El izquierdista Andrés Manuel López Obrador juró este sábado como el nuevo presidente de México con la promesa de emprender una transformación "profunda y radical" en la que deberá hilar fino para cumplir con su exigente agenda social sin perjudicar las finanzas de la segunda mayor economía de Latinoamérica, informa Reuters.
"Por mandato del pueblo, iniciamos hoy la cuarta transformación política de México", dijo el político de 65 años, conocido como AMLO, por sus iniciales, tras recibir la banda presidencial del saliente mandatario, Enrique Peña Nieto. "Puede parecer pretencioso o exagerado, pero hoy no solo inicia un nuevo Gobierno, hoy comienza un cambio de régimen político", añadió.
"A partir de ahora, se llevará a cabo una transformación pacífica y ordenada, pero al mismo tiempo profunda y radical porque se acabará con la corrupción e impunidad que impiden el renacimiento de México", sentenció.
Sin embargo, el veterano político pidió no iniciar una cacería de brujas contra los funcionarios de las administraciones previas, para evitar la fractura del país.
El presidente izquierdista deberá cumplir esas promesas en un país sumido en una sangrienta guerra contra el narcotráfico y el crimen organizado, con índices de corrupción sin precedentes y en el cual cuatro de cada diez de ciudadanos vive en la pobreza.
A pesar de que AMLO y su equipo económico han tratado de calmar a los mercados, desde octubre la bolsa local ha caído un 15,7% y el peso ha retrocedido un 9%.
AMLO será presidente para el periodo 2018-2024 tras ganar la elección de julio con más de 53% de los votos y en su tercer intento por alcanzar la "Silla del Águila", como se denomina el asiento presidencial mexicano.
Ante invitados especiales de todos los colores políticos, incluidos expresidentes, López Obrador dijo que "la política económica neoliberal ha sido un desastre, una calamidad para la vida pública del país", reportó la AFP.
Mientras pronunciaba su discurso, legisladores empezaron a lanzar un conteo a gritos del uno al 43, para reclamar al final "justicia" por los 43 estudiantes de la escuela rural de maestros de Ayotzinapa desaparecidos desde septiembre de 2014, caso no resuelto y que manchó al ahora expresidente Enrique Peña Nieto.
"Hoy se constituye una Comisión de la Verdad para castigar los abusos de autoridad, para atender el caso de los jóvenes desaparecidos de Ayotzinapa", dijo López Obrador.
En sus campañas políticas, el nuevo mandatario prometió combatir la pobreza, terminar con la corrupción y los privilegios de la clase política y combatir la creciente violencia ligada al crimen organizado.
Pero uno de los problemas más apremiantes que hereda es la caravana de miles de emigrantes centroamericanos, estacionada en la frontera con Estados Unidos, que aspira a recibir asilo en ese país.
El domingo el canciller mexicano, Marcelo Ebrard, y su par estadounidense, Mike Pompeo, se reunirán en Washington para abordar el tema.
"Cuarta transformación"
López Obrador ha presentado su mandato como "el inicio de la 'cuarta transformación'" de México, una continuación de los grandes momentos históricos del país: la independencia (1810-1821), la reforma (guerra entre liberales y conservadores de 1858 a 1861) y la revolución (1910-1917).
En un primer gesto, afín a sus promesas de acabar con la corrupción y los lujos innecesarios en la administración pública, López Obrador se negó a vivir en Los Pinos, la mansión que ocuparon los 13 presidentes que le precedieron.
La residencia "está embrujada", se burló.
Los militares que la resguardan fungirán como improvisados guías del ahora recinto cultural.
Sus críticos temen que su Gobierno vire hacia el radicalismo y autoritarismo, y el mundo de los negocios está particularmente nervioso.
El exalcalde de la capital goza de un sólido respaldo popular con una aprobación en torno al 60%, aunque, según el diario El Universal, ha perdido nueve puntos en tres meses.
Organismos defensores de derechos humanos lo han criticado por su intención de crear una Guardia Nacional al mando del Ejército para combatir al narcotráfico, cuando se había comprometido a retirarlo de las calles.