los cambios y sin exclusiones ideológicas.

Sin comentarios

Necesita crear una cuenta de usuario o iniciar sesión para comentar.