El director del Center for a Secure Free Society, Joseph Humire, ha denunciado que La Habana ha facilitado servicios de inteligencia a una red, con epicentro en Venezuela, dedicada a facilitar la llegada de militantes islamistas a América Latina.
En una entrevista con la periodista de The Wall Street Journal Mary Anastasia O'Grady, Humire, analista y coeditor de Iran's Strategic Penetration of Latin America, señala que Cuba estaría respaldando el trabajo a favor del islam radical del gobernador del estado de Aragua, Tarek Zaidan El Aissami.
Según O'Grady, El Aissami fue criado en Venezuela por un padre musulmán nacido en Líbano y adoctrinado por el movimiento estudiantil de izquierda Utopía 78 en la Universidad de los Andes. Entre 2008 y 2012 fue ministro del Interior.
La periodista cita un informe de junio de 2014 del centro que dirige Humire, en el que "autoridades regionales de inteligencia" establecen el vínculo entre la red islamista y Cuba.
Según sus informaciones, se cree que la oficina de El Aissami utilizó tecnología de la información desarrollada por la Seguridad del Estado cubana para otorgarles nuevas identidades venezolanas que son extremadamente difíciles de rastrear a 173 personas de Medio Oriente.
El informe, bajo el título Canada on Guard: Assesing the Immigration Threat of Iran, Venezuela and Cuba, señala que entre "las personas de interés más notables" que recibieron documentos falsos de Caracas estaba Suleiman Ghani Abdul Waked, un importante miembro de la organización islamista libanesa Hezbolá.
El mismo informe, que cita entrevistas con autoridades de inteligencia latinoamericanas anónimas, sostiene que El Aissami ha construido "un conducto terrorista criminal que trae militantes islamistas a Venezuela y países circundantes, y envía fondos ilícitos de América Latina a Medio Oriente".
Humire, citado por O'Grady, explicó que el Gobierno venezolano calificó el informe como propaganda estadounidense.
El estado gobernado por El Aissami, Aragua, es además sede de Parchin Chemical Industries (PCI) y Qods Aviation, dos empresas de las fuerzas armadas iraníes que tienen sociedades con la industria militar venezolana, según Iran’s Strategic Penetration of Latin America.
PCI es fabricante de explosivos, munición y propulsores para misiles. Qods es productor de vehículos aéreos no tripulados. Ambas compañías han sido sancionadas por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas bajo la Resolución 1747, asegura O'Grady.
La periodista plantea los enlaces entre Irán, Venezuela y Cuba para cuestionar si es posible un cambio de política de EEUU hacia la Isla dado el aumento de la presión para que el Gobierno norteamericano levante el embargo. Una medida que implicaría previamente que Cuba saliera de la lista de países patrocinadores del terrorismo.
O'Grady explica que Cuba "aplaude la intervención islámica" en América Latina, que se produce desde hace tiempo. Según Humire, las etapas iniciales del proceso incluyeron agentes clandestinos que usaron mezquitas para hacer conexiones al interior de las comunidades musulmanas y luego aprovecharon esas relaciones para acceder a riqueza y ganar prominencia política.
Precisamente en los últimos días diversas informaciones han señalado que el Gobierno cubano habría acordado la construcción de una mezquita en La Habana y que para ello incluso ya estaría asignada una parcela en La Habana Vieja.
Asimismo, en los lugares donde estas primeras incursiones han sido exitosas, señala Humire, Irán ha abierto embajadas y establecido acuerdos comerciales que permiten a los agentes crear negocios, que pueden ser utilizados como fachadas para operaciones encubiertas.
Según el artículo, que apareció este lunes en The Wall Street Journal, en Venezuela y Bolivia, Irán ha dado un paso más, "al desarrollar una presencia militar a través de acuerdos conjuntos en las industrias de defensa".