Pese a que reconocidos activistas venían advirtiendo sobre la necesidad de impedir el ingreso del Gobierno de Venezuela al Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, los países democráticos de América Latina tardaron en reaccionar para hacer un frente común. El régimen de Nicolás Maduro ocupará ahora un sillón en esta instancia, y se ha apuntado una victoria cuando parte de la comunidad internacional apuesta por su aislamiento.
El 23 de agosto pasado, el director de Human Rights Watch para las Américas, José Miguel Vivanco, lanzó la primera alerta. Ante un incrédulo auditorio, en un evento organizado por la Fundación Cadal en Buenos Aires, el activista y defensor de los derechos humanos señaló que si las democracias de América Latina no hallaban una postura común, Venezuela terminaría con un sillón entre los 47 países del Consejo de Derechos Humanos, tal como ha terminado ocurriendo este 17 de octubre.
"La elección de Venezuela al Consejo de Derechos Humanos de la ONU por una mayoría de la Asamblea General es un llamado de atención a los países de la región. La diplomacia hay que ejercerla, no bastan comunicados y lo mediático. La tardía candidatura de Costa Rica demuestra improvisación", asevera a DIARIO DE CUBA el abogado experto en derecho internacional Mariano de Alba.
Efectivamente, transcurrieron largas semanas entre el primer llamado de Vivanco y el anuncio de Costa Rica de que disputaría el escaño para evitar que Venezuela entrara directamente, ya que había dos plazas para América Latina, y una de ellas estaba prácticamente asegurada por Brasil.
El presidente de Costa Rica, Carlos Alvarado, anunció la postulación de su país el 3 de octubre. No hubo un pronunciamiento formal a favor de esta candidatura, por ejemplo, del Grupo de Lima, el conjunto de países latinoamericanos constituido con el objetivo de presionar diplomáticamente a Caracas.
Recién el 16 de octubre, un día antes de la votación, la Cancillería de Brasil se pronunció finalmente sobre el mensaje contradictorio que daría la ONU si Venezuela resultaba electa para el Consejo de Derechos Humanos.
En reacción a la decisión, votada en la Asamblea General de la ONU, Brasilia emitió un comunicado señalando que trabajarán desde el seno del Consejo de Derechos Humanos para evitar que el ingreso de Venezuela a ese cuerpo termine siendo un mecanismo de legitimación del régimen de Nicolás Maduro.
En esta elección de miembros para los próximos dos años, hasta 2022, Brasil fue reelecto y Venezuela terminó ocupando la plaza que deja el Gobierno de Cuba, que no podía buscar un tercer período.
"No es inédito ni inusual que un país muy cuestionado en derechos humanos sea electo miembro del Consejo de Derechos Humanos de la ONU. La elección de Venezuela denota que el régimen de Maduro sigue siendo capaz de conseguir un apoyo político importante en la ONU", sostiene de Alba desde Washington.
Siguiendo el camino de La Habana, el cuerpo diplomático de Maduro ha abandonado el espacio de la Organización de Estados Americanos (OEA). Ahora, sus esfuerzos internacionales se concentran en la ONU, entre cuyos 193 países miembros se generan coaliciones de regímenes dictatoriales y se pueden tejer alianzas antiestadounidenses con más facilidad, tal como lo ha demostrado la diplomacia cubana por varias décadas.
En la votación de este 17 de octubre, en la Asamblea General y con votación secreta, Brasil obtuvo 153 votos, y Venezuela 105. Costa Rica no logró ingresar al tener 96.
Rafael Uzcátegui, a nombre de la más antigua ONG venezolana en el campo de los derechos humanos, PROVEA, aseveró: "Rechazamos la elección de Venezuela al Consejo de Derechos Humanos de la ONU, consideramos inaudito que una dictadura violadora de derechos humanos sea parte de esta instancia. Ahora más que nunca debemos seguir visibilizando todas las violaciones del régimen y exigir justicia".
El ingreso de Venezuela al Consejo termina siendo una verdadera contradicción. El régimen de Nicolás Maduro está en observación por parte de este órgano desde septiembre del año pasado. En julio de este año la alta comisionada de derechos humanos de la ONU, Michelle Bachelet, difundió un contundente informe sobre las masivas y persistentes violaciones a la dignidad humana en Venezuela.
Entidades como Amnistía Internacional consideran que el informe de Bachelet debe ser un insumo para que Maduro sea llevado ante la Corte Penal Internacional. El año pasado un grupo de cinco países americanos solicitaron oficialmente un procedimiento contra Maduro, pero hasta ahora no ha habido una decisión en el tribunal de La Haya.
La ONG internacional UN Watch, con sede en Ginebra, anunció este 18 de octubre que promoverá una campaña para lograr la expulsión de Venezuela del Consejo de Derechos Humanos. UN Watch lamentó que junto a Venezuela hayan ingresado otros regímenes violadores de derechos humanos como Mauritania, Libia y Sudán.
Hillel Neuer, director ejecutivo de UN Watch, dijo que su organización encabezará una campaña global para expulsar a Venezuela del consejo, destacando que su campaña de 2010 para remover al régimen libio de Gadafi, lanzada justo después de que esa dictadura fuera electa al organismo, fue aceptada por los países de la UE y triunfó un año después.
Por el Consejo de Derechos Humanos de la ONU han pasado muchos de los más crueles represores de esos mismos derechos en muchos países. Están sucediendo cada cosas inauditas.... por ej. la pasividad efectiva de los EE.UU. antes las atrocidades que se comenten contra las poblaciones civiles en infinidad de países alrededor del mundo. Sin ser ''el policía internacional'' debe , como nación que se enorgullece de defensora de los oprimidos y desposeídos no virar la cara, mirar un poco de frente...
Mike, pero cuando los Estados Unidos se mete a defender alguna causa justa los tildan de intromisión. En que quedamos?
Maduro para rato... y eso que los venecos no son Cuba, ellos si son arrechos...
Estimado Sr Passuth: Los venecos puede que tengan todo el asesoramiento de Cuba, los cubanos ya no estan ahi porque la tercera es la vencida, pero son especialistas en darse una brillante, candorosa y avasalladora imagen entre los izquierdosos de la ONU.
Muchisimos tontos utiles y otros aprovechados estan en esos organismos.