El Gobierno cubano salió este sábado en defensa de aliado kazajo y condenó la violencia desatada en los disturbios antigubernamentales en Kazajistán, sin mencionar que el gobernante Kasim-Yomart Tokáyev ordenó "disparar a matar" contra los participantes en las protestas, lo que incluye a los manifestantes pacíficos.
Las protestas estallaron hace una semana por la subida de los precios del gas licuado, principal combustible en las regiones del mar Caspio.
Los hechos de violencia en Kazajistán son "instigados desde el exterior para subvertir el orden interno y desestabilizar al Gobierno constitucional de ese país amigo", dijo en Twitter el canciller cubano, Bruno Rodríguez.
La frase es prácticamente la misma que utiliza La Habana cuando se refiere a protestas en su contra o a actividades de opositores y defensores de derechos humanos.
Tokáyev, sucesor del ex dictador Nursultán Nazarbáyev, rindió cuentas este sábado al presidente de Rusia, Vladimir Putin, a quien dijo que la situación "avanza hacia la estabilización".
Además, lanzó una purga en las filas de los órganos de seguridad kazajos. La principal víctima fue el ex jefe del Comité de Seguridad Nacional (CSN) Karim Masímov, acusado de "alta traición".
Las protestas continuaron el sábado en el oeste de Kazajistán, donde se originaron las actuales tensiones, pero amainó la violencia de los disturbios callejeros, según EFE.
Las autoridades han detenido a miles de personas y también hay varias decenas de muertos, entre transeúntes, manifestantes, hombres armados y miembros de las fuerzas de seguridad.
El hijoputa Putin, perdone la cacofonía, quiere anexionar las repúblicas de la ex URSS a Rusia. Ya anexionó Crimea y quiere anexionar el resto de Ucrania. Ya es aliado del dictador de Belarús y del dictador de Kazajistán para tragarse esos dos países. Biden prometió intervenir, pero lo dudo. Con Trump otro gallo cantaría.