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Política

El tigre, la serpiente y las palomas

En Cuba existen también hombres y mujeres que se enfrentan al tigre en su propio territorio.

Madrid

Para quienes amamos la libertad, beber de la Historia es un recurso imprescindible para no morir de sed. La deshidratación política resulta tan letal como la fisiológica. Veamos la experiencia del pasado y pongamos en práctica algunas propuestas  válidas en el  presente, en pos del  porvenir democrático que no acaba de venir.

Los tiranos poseen alma de tigre, y algunos demócratas desobedecemos un mandato bíblico: ser astutos como las serpientes y mansos como palomas (Mateo 10:16).

Por suerte para nuestro país ha fructificado la tesis de la resistencia cívica; y en este siglo muestra su capacidad de lucha,  aunque no la de la victoria. 

El Gobierno tampoco ha triunfado. La quinta parte de la población se ha exiliado, y un número significativo de los residentes en la Isla depositan en el verbo emigrar su esperanza mayor; y el resto —descontando unos pocos simpatizantes genuinos, que siempre los hay— opta por la resignación de las palomas  enjauladas: agua, guisantes y procreación.

¿Son cobardes las palomas? No necesariamente. Solo que en la oposición no hemos sido capaces de abrirles las jaulas. Transmitirle un mensaje donde la esperanza  no sea una espera vitalicia.

Se ha perdido medio siglo reflexionando en desayunos cívicos, almuerzos patrióticos y cenas heroicas. Estos comensales forman un arco iris sui generis. Sus tonalidades van del negro de los infiltrados y el gris de los gerentes de la "Industria del Anticastrismo", quienes necesitan mantener el statu quo (actitud que disimulan con la destreza de los domadores de fieras, sin fieras), hasta el colorido que ofrecen los idealistas genuinos

Confieso que a pesar de mi trayectoria periodística independiente  —en La Habana, en la cárcel y en el destierro— también he bebido en Europa alguna taza en un coffee break hidalgo, y hasta he saboreado bocadillos democráticos. Es mea Cuba, citando la ingeniosa frase de Guillermo Cabrera Infante. Pero ya me siento harto.

¿No bastan veinte minutos para exponer una necesidad y designar a quien gestionará la solución? ¿Por qué confundir democracia con retórica? ¿Pensamiento con burocracia?

Esta reunión-fobia no significa que sea contrario a los análisis teóricos. Son ejercicios intelectuales de gran utilidad. Pero dejemos que los ensayistas se encarguen de esos menesteres. Tienen la gentileza de invertir en ello su tiempo, y no el ajeno; a no ser el de aquellos lectores que voluntariamente estudiamos sus páginas.

En Cuba existen y persisten también hombres y mujeres  que desayunan, almuerzan y cenan otros alimentos que no proporcionan placer y resultan muy indigestos: enfrentar al tigre en su propio territorio.

Es cierto que han recibido —y recibimos— el apoyo moral, material y financiero de diferentes organizaciones de la diáspora, de ONGs,  así como de algunos países que han antepuesto su solidaridad con la democracia a los intereses económicos que poseen en Cuba.

Cada una de esas personas e instituciones merecen nuestra gratitud. Pero la realidad demuestra que el esfuerzo ha resultado insuficiente.

La unidad debe ser el respeto al método de lucha pacífica que cada quien adopte dentro de la Isla. Por eso me atrevo a expresar algunas propuestas:

Los grupos que enfrentan en las calles al régimen totalitario necesitan el suministro de elementos de propagandas eficaces. ¿Se imaginan sobre nuestros pueblos y ciudades miles de globos elevando pancartas de nailon con consignas a favor de un cambio político? Es humano admirar y seguir a los valientes, siempre y cuando se enteren de la audacia.

La idea surgida en Cuba de editar revistas en  memoria flash multiplicará otros criterios diferentes al oficial. Hay que facilitarles con prontitud miles de esos  dispositivos.  Naturalmente, sin menoscabar la importancia del blog y de otros medios de comunicación, los cuales también influyen en la opinión pública, sobre todo en el exterior.

Lo anterior no resta importancia a las iniciativas de otras organizaciones de la sociedad civil proscrita en Cuba, a las cuales también urge respaldar.; al igual que a los trabajadores por cuenta propia,  pues alivian las carencias de la población,  y demuestran que la iniciativa privada resulta más eficiente que la estatal.

Algunos de estos respaldos no debutan en la realidad nacional; pero, insisto, deben ser mayores y con apremio. Los sorbos de agua solo alivian la sed, no nos salvan de la deshidratación.

También sería oportuno realizar campañas internacionales para que personalidades prestigiosas investiguen in situ las muertes de naturaleza sospechosa, como las de Oswaldo Payá, Harold Cepero y  Laura Pollán.

Y por último, demandar la supresión de las sentencias dictadas contra  los  prisioneros y exprisioneros de conciencia radicados en Cuba y en el exilio.

Ningún gobierno acepta negociar o rendirse si se siente más poderoso que sus adversarios. Que el tigre sienta ya en su cuerpo la presión de la serpiente; una fuerza sin odio, con la mansedumbre de las palomas.

Así colaboraremos a que la fiera salte por el aro, ante el aplauso de quienes en el exilio y en Cuba están comprometidos con la democracia. Entonces, hasta las palomas, ya libres de sus jaulas, participarán de la ovación.

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