El sacerdote David Pantaleón, quien se desempeña como superior de los Jesuitas en Cuba, dijo que el apoyo a los presos políticos en la Isla fue uno de los principales motivos de su expulsión del país en declaraciones al programa televisivo El Despertador, que se emite en República Dominicana.
Pantaléon explicó que la forma utilizada por el régimen cubano para sacarlo de la Isla fue no renovándole la residencia, lo que ocurrió desde inicios de 2021, pero al no salir del país en ese tiempo pudo mantener sus labores.
"Las razones me las dieron, los encargados del Gobierno, los de Asuntos Religiosos, que trabajan la relación de la Iglesia y el Estado. Me dijeron que la presencia de la Compañía de Jesús tenía una postura crítica ante las decisiones del Gobierno", afirmó el sacerdote, quien calificó a las protestas del 11J como un momento de madurez ciudadana.
El sacerdote dijo que el día que los funcionarios de la Oficina de Asuntos Religiosos del Comité Central del Partido Comunista de Cuba lo llamaron para decirle que no debía permanecer más en el país, le dijeron por orden las razones, siendo la primera el acompañamiento de los presos del 11J y sus familiares.
"Nos interpelaban diciendo que la Iglesia no debía meterse a acompañar presos, pero eso es una actividad que la iglesia ha hecho históricamente en todos los contextos políticos del mundo", afirmó Pantaleón.
El líder de los jesuitas en la Isla también habló de la censura y el control que ejerce el régimen sobre la libertad de expresión en el país, ejemplificando con el caso del boletín católico Vida Cristiana, por el cual semanalmente lo llamaban para cuestionar o suprimir "algunos párrafos".
No obstante, el sacerdote dijo que "la institución que tiene una voz alternativa más consistente en Cuba históricamente es la Iglesia, porque las demás están prácticamente eliminadas".
Al ser preguntado por la posibilidad de que le permitan volver a la Isla, el líder jesuita dijo que lo "duda mucho", pues las autoridades le dijeron personalmente que debía abandonar el país.
Numerosos religiosos cubanos lamentaron la expulsión del sacerdote, como fue el caso de Sor Ariagna Brito Rodríguez, quien afirmó que "el Gobierno cubano, en uso de sus facultades de poderío dictatorial, sin principios ni valores, le obliga a abandonar el país: temen a la verdad, temen al rostro del bien y deshacerse de lo que les molesta, es su único modo de proceder".
El religioso estuvo entre los más de 200 sacerdotes y laicos cubanos que pidieron en noviembre de 2020 al régimen evitar "un desenlace fatal en San Isidro", a raíz de la huelga de hambre de varios miembros del Movimiento San Isidro en protesta por la represión del régimen, quien se encontraban bajo sitio del aparato policial del régimen en la vivienda del artivista Luis Manuel Otero Alcántara.
En una carta abierta, indicaron que "todos estamos convencidos de que el hostigamiento, sea coordinado o permitido por los agentes del orden, no es solución" y desearon "una Patria en la que se pueda pensar diferente y manifestarlo".
Y ¿qué dice Bergoglio de este, Jesuíta igual que él?, o es que está demasiado ocupado con la lucha de clases y el cambio climático…