Aun cuando Cuba es una isla, residentes de la más oriental de las provincias cubanas se ven privados del disfrute de una dieta que incluya pescado.
Las pescaderías estatales venden irregularmente, lo que se conoce como troncho de claria o, lo que es lo mismo, pez gato. No obstante, la opinión popular revela que el suministro es pobre y por tanto no suple la demanda.
"Las pescaderías casi siempre están vacías o cerradas y cuando traen algo nadie alcanza. Además de eso, nunca traen pescado de mar, solo troncho de claria", alega un ama de casa de 57 años de edad.
En los locales mencionados se comercializa, además de ese producto, masa de jaiba y croquetas de pescado, pero como refiere el anciano jubilado Ángel Moya, este último producto crea más inconvenientes que el pescado.
"La única forma de consumo de esas croquetas es friéndola, y el aceite también escasea en la cocina de cualquier cubano. Además, cuando la tienes más de un día en el refrigerador, comienza a descomponerse", comenta.
Una entrevista al administrador de una de las pescaderías de la ciudad, que pidió declarar bajo anonimato, arrojó que las irregularidades en el abasto de pescado se debe al frecuente incumplimiento del plan de entrega del producto por parte de la Empresa de la Pesca en la provincia. Comentó que los pescadores deben entregar de cinco a diez kilogramos de pescado cada vez que salen a la captura, en dependencia de la zona en que la practiquen, de lo contrario se les prohíbe continuar en su labor o les aplican cuantiosas multas.
En el caso de una dependiente de otra unidad comercializadora de pescado, su testimonio habla de tiempos todavía peores que se avecinan.
"No sé quién está incumpliendo con la entrega de mercancías y además mi trabajo es despachar lo que me pongan en la nevera. Lo que si te puedo asegurar es que si en estos momentos hay poco pescado, a partir de ahora aparecerá menos porque si te puedes dar cuenta, está aumentando el turismo y supongo que tienen prioridad", refirió.
Por su parte, Yanisleidis González, trabajadora en el sector no estatal, comenta sobre la importancia de este producto en la dieta no solo de los adultos, sino también para niños enfermizos como el suyo.
"Siempre tengo que llevarlo a consultas donde me explican sobre la importancia de una dieta balanceada que también incluya pescado. Pero una libra de pescado en la calle que es donde único lo puedes encontrar, cuesta más de 25 pesos cubanos dependiendo del tipo de pescado que sea. Yo era maestra y me vi obligada a abandonar mi carrera y dedicarme a trabajos particulares para sostener a mi familia, pues el salario no era suficiente y, para ser sincera, comer pescado es un lujo en este país", asevera esta joven madre.
En el mercado negro, el pescado llega a costar hasta 30 pesos por libra y se vende entero, por lo que, según los consumidores, un ejemplar adecuado para una cena familiar debe tener no menos de cinco libras, lo que equivale a un total de 150 pesos en moneda nacional, aproximadamente el 50% del salario promedio de un obrero.
Al respecto, una trabajadora de Comercio comenta sobre la posible solución a este dilema.
"Las autoridades gubernamentales deberían meditar sobre este tema y tener en cuenta el abasto de pescado y mariscos a las pescaderías, y no solo a las instalaciones turísticas. Yo tengo familia en Baracoa y me dicen que la pesca ha sido incluida entre las modalidades del trabajo por cuenta propia, pero en vez de destinar la mercancía de los pescadores para surtir los puestos de venta estatales, pasan al plan de entrega para el Ministerio del Turismo y eso hace que los cubanos no tengan a su disposición pescado ninguno."
Y concluye: "Parece mentira que estando rodeados de mar no haya pescado en Cuba".