En la mañana del 7 de agosto de 2018, convocados por la Cofradía de la Negritud, un grupo de cubanos se dieron cita para conmemorar el 106 aniversario de la fundación del Partido Independiente de Color (PIC). Cinco horas antes de la actividad, Norberto Mesa Carbonell, quien preside esa asociación desde julio de 1998, fue detenido con el objetivo de impedir la celebración.
El hecho, nada extraño, evidencia la intolerancia del Gobierno ante cualquier actividad cívica independiente. A pesar de la detención, un grupo de los convocados, a la sombra de un árbol en la Quinta Avenida, celebraron la fecha.
¿Por qué la conmemoración?
Los esclavos domésticos y de plantación en Cuba fueron víctimas del maltrato y las injusticias, especialmente en las plantaciones azucareras, donde incomunicados del mundo exterior y condenados de por vida a la esclavitud, sufrieron los mayores castigos, algo que Alejandro de Humboldt, en el Ensayo político sobre la isla de Cuba, sintetizó así: "al calesero se le amenaza con el cafetal, al del cafetal con el ingenio de azúcar".
De esos maltratos brotaron el cimarrón, el apalencado, las sublevaciones y los alzamientos como los del Cobre en 1677 y 1731, la conspiración de Aponte en 1812 y la de la Escalera en 1844. Con ellas —decía Fernando Ortiz— "el negro logró hacer contra viento y marea un trozo de historia nacional".
Esas acciones por la abolición de la esclavitud antecedieron a las guerras de independencia, en las que las cargas al machete y la vida en la manigua impusieron la igualdad ante los prejuicios raciales. Los negros evolucionaron hasta pensarse como héroes, pero al arribar a la República, aquellas habilidades eran inútiles. Se requería entonces "instrucción y economía", dos requisitos ausentes en los cubanos negros.
En ese momento faltó una acción afirmativa dirigida a disminuir la brecha económica y cultural entre ambos sectores. En su ausencia los negros se incorporaron a los partidos políticos, fundamentalmente al Liberal. Apoyaron a Bartolomé Masó en las elecciones de 1902 y participaron en la Guerrita de Agosto de 1906 con la esperanza de mejorar su posición, pero no ocurrió. La frustración los condujo a organizarse de forma independiente: "No quiero pertenecer a nada en que la raza de color tenga deberes solamente, y esta conducta solo la rectificaré cuando se tenga en cuenta, que servimos, con plena conciencia de que valemos y podemos hacer mucho", escribió Evaristo Estenoz.
El 7 de agosto de 1908 fundaron la Agrupación Independiente de Color, renombrada como Partido Independiente de Color para participar en las elecciones de 1908.
Por el empleo de la violencia verbal algunos de sus líderes fueron acusados de racistas y en una oportunidad Evaristo Estenoz fue condenado a prisión. Sin embargo, al ser liberado por una amnistía en febrero de 1910, durante el gobierno de Mario García Menocal pudieron realizar mítines y manifestaciones públicas y tener entrevistas con Menocal y con Gerardo Machado, ministro de Gobernación.
En ese contexto el Congreso, al aprobar una enmienda contra la existencia de agrupaciones de una sola raza, cerró el camino legal. La respuesta del PIC fue escenificar una protesta armadael 20 de mayo de 1912, bajo el grito de "guerra o abajo la Ley Morúa", pensando más en la suspensión de la Ley que en la guerra.
La respuesta gubernamental fue la matanza de miles de cubanos negros, una gran parte de ellos veteranos de la Guerra de Independencia que fueron masacrados en nombre de la "nación" contra la "raza inferior", incluyendo a sus principales líderes: Evaristo Estenoz y Pedro Ivonnet.
Por haber ocurrido entre cubanos, por su forma despiadada y la cantidad de víctimas, la matanza de 1912 constituye el episodio más sangriento, cruel y bochornoso de nuestra historia.
Después de ese acontecimiento, a partir de los años 30, destacadas figuras de la cultura y de la política cubanas participaron en el debate del tema en la prensa escrita y radial. Uno de los logros fue la declaración de "ilegal y punible toda discriminación por motivo de raza, color o clase y cualquiera otra causa lesiva a la dignidad humana", refrendada en la Constitución de 1940.
El debate, hoy
En 1959 la revolución propinó un cambio en la discusión alrededor del racismo. Al considerar que la discriminación era resultado de las clases sociales y que con su eliminación el racismo desaparecería, se suspendió el debate público y con el debate los instrumentos y espacios cívicos. El racismo se ocultó en las mentes y reapareció con la crisis de 1989. Las remesas familiares reverdecieron las desigualdades, el crecimiento de la prostitución, las actividades delictivas y la alta presencia de negros durante el éxodo de 1994.
En resumen: la colonia no tenía interés en solucionar el problema; la República permitió el asociacionismo y el debate público pero no dictó las medidas institucionales correspondientes; la Revolución dictó las medidas institucionales pero desmontó la sociedad civil que había servido de fundamento al avance logrado.
El problema racial continúa siendo asignatura pendiente, lo que ahora se une a la intolerancia del Estado con las instituciones cívicas que luchan contra ese mal, como ocurrió el pasado 7 de agosto con la detención de Norberto Mesa.