Varios profesionales cubanos de la salud están atrapados en Yemen sin poder escapar del país en guerra, del cual La Habana evacuó a su personal diplomático.
DIARIO DE CUBA pudo hablar con el cardiólogo Juan Carlos Nogueira Batista, quien se encuentra en Saná junto al cirujano Gerardo Céspedes Árias y la esposa de este, la enfermera Maite Batista Castellanos.
Los tres han intentado salir del país por tierra y mar al menos siete veces, sin éxito.
"Todos los días es bombardeo tras bombardeo. Estamos muy cerca de lo que parece ser un almacén de municiones y armas, y nos sentimos amenazados (…) ya ha recibido varios impactos de bomba", dijo Nogueira Batista, quien tiene en la Isla esposa y dos hijos de siete y 12 años de edad. "Es un verdadero peligro", añadió.
El especialista y sus compañeros trabajaban en un hospital privado de Taiz, en el centro de Yemen. Llegaron al país de forma independiente, sin relación con los convenios de La Habana con otros gobiernos, aseguró Nogueira Batista.
"Decidimos cerrar el contrato (con el hospital de Taiz) porque nos sentíamos amenazados por la situación que había allí", dijo el médico.
Señaló que intentaron cruzar la frontera con Arabia Saudita unas cinco veces "pero fue imposible"; también trataron de escapar dos veces por vía marítima, por la costa oeste. "Teníamos la intención de llegar hasta Djibouti y de ahí tomar un vuelo de regreso a Cuba, pero no pudimos".
En una de las ocasiones, quisieron subir a un barco en el que iba a viajar personal de UNICEF, pero "el capitán dijo que no podía abordarlo nadie que no fuera" de la entidad de Naciones Unidas.
"Después nos inscribimos en una organización que se llama IOM (International Organization for Migration) con la finalidad de tomar un vuelo, pero tampoco lo conseguimos", añadió.
Según Nogueira Batista, él y sus compañeros llevan más de diez días refugiados en un edificio de viviendas que pertenecen a un hospital militar de Saná, en el cual hay cinco cubanos trabajando.
"Como se puso tan tensa la situación, ellos se trasladaron al hospital y están viviendo allí y nosotros estamos viviendo en su casa", explicó. "Es un grupo de edificios rodeado por un muro de alrededor de dos metros y medio de altura y protegido por militares", añadió.
Señaló que pasan buena parte del tiempo sin electricidad, lo que afecta el suministro de agua, la posibilidad de cargar los teléfonos —vitales para gestionar ayuda— y conservar lo alimentos.
"Afortunadamente aún podemos comprar comida en las tiendas, aunque ya están bastante diezmadas las provisiones", dijo.
Nogueira Batista calculó que quedan unos 15 cubanos en Yemen. Además de ellos tres y los cinco que trabajan en el hospital militar, cuatro permanecerían en Taiz y habría otros dos en Dhamar.
Al menos los cinco de la capital y los que se encuentran en Taiz quieren permanecer en el país, según Nogueira Batista. Los de Saná recibieron varias ofertas de evacuación por parte del personal diplomático cubano pero las rechazaron, dijo.
En abril, relató, la embajada cubana en Saná llamó a Taiz "para decir que podían evacuar mujeres y niños, pero Maite no quiso irse sin su esposo, por supuesto".
Luego, el personal diplomático dijo "que todo el que quisiera evacuar podía hacerlo en un vuelo ruso", pero "no pudimos trasladarnos porque son seis horas de viaje por carretera y en ese momento tampoco teníamos el pasaporte a mano", agregó.
Según el médico, el hospital privado en el que trabajaban les había retirado el pasaporte.
"Supongo que sea porque, al hacerte el contrato, una vez que te han pagado el pasaje de Cuba a Yemen, se consideran con el derecho a recogerte el pasaporte", consideró Nogueira Batista.
"En principio, lo hacen con el supuesto objetivo de legalizar tu estancia en el país" y realizar los trámites diplomáticos pertinentes. "Me imagino que también sea para garantizar que tú no puedas irte" de Yemen, señaló.
Tras la evacuación de la embajada "quedamos un poco desprovistos de representación diplomática y de alguien que nos proteja", dijo el especialista.
Afirmó que, antes de irse, personal de la embajada cubana les dijo que habían dado sus nombres a la embajada rusa y a la Media Luna Roja. "Pero nadie ha contactado con nosotros para hablar de evacuación".
El especialista señaló que, "a través de un colega" que está en Arabia Saudita, pudieron contactar con la embajada cubana en ese país.
"Encontramos a una persona que nos ha estado ayudando. Nos consiguió unos permisos para entrar en Arabia Saudita, pero no pudimos cruzar la frontera. Ha seguido llamando esporádicamente para saber de nosotros", dijo.
"Tengo mucha ansiedad por salir de aquí", comentó Nogueira Batista. "Mi vida está peligrando".
Indicó que su objetivo "era trabajar, hacer algún dinero y regresar a Cuba" con algo que le permitiera vivir con "una mejor calidad".
Amigos de los médicos residentes fuera de Cuba han abierto una recogida de firmas en internet para solicitar que la IOM utilice "sus recursos para devolverlos a casa sanos y salvos".
Los profesionales "han sido abandonados a su suerte", afirman los impulsores y piden recordar a la IOM "que son vidas valiosas".
El Gobierno cubano "cerró su embajada y evacuó todo su personal, dejando los médicos atrás, sin garantizarle ni advertirles a tiempo de salir de esa zona de conflicto", critican.
"Es momento de pensar en todas las vidas que ellos han salvado, son seres humanos excepcionales y no pueden ser abandonados", concluyen.