Pasaron escasamente dos semanas entre la derrota legislativa que recibió su ambiciosa propuesta de una reforma del sector eléctrico, que había presentado el año pasado, y el lanzamiento de un nuevo proyecto que promete polarizar políticamente a México. El presidente Andrés Manuel López Obrador se enfoca ahora en una reforma electoral que de entrada generó polémica pública, una suerte de mar picado en el cual el mandatario es un nadador consumado.
Luis Carlos Ugalde, ex consejero de la presidencia del desaparecido Instituto Federal Electoral (IFE), ha sostenido que el populismo que caracteriza a Andrés Manuel López Obrador "requiere de pleito y polarización", y bajo ese prisma deben entenderse sus propuestas de reformas.
Hace dos semanas, la reforma eléctrica de Andrés Manuel López Obrador fue derrotada porque su partido Morena (Movimiento de Regeneración Nacional) no tiene los votos necesarios para encarar reformas a la Constitución vigente. Para muchos ha sido una sorpresa que en tan poco tiempo el Gobierno mexicano acuda de nuevo con una propuesta que de entrada ha sido rechazada al unísono por los partidos opositores, cuyo voto conjunto detendría esta propuesta.
En el ínterin, advierten los analistas, Andrés Manuel López Obrador tendrá bastante tela para cortar y construir su narrativa de la cual ya hay claras señales. Por ejemplo, de entrada, ha dicho que quienes se opongan a la reforma electoral en realidad estarán apostando al fraude en las elecciones.
Los diputados opositores del Partido Acción Nacional (PAN), el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el Partido de la Revolución Democrática (PRD) ya anunciaron que se opondrán. Este 3 de mayo, en una de sus cotidianas alocuciones de radio y televisión, las mañaneras, López Obrador retó a que los opositores a su propuesta de reforma presenten una alternativa. Se espera que el debate parlamentario de los próximos meses está centrado en este tema.
Ricardo Anaya, candidato presidencial del PAN derrotado en las elecciones de 2018, en las cuales se impuso ampliamente Andrés Manuel López Obrador, asegura que el presidente opta por posicionar una agenda de temas para desviar la atención pública de los verdaderos problemas que existen en México.
El proyecto de reforma de López Obrador presentado a fines de abril pasa por incluir cambios en hasta 18 artículos de la Constitución para poder llevar a cabo la sustitución del Instituto Nacional Electoral (INE), la eliminación de los diputados plurinominales (elegidos por representación proporcional, sin voto directo) y reducir los congresos locales.
La nueva iniciativa plantea la sustitución del INE por un organismo llamado Instituto Nacional de Elecciones y Consultas que tendría siete integrantes elegidos por sufragio directo y popular sobre una lista de 60 candidatos presentados por los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial. Actualmente, el INE (que sustituyó al IFE) tiene 11 consejeros que son electos en consenso por el Congreso.
Con una presencia sólida en el Congreso, que les impediría una reforma constitucional, los tres partidos opositores PRI, PAN y PRD han planteado que el desafío para México, de cara a las elecciones presidenciales de 2024, no es eliminar al ente electoral sino de fortalecer y blindar al actual INE.
"La iniciativa de reforma electoral que propone el presidente López Obrador rompe con un esquema de mejoramiento institucional y democrático que inició con los cambios a la ley en 1977. A finales de los años setenta, la lógica indicaba que se tenía que dar espacio a otras fuerzas políticas", explica a DIARIO DE CUBA el periodista y analista político Julián Andrade.
Aquellas reformas de décadas atrás fueron impulsadas por el PRI, que había estado enquistado largamente en el poder en México, en aras de mostrar pluralidad política, sin que estuviese en riesgo la Presidencia de la República.
Según Andrade, una posibilidad que comienza a comentarse en la capital mexicana es que Andrés Manuel López Obrador quiera apostar por hacer de Morena un partido hegemónico como en el pasado fue el PRI. En 1990 el escritor peruano y Premio Nobel, Mario Vargas Llosa, aseveró que en México el PRI tenía "una dictadura perfecta".
De acuerdo con el analista, México se sumerge en un escenario de polarización e incertidumbre, ya que ante un rechazo previsible para su propuesta es esperable que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador arrecie lo que ha desarrollado con anterioridad, un proceso de descalificación contra el INE, "todavía más intenso para dejarlas en una posición vulnerable para el 2024".
Entretanto, la aprobación de López Obrador sigue muy alta según los estudios de opinión pública. En el recién concluido estudio de abril de la encuestadora Mitofsky, tuvo un promedio de aprobación de 62%, tres puntos por encima de lo que registró el mandatario mexicano en un estudio similar de esta empresa en el pasado mes de marzo.
Ah, AMLO, la pura estampa del México real, no el "lindo y bonito." Qué se lo coman con mantequilla, o con lo que les apetezca, porque les corresponde plenamente. O sea, tienen lo que se merecen.