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Relaciones Cuba-EEUU

¿Cuánto influye la personalidad del Presidente de EEUU en la política exterior?

En EEUU las decisiones son resultado de un proceso largo, tedioso y agotador, de discusiones intensas e investigaciones profundas donde intervienen muchos hombres y mujeres con carácter e ideología distintas.

Daytona Beach

En un artículo publicado recientemente en este diario, Carlos Alberto Montaner relaciona, o al menos sugiere cierta correlación entre el origen hawaiano de Barack Obama y su aislacionismo. Puede que el presidente Obama sea aislacionista; después de todo, los analistas más astutos en política exterior estadounidense, desde Richard Hass, Brent Scowcroft y Zbgniew Brzezinski hasta Henry Kissinger, aún se preguntan cuál es la doctrina de Obama en política exterior. En mi caso, modestamente, creo que es un realista bastante rígido, a lo Hans J. Morgenthau, pero no es sobre eso que deseo opinar, sino sobre el intento de Montaner de relacionar la tendencia aislacionista de los hawaianos en general con el origen hawaiano de Obama y su doctrina en política exterior.   

Es lógico que las experiencias de Barack Obama como persona privada —hijo de un negro kenyano y una blanca estadounidense, que nació en Hawai, vivió en Indonesia, fue criado por sus abuelos maternos blancos, y un largo etcétera— de alguna manera hayan forjado su forma de ser y pensar como estudiante, abogado, profesor en una de las mejores universidades del mundo, activista comunitario y político, senador y presidente. Pero eso no es único de Barak Obama. En mayor o menor grado, todos los presidentes de los Estados Unidos y gobernantes alrededor del mundo han sido forjados por sus experiencias personales y andares por la vida. Incluso, todos nosotros hemos sido influenciados por el mundo que nos rodea, ¿o no?

La literatura especializada en Psicología y Sociología muestra cómo la familia, el barrio, la escuela, los amigos, la primera novia, la sexualidad y muchos otros elementos forman la persona. Asimismo, la literatura especializada en la Presidencia de EEUU es rica en estudios acerca de la personalidad de los presidentes, de cómo la persona privada forjó la persona pública, sus preferencias ideológicas y políticas, decisiones, estilo de trabajo y liderazgo, entre otros atributos.[1] Ahora bien, ello no significa que la política exterior de EEUU sea un reflejo de las experiencias personales del Presidente, y así lo explican muchos estudios, en particular, The Essence of Decision: Explaining the Cuban Missile Crisis[2] de Graham Allison y Philip Zelikow.

La tesis central de ese estudio es que las decisiones de un gobierno democrático moderno no pertenecen a ninguna persona en particular. Por el contrario, al menos en EEUU las decisiones son resultado de un proceso largo, tedioso y agotador, de discusiones intensas e investigaciones profundas donde intervienen muchos hombres y mujeres con carácter e ideología distintas, trabajando juntos o en agencias gubernamentales y grupos de intereses diferentes.

Con frecuencia, esos hombres, mujeres, agencias y grupos de intereses persiguen objetivos encontrados y tienen opiniones irreconciliables. A veces sostienen puntos de vistas muy distintos a los del Presidente, y a veces le comunican al Presidente lo que este quiere oír y no lo que es bueno para la nación, como le sucedió a Lyndon B. Johnson durante la guerra en Vietnam. (Cuentan que el Presidente Johnson era tan pedantemente autoritario y agresivo que sus consejeros evitaban contradecirlo.) 

Para explicar el proceso de formulación de decisiones gubernamentales, sobre todo en política exterior en EEUU, Allison y Zelikow elaboraron tres modelos: el de Actor Racional, el de Conducta Organizada, y el de Política en el Gobierno.

Allison y  Zelikow señalan que la gran mayoría de los expertos en política exterior advierten y preven la conducta de un gobierno, al menos en EEUU, basados en el modelo Actor Racional. Básicamente, con dicho modelo se asume que los actores, o individuos, que participan en el proceso de toma de decisiones son racionales —y no emocionales— porque: 1) tienen objetivos y metas claras; 2) tienen varias alternativas y direcciones a escoger, y debemos suponer que siempre escogerán lo más conveniente para ellos según la fórmula "más ganancias a menos costos"; 3) son conscientes de que cualquier decisión que tomen tendrá consecuencias negativas, positivas y/o ambas. El modelo es muy parecido a lo que en Economía llaman Teoría de Selección Racional.

Por su parte, el Modelo de Conducta Organizada está basado en la Teoría de la Organización, la cual establece que: 1) toda organización o institución funciona de acuerdo a su propia configuración, la cual incluye estructuras, jerarquías, capacidades, presupuestos, poderes, procedimientos, metodologías y cultura interna, entre otros; 2) los miembros de la organización o institución proceden según la configuración de la organización y de todos los elementos del Modelo de Actor Racional. Por eso la conducta de los miembros de la organización es tan predecible.

El tercer modelo, Política en el Gobierno, argumenta que los conflictos internacionales no se deben a: 1) las preferencias de individuo alguno; 2) las preferencias  de ninguna organización en particular. Por otro lado, los conflictos internacionales son resultados de: a) decisiones tomadas por los miembros, o actores racionales, de una organización o institución relacionada con la política exterior de una nación; b) dichas decisiones son el resultado de intensas negociaciones políticas y de poder dentro de esa organización o Institución.  

Vale recordar que el Presidente de EEUU tiene consejeros personales y expertos de todo tipo a su disposición, quienes ejercen tremenda influencia sobre él. De hecho, el Presidente tiene un consejero político, un consejero en asuntos legales, y un consejero en seguridad nacional. (Por cierto, todos los Consejeros de Seguridad Nacional del presidente Obama han sido blancos, con la excepción de Susan Rice, mulata casada con un blanco.) El Consejo de Seguridad Nacional incluye al Vicepresidente, Secretarios de Defensa, Secretario de Estado, Jefe de Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, Director de la CIA, Asistente para Asuntos de Seguridad Nacional, Embajador en la ONU y otros más, importantes todos. En ese Consejo todo el mundo tiene ego, vastos conocimientos y experiencia profesional. Algunos son celosos y ambiciosos —en el sentido profesional—, y algunos están más interesados en su éxito personal que en el éxito de la política exterior de EEUU. Que hay de todo en la casa de Dios, ¿o no? 

Es importantísimo destacar que, contrariamente a lo que muchos creen, en ocasiones la política exterior estadounidense se debe más a la personalidad y doctrina del Consejero en Seguridad Nacional y del Secretario de Estado que a la del propio Presidente, aunque es este quien da el visto bueno en última instancia.

Para terminar, tengamos en cuenta que el Presidente, a través de los miembros de su gabinete, tiene, por ley, que reportar sus actividades al Congreso. En cuanto a Seguridad Nacional se refiere, tanto el Consejero de Seguridad Nacional como el Secretario de Estado son confirmados por el Senado en audiencias públicas que suelen ser bastante intensas, agresivas y hasta temibles. Además, no olvidemos los Comité en Asuntos Internacionales en la Casa de Representantes y el Senado. En la Casa de Representantes, la representante Ileana Ros-Lehtinen preside ese poderoso comité. Estoy seguro que ella no se lo pone fácil, ni difícil, al presidente Obama porque él sea negro o hawaiano.    

 

[1] Por ejemplo, para conocer mejor cómo la personalidad de los presidentes influye, ha influido, sobre la presidencia de EEUU, recomendamos, The Presidential Characterde James David Barber, Personality in Foreign Policy de David G Winter, President Bush Goes to War de Stephen J. Wayne, Presidential Personality and Performance de Alexander George y Juliette George, The Hidden-hand Presidency de Fred Greenstein, y The Psychology of Emotion and Politics de George Marcus.

[2] Lo esencial de la decisión: explicando la Crisis de los Misiles en Cuba

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