El jefe del Ejecutivo de España, el socialista Pedro Sánchez, convocó este viernes elecciones generales anticipadas para el 28 de abril próximo, al admitir que no puede gobernar sin presupuestos propios, en un escenario político muy polarizado por el independentismo catalán, reportó EFE.
En estas circunstancias, entre "no hacer nada" y o dar la palabra a los españoles en las urnas, Sánchez eligió lo segundo, según explicó el gobernante en una comparecencia ante la prensa tras un Consejo de Ministros extraordinario.
El Congreso rechazó, el pasado miércoles, el proyecto de presupuestos del Estado para 2019, lo que precipitó la decisión de Sánchez, al evidenciar la debilidad parlamentaria del Ejecutivo.
Sánchez gobierna en minoría desde el 1 de junio de 2018 cuando ganó una moción de censura contra el conservador Mariano Rajoy (Partido Popular, PP) con el apoyo de socialistas, Unidos Podemos (izquierda), los nacionalistas vascos y los independentistas catalanes.
El jefe del Ejecutivo argumentó que un gobierno tiene la obligación de cumplir con su tarea, que es aprobar leyes y "avanzar", y cuando esto no es posible por el bloqueo parlamentario y el rechazo de los presupuestos hay que "tomar decisiones", en este caso anticipar los comicios antes del final de la legislatura, en junio de 2020.
Sánchez justificó la moción de censura que le llevó al poder por una sentencia judicial que condenaba al PP en un caso de corrupción, para normalizar la vida política española y convocar elecciones "cuanto antes", pero sin precisar cuándo.
Desde entonces han pasado ocho meses y medio, en los que ha gobernado frente a la oposición implacable del PP y Ciudadanos (liberales), que lo acusan de "ceder y rendirse" ante el independentismo y le urgían a un adelanto electoral.
Y también frente a la presión de los soberanistas catalanes, que no renuncian al "derecho de autodeterminación". Sánchez les había ofrecido diálogo para resolver las tensiones independentistas, pero siempre dentro de los límites de la Constitución, que impide la secesión de cualquier de parte del territorio español.
Los socialistas solo disponen de 84 de los 350 diputados del Congreso, así que Sánchez ha tenido que buscar constantemente acuerdos con otras fuerzas políticas, a veces a duras penas.
Y precisamente PP y Ciudadanos y los partidos independentistas catalanes ERC y PDeCAT, representados en el Parlamento español, votaron el miércoles contra el proyecto presupuestario socialista. Mientras tanto, siguen prorrogados los de 2018, elaborados por el anterior Gobierno del PP.
A pesar de todo, Sánchez consideró este viernes que hay "derrotas parlamentarias" como la de los presupuestos que son "victorias sociales" porque los ciudadanos ya conocen las propuestas y proyectos socialistas y se demuestra, vino a decir, que no hay "pactos ocultos" con los independentistas.
Sobre Cataluña, enfatizó que nunca renunciará al diálogo para encontrar una solución a la crisis territorial, pero insistió: "Fuera de la Constitución, nada". También criticó a la oposición conservadora que no haya sido leal al Estado en esta cuestión.
El martes pasado comenzó en el Tribunal Supremo español el juicio de doce líderes soberanistas catalanes por el proceso independentista inconstitucional de 2017.
Sánchez quiso desvincular ese juicio de la próxima campaña electoral, pues "la Justicia va por un lado, hace su trabajo, y la política hace el suyo".
Hoy y ante las próximas elecciones, el presidente del PP (134 diputados actualmente), Pablo Casado, presentó a su partido como "única alternativa al desafío independentista" de los gobernantes regionales de Cataluña, aunque reconoció que puede llegar a acuerdos con otros partidos para llegar a este objetivo.
El líder de Ciudadanos (32 diputados), Albert Rivera, pidió votar para no repetir un gobierno encabezado por Sánchez, y no excluyó acuerdos con el PP, como ha ocurrido recientemente en la región de Andalucía, donde se han aliado para formar gobierno con el apoyo del ultraderechista Vox.