El comandante del Ejército de Brasil aumentó la tensión en el país horas antes de una decisión del Supremo Tribunal Federal sobre si al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva se le permitirá agotar el proceso de apelación antes de ir a la cárcel por una condena por corrupción, informa Reuters.
El general Eduardo Villas Boas escribió en su cuenta verificada de Twitter el martes por la noche que el Ejército está "atento a sus misiones institucionales" y que los militares, junto con "todos los buenos ciudadanos, repudian la impunidad y respetan la Constitución, la paz social y la democracia".
El general agregó que "en la situación actual de Brasil, corresponde a las instituciones y a los ciudadanos preguntarse quién está pensando realmente en el bienestar de nuestro país y sus futuras generaciones y quién solo está preocupado por los intereses personales".
Villas Boas no dio más detalles. Las llamadas a la oficina de prensa del Ejército no fueron respondidas. Representantes del Ejército confirmaron al periódico brasileño Folha de S.Paulo que los tuits fueron escritos por el general.
Los comentarios se produjeron en momentos en que miles de brasileños salían a la calle en ciudades de todo el país para apoyar o repudiar a Lula, quien sigue siendo el político más popular en Brasil y ha dicho que quiere presentarse nuevamente a la Presidencia en octubre.
Los 11 magistrados que integran el pleno del Supremo deben decidir este miércoles si conceden a Lula un "habeas corpus" que le permitiría apelar su condena en libertad hasta agotar todos los recursos en las diferentes instancias judiciales.
Si los jueces de la máxima corte del país deciden negar el pedido, el encarcelamiento del exmandatario, que gobernó Brasil entre 2003 y 2010 debería ser ordenado en cuestión de horas o de días, reporta EFE.
Las palabras de Villas Boas fueron reproducidas en las páginas en internet de los principales medios de noticias de Brasil y obtuvieron apoyo en Twitter de generales del Ejército.
"¡Tengo la espada al lado, la silla equipada, el caballo listo y aguardo sus órdenes!", escribió en Twitter, el general Paulo Chagas. En la misma red se expresaron otros dos miembros de la cúpula militar: "comandante, estamos juntos en la misma trinchera", escribió el general Miotto. "Estamos juntos, comandante", apuntó el general Freitas.
Horas antes, otro general, este en la reserva, Luís Gonzaga Schroeder, había declarado al periódico O Estado de S. Paulo que si Lula no es enviado a la cárcel, "el deber de las Fuerzas Armadas es restaurar el orden", informó el diario español El País.
Tras las declaraciones de los militares, varias voces expresaron irritación, advirtiendo de las lecciones aprendidas de la dictadura militar de 1964-1985 en Brasil.
"En una democracia, un comandante militar no envía un mensaje a ningún poder de la República", escribió el legislador federal Chico Alencar en Twitter. "¡2018 no es 1964!", agregó.
El ministro de Defensa, Raúl Jungmann, intervino para minimizar las palabras de los generales. Pero incluso el anterior fiscal general de la República, Rodrigo Janot, autor de una denuncia contra Lula, expresó su preocupación respondiendo al tuit del general Villas-Boas: "Eso definitivamente no es bueno. Si fuese lo que parece, otro 1964 será inaceptable. Pero no creo en eso realmente".
Lula fue condenado en enero pasado a 12 años de cárcel por un tribunal de segunda instancia que lo halló culpable de corrupción pasiva y lavado de dinero en un caso relacionado con la trama destapada en la petrolera estatal Petrobras.
Según una decisión cautelar de la Corte Suprema tomada en 2016, una sentencia puede empezar a cumplirse una vez concluyan todas las apelaciones en segunda instancia, a pesar de que haya posibilidades de más recursos en instancias superiores.
La fiscal general de Brasil, Raquel Dodge, dijo que el sistema judicial está "aniquilado" cuando un condenado solo puede cumplir pena tras agotar todos los recursos.
Según analistas jurídicos, la decisiva votación en el Supremo será previsiblemente muy ajustada ya que diez de los jueces de la corte se dividen a partes iguales entre aceptar el "habeas corpus" y negarlo.
Todas las miradas parecen centrarse en la magistrada Rosa Weber, quien ha declarado que, personalmente, no cree que nadie deba ir a prisión mientras pueda apelar, pero que en esos casos siempre ha votado según la cautelar de 2016.