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Deportes

Deportistas cubanos bajo las banderas de otros países: la estupidez del régimen, más que la economía

Varios ejemplos demuestran que, además de dinero, a las autoridades del deporte en Cuba les ha faltado sentido común.

Madrid
Ilustración.
Ilustración. Diario de Cuba

La reciente adquisición de la nacionalidad española por la jabalinista cubana Yulenmis Aguilar, quien debe disputar una medalla en los Juegos Olímpicos de París 2024 bajo la bandera de España, ha puesto el foco nuevamente sobre los atletas nacidos en Cuba que han competido por otros países.

Ante el hecho de que la mayoría de esos deportistas representa o ha representado a países ricos, resulta fácil (y cómodo) deducir que el sistema deportivo cubano solo pierde atletas debido a la falta de recursos y que a los que se desligan de él solo los impulsan motivos económicos. Pero varios ejemplos demuestran que, además de dinero, a las autoridades del deporte en Cuba les ha faltado sentido común.

Otro exponente del atletismo nacido en Cuba y candidato al podio olímpico en París 2024 con el uniforme de España, el triplista Jordan Díaz, dijo a la revista Runner World en marzo de 2022 que en la Isla lo "obligaban a competir lesionado". ¿Exageraba?  

Su compatriota y atleta de la misma disciplina, Cristian Nápoles, había contado en enero de ese año al medio deportivo independiente cubano Play Off Magazine que la entonces comisionada nacional de atletismo, Yipsi Moreno, esperaba que los atletas compitieran lesionados y se ponía a sí misma como ejemplo a seguir.

"Ella (Moreno) ponía su ejemplo de cuando competía en algún evento con el tobillo vendado", contó entonces Nápoles.

No fue hasta agosto de 2022 (más de un año después de que Jordan Díaz abandonara una delegación en España) que Moreno fue destituida como comisionada nacional. Ella misma dijo luego en una entrevista que el triplista no mejoraba sus marcas estando en Cuba y que desde que comenzó a entrenar en España mostraba notables progresos. Para entonces, ya Díaz se había convertido en el recordista nacional de su patria adoptiva.

De no haberse fugado en junio de 2021 —lo que significó renunciar a sus primeros juegos olímpicos, en los que era candidato al podio—, quizás Jordan Díaz habría terminado lesionado en Tokio 2020, como varios de sus ahora excompañeros en el equipo nacional de atletismo de Cuba.

Lesionarse es un riesgo que corren los atletas tanto en los torneos como en los entrenamientos. Pero es llamativo que, en los juegos de la capital japonesa, solo entre los representantes de Cuba en el atletismo hubo seis lesionados.

El también triplista Andy Díaz y la heptalonista Yorgelis Rodríguez ni siquiera pudieron competir, producto de las lesiones que sufrieron al comenzar el torneo. 

El otro Díaz del triple salto cubano pidió la baja de la selección nacional poco después de las olimpiadas de Japón y emigró a Italia. Desde que se radicó en ese país, ha ganado dos veces consecutivas la Liga de Diamante y tiene la mejor marca mundial de 2024.

¿Qué habría conseguido Andy Díaz de haber permanecido en el equipo nacional de atletismo de Cuba? Nunca lo sabremos, pero es probable que mucho menos de lo logrado tras emigrar.

Otra promesa que perdió el sistema deportivo de la Isla es la mejor voleibolista del mundo en 2023, Melissa Vargas, quien debutó con la selección de la Isla a los 13 años. Desde ese momento, los expertos vaticinaron una brillante carrera profesional para la bautizada como la "Niña Prodigio" del voleibol.

La cienfueguera sufrió una lesión en el hombro que se agravó con el tiempo y la llevó al quirófano en 2016. A partir de la recuperación, sus padres no aceptaron los términos de la estatal Federación Cubana de Voleibol (FCV) y decidieron sacar a la jugadora de la Escuela Nacional para llevarla de vuelta a su ciudad.

La FCV vio la actitud como una indisciplina y le aplicó a la jugadora, a partir de enero de 2017, una sanción que implicó rebajarla de categoría y la prohibición de intervenir en campeonatos de nivel internacional.

Un año después, la joven voleibolista firmó un contrato por varios años con el club suizo Volero Zurich, sin la mediación de la FCV y tras haberse ido de Cuba.

Melisa Vargas obtuvo la nacionalidad turca en 2021 y fue convocada a la selección nacional en 2023. Fue la arquitecta principal del título alcanzado por las otomanas en la Liga de las Naciones y, a nivel individual, fue designada la Jugadora Más Valiosa (MVP). Menos de dos meses después, se repitió la historia en el Campeonato Europeo. Turquía reinó y Melissa fue la MVP.

El triplista cubano nacionalizado portugués Pedro Pablo Pichardo, monarca en Tokio 2020 —mejor puesto en el atletismo de las olimpiadas japonesas para un exponente nacido en Cuba— y campeón mundial en Eugene 2022 —certamen del que la representación cubana se despidió sin medallas— contó en 2018 a la agencia AFP que cuando entrenaba en Cuba "dormía en el suelo, en las gradas del estadio, me daban un poco de pan con café".

Para este atleta, abandonar el sistema deportivo de la Isla no significaba convertirse en millonario, sino entrenar y alimentarse con dignidad

Si las autoridades de un país no son capaces de proporcionar a sus atletas las condiciones más elementales de alojamiento, alimentación y entrenamiento, deben renunciar a que estos los representen en la arena internacional.  

Cuba es un país hundido en una crisis económica, que tiene cada vez menos que ofrecer a la población en general y a los atletas en particular. Por eso, resulta inverosímil que las autoridades deportivas puedan darse el lujo de desechar a deportistas con grandes resultados —por ejemplo, una recordista mundial— que nunca hayan tenido intenciones de desligarse del sistema deportivo del país e incluso hayan rechazado ofertas de contratos o de abandonar delegaciones oficiales.

Prescindir de una atleta de esas características parece una de las decisiones más estúpidas que pueden tomar las autoridades deportivas de un país. Fue justo lo que hicieron las de Cuba con la jabalinista Yulenmis Aguilar, vigente recordista mundial de la categoría sub-20 y medallista de bronce en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Barranquilla 2018.

Mientras representaba a Cuba, Aguilar también sufrió lesiones. A diferencia de Pichardo, a quien una lesión mal curada —en su opinión debido a los médicos que lo atendieron en la Isla— lo obligó a perderse Río 2016 y lo convenció de tomar el camino del exilio, la jabalinista no culpa a nadie de esas lastimaduras y nunca pensó en irse de la Isla.

Pero a las autoridades del deporte cubano no les alcanzó su medalla de bronce en Barranquilla —donde la delegación firmó una de sus peores actuaciones históricas en Juegos Centroamericanos— y decidieron no seguir contando con ella.

Seis años después, la recién nacionalizada española exhibe el mejor disparo de la temporada (63,90 metros) y competirá por su patria adoptiva en París. 

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