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Sociedad

Nuevas leyes, nuevas ilegalidades

Con las nuevas leyes sobre la vivienda, han aparecido nuevas ilegalidades: un ejemplo flagrante en el municipio habanero de Diez de Octubre.

La Habana

La prensa oficial ya ha denunciado algunos casos. Existe una nueva Ley de la Vivienda, pero parece letra muerta ante la gran cantidad de casos de ilegalidades, que en la práctica parecen no tener solución, a pesar de que la ley es bien clara al respecto.

Existen ilegalidades permitidas por la propia Ley, como las falsas donaciones. Según la nueva Ley de la Vivienda el propietario de un inmueble lo puede donar a quien desee. De ahí que traficantes de drogas, y malversadores del erario público, para poner dos ejemplos, puedan hacerse de propiedades de este tipo sin tener una cuenta bancaria como lo exige la ley en el caso de compra venta.

Solo tienen que buscarse un donante, y pagarle un poco más de lo que vale la casa o el apartamento. Todo eso hecho por detrás del tapete, como decimos en Cuba para referirnos a alguna cosa ilegal. Es ingenuo pensar que tantos propietarios estén donando sus casas a perfectos extraños, sin que medie pago. Pero esa es la naturaleza del cubano: cuando no llega, se pasa.

Otras ilegalidades no están permitidas por dicha ley, pero ocurren sin contratiempo ninguno a la vista y al amparo de los funcionarios de la vivienda. Tal es el caso, por poner un ejemplo, del edificio situado en la calle Milagros número 113, entre Felipe Poey y Heredia, en el municipio Diez de Octubre.

Hace poco la familia del apartamento número seis de dicho edificio emigró a los EE UU, y le donó el apartamento a un desconocido que recién se mudó a dicha cuadra.

Según Eleuterio Ramón Sánchez Castillo e Ignacio Hernández, vecinos de dicho edificio, todos en la cuadra saben que la "donación" le costó al recién mudado 15.000 dólares. Con el tiempo, el sujeto puso en venta el apartamento que le habían donado. Se lo compró una pareja por el valor de 22.000 dólares.

El apartamento en cuestión está en bajos, en uno de los laterales del edificio. Para acceder a él se pasa por un pasillo de cerca de 20 metros de largo por 3 de ancho, donde se encuentran los relojes de la electricidad, del gas, y el motor del agua del edificio. Por ley, esta es un área común del edificio, lo que significa que es de todos los vecinos. Pero, con el fin de aumentar aumentar el valor del apartamento, el desconocido logró desglosar el apartamento seis del edificio, y convertirlo en casa independiente, adjudicándole a la nueva propiedad el pasillo de entrada al mismo, que es por ley un área común, y que por dicho motivo no puede ser adjudicado en propiedad.

Ahora el edificio no tiene apartamento seis. Pasa del apartamento cinco al siete. El nuevo número de la flamante casa es 113 A, lo que ha provocado confusiones con los cobradores de la luz, el agua, y el gas, que siempre han tenido en sus recibos el desaparecido apartamento seis.

Los vecinos se enteraron de todo cuando el hecho estaba consumado, y una cadena y un candado impedían el paso a través del portón del pasillo. Cuando Julio Pascual, quien por más de veinte años ha puesto el motor del agua fue a encenderlo, los nuevos inquilinos le dijeron que ese pasillo era ahora propiedad privada, y que todo el que necesitara pasar a consultar sus relojes, de la luz, etc., tenía que pedir permiso.

Cuenta Hilda Carrión Casanova, otra de las vecinas, que los vecinos se movilizaron y fueron a la Oficina de la Vivienda del municipio Diez de Octubre a denunciar el caso, pero cuando la funcionaria de esa institución, Iris, dio el veredicto todos quedaron atónitos.

"La propiedad es legal. No sé cómo ellos la obtuvieron, ni me interesa. Ese no es mi trabajo. Mi trabajo es venir a decirles que a partir de ahora ese apartamento es una casa, y hay que pedir permiso para entrar al pasillo."

A pesar de que la Ley de la Vivienda es clara y no permite que las áreas comunes de los edificios se otorguen en propiedad, casos como este se repiten a diario.

"Ya he oído de varios casos como este. Eso no es legal. Tuvieron que sobornar a los abogados de la Vivienda para que hicieran una nueva propiedad con todos esos cambios", afirma una arquitecta de Viviendas, que no desea que su nombre se publique porque no quiere problemas con sus colegas. "El sistema de la vivienda está tan corrupto, que todos, en mayor o menor medida, se buscan un dinero extra haciendo este tipo cosas."

"Casos como ese quedan la mayoría de las veces sin solución. El único recurso legal posible es entablar un litigio contra la nueva propiedad. Pero cuando hay dinero por medio desaparecen hasta los papeles de la propiedad original de los archivos de la Vivienda, ubicado en la calle Goss esquina a Patrocinio, en el municipio Diez de Octubre", afirma Irene, una de las abogadas del bufete colectivo de este municipio.

La carta que presentaron los vecinos al Poder Popular, y a la Dirección Municipal del Partido hace casi cuatro meses, denunciando el hecho, nunca tuvo contestación. "Ninguno de estos dos organismos son capaces de hacerle frente a la abrumadora cifra de casos de corrupción en el sector de la vivienda. No es que no quieran, es que no son competentes para hacerlo", asegura una funcionaria del Poder Popular de Diez de Octubre, que pidió mantener el anonimato.

Mientras tanto, los vecinos de Milagros 113 en La Víbora tienen que seguir pidiendo autorización para entrar en un espacio público que, hasta hace poco, era área común de todos.

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