La activista cubana Rosa María Payá Acevedo pidió el martes ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) una condena al Estado cubano por su presunta responsabilidad en la muerte de su padre, el disidente Oswaldo Payá Sardiñas.
"Es fundamental que exista reconocimiento de esa verdad", dijo Payá Acevedo sobre el accidente automovilístico donde murieron su padre y el joven Harold Cepero, el 22 de julio de 2012, en una audiencia virtual ante la CIDH en la que también testificó Ofelia Acevedo, viuda de Payá, fundador del Movimiento Cristiano Liberación e ideólogo del Proyecto Varela.
Según un reporte de EFE, ambas urgieron con lágrimas en los ojos a que se haga justicia mediante el reconocimiento de que el régimen de los Castro "asesinó" a ambos opositores "como demuestran las evidencias presentadas".
Subrayaron que antes y después de la muerte de Payá, la familia era hostigada y amenazada por la Seguridad del Estado.
La viuda de Payá declaró que, incluso antes del "asesinato", en varias ocasiones aflojaron las tuercas del vehículo en que se movilizaba la familia y que gracias a lo cuidadoso que era el líder opositor al manejar pudieron evitar los accidentes.
La familia de Payá reiteró que se trató de un atentado y señaló que hasta el momento no han tenido ningún informe oficial por escrito del Gobierno cubano sobre los hechos. La familia de Payá, junto a la de Cepero, planteó la denuncia ante la CIDH, que tardó nueve años en convocar la primera audiencia pública.
Payá Acevedo anticipó a EFE el lunes que la audiencia del martes era la ocasión para la presentación de los alegatos finales de las partes y auguró que la CIDH no tardará en pronunciarse.
La CIDH aclaró que el Estado cubano todavía tiene oportunidad de presentar su parte, si lo desea, de forma escrita.
El Gobierno de Cuba, que no se ha pronunciado ante la organización, está sujeto a la CIDH pese a estar suspendido de la Organización de Estados Americanos (OEA) desde hace décadas. No ocurre lo mismo con la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CorteIDH), motivo por el cual el caso Payá no dará lugar a un juicio en ese tribunal.
Sin embargo, la hija del opositor dijo a EFE que si, como esperan, la CIDH determina que el Estado cubano tuvo responsabilidad en las muertes de su padre y de Cepero insistirán ante la ONU y la OEA en la necesidad de "detener la impunidad" del régimen de la Isla.
"Farsa judicial" tras "seis meses tremendos"
El político español Ángel Carromero, condenado en Cuba por la muerte de Payá y Cepero, dijo el martes que el juicio al que fue sometido en la Isla fue "una farsa" para tapar la responsabilidad del régimen, reportó EFE.
Carromero, quien vive en España, fue uno de los testigos de la audiencia virtual celebrada ante la CIDH por la denuncia de los familiares de Payá y Cepero contra el Estado cubano.
El día del accidente, Carromero, del Partido Popular, manejaba a toda velocidad un automóvil, con Payá, Cepero y un político sueco, Jens Aron Modig, como pasajeros, que se salió de la carretera y chocó contra un árbol, según la versión del Gobierno cubano.
Sin embargo, el español dijo el martes que durante todo el viaje estuvieron vigilados por vehículos de la Seguridad del Estado, que los siguieron y que uno de ellos los sacó de la carretera con un golpe, que ocasionó un choque.
Recordó que ese día Payá había identificado, por el color de las placas, que se trataba de vehículos "de la (policía política) comunista".
"Nos iban siguiendo cada vez más cerca, nos golpearon y nos sacaron de la carretera, me sacaron del coche, me llevaron, perdí el conocimiento", recordó.
Manifestó que despertó golpeado en la cabeza y rodeado de militares e incomunicado en un hospital y que después le hicieron leer una confesión en la que se declaraba culpable del accidente.
El español dijo que su juicio en Cuba fue una "farsa", un "montaje contra dos de los opositores principales contra el Gobierno".
Señaló que en Cuba no contó con un abogado independiente porque todos están suscritos al Estado y que durante las visitas que le hacía el cónsul español "nunca logró estar a solas" con el diplomático, pues siempre estaban acompañados de un teniente.
"No podía hablar con él libremente. No podía comunicarme de forma privada con nadie", precisó.
Subrayó que tampoco tuvo oportunidad de hacer un peritaje independiente de las pruebas, ni siquiera del vehículo, que era lo más importante.
Carromero señaló que "estuvo secuestrado por el régimen (...) seis meses tremendos" y que él nunca hizo una confesión, sino que fue "obligado" a leerla en cámara, incluso con palabras y jerga que no se utilizan en España.
El español fue acusado de conducción temeraria con resultado de muerte y condenado a cuatro años de prisión en Cuba, aunque la mayor parte de su pena la cumplió en España tras un acuerdo entre gobiernos.
"Nunca olvidaré lo que fueron esos días en el calabozo", recalcó.
Además, señaló que también ha sido amenazado y hostigado en España, entre otros, por movimientos políticos procastristas.
"Al poco tiempo de regresar a mi país, estaba siendo objeto de 'posibles acciones', fue muy desagradable", relató.
Carromero también contó que tuvo un encuentro después del accidente con el político sueco que viajaba con ellos en el que comentaron que pensaban que los iban a matar.
Sin embargo, a Modig, dijo el español, "a los dos o tres días lo dejaron ir" gracias a un pacto de silencio.