"No puedo llevar una vida normal porque los agentes de la Seguridad del Estado la interrumpen en cualquier momento", denunció a DIARIO DE CUBA la periodista independiente Sol García Basulto.
"Imagínate tratar de seguir un programa, una agenda de trabajo, cuando las autoridades te citan, te detienen, te arrestan, te aplican una medida cautelar que implica firmar todos los miércoles en sus oficinas, y todo esto sin que hayas cometido delito alguno", contó.
El régimen le ha impedido en los últimos meses llegar a La Habana y viajar a Panamá, la detuvo en noviembre, le ha prohibido ejercer el periodismo y ahora la acusa de una presunta "usurpación de la capacidad legal" por "hacer entrevistas en la vía pública" y divulgarlas a través de la revista La Hora de Cuba.
"Las personas temen acercarse a mí. He perdido relaciones con quienes antes fueran mis profesores de escuela, mis instructores, mis amigos, personas que antes confiaban en mí ahora me rechazan por temor, por miedo, por pánico", lamentó.
"Vivo con mi hijo pequeño de tres años de un alquiler en otro, según los precios y el grado de asedio de la Seguridad del Estado. No he podido hasta ahora establecerme en un lugar porque cuando los agentes descubren mi dirección presionan a los dueños para que me expulsen y, como la gente tiene miedo, no les tiembla la mano", detalló.
En conversación con DIARIO DE CUBA, García Basulto, quien es madre soltera, denunció que no solo su rutina y la vida de su hijo son alteradas por el hostigamiento de la Seguridad del Estado, sino también la de sus seres cercanos.
"Lo peor es que hay segundas personas que están siendo afectadas. En primer orden mi familia, motivo de bochorno y desmoralizaciones públicas, mis amigos amenazados y vigilados muy de cerca. Y el padre de mi hijo, víctima de represalias, por ser de todos el que se encuentra en la posición más vulnerable: preso, condenado a 10 años por un delito que no cometió", explicó.
"Y en medio de todo eso, Árbol, mi hijo. En los primeros años de su vida ha experimentado más que muchos adultos a lo largo de la suya, ese ambiente espantoso que se respira en las unidades de la policía o las oficinas militares y paramilitares a las que ha tenido que acompañarme", detalló García Basulto.
Sobre la situación de su hijo, puntualizó que "no tiene área de Salud ni un pediatra que controle su desarrollo ni puede ir al círculo infantil".
"Es imposible para una madre con mi profesión obtener la matrícula en un círculo infantil", añadió.
Asimismo, la periodista independiente denunció que agentes de la Seguridad han hecho circular por las redes sociales "fotos manipuladas y montadas" de ella, que "mantienen pinchado su teléfono para luego tomar represalias con las personas que habla" e, incluso, "han llegado a indagar en sus preferencias sexuales".
Además, le han impedido participar en eventos culturales: "han prohibido mi acreditación en el Festival Internacional de Videoarte de Camagüey. La Asociación Hermanos Saíz ha hecho dos reuniones para prohibir a sus miembros que me den entrevistas o me avisen sobre la realización de actividades".
"Es realmente difícil hacer periodismo cuando el Estado realiza toda una campaña contra ti e intenta desmoralizarte profesionalmente", lamentó.
Sobre su trabajo como periodista en La Hora de Cuba, explicó: "Hubo una época en la que nunca hubiera pensado hacer periodismo, tenía una falsa imagen de esta profesión propiciada por los medios oficiales en Cuba, donde los periodistas pierden el tiempo reportando mentiras o verdades sin importancia. '¿Cómo ser periodista en un país donde la gente usa el periódico para el baño?', solía decir. Y es que era una cubana más sin internet, sin antena, sin acceso a la verdad".
La periodista, junto a Henry Constantín, director de La Hora de Cuba y vicepresidente regional para Cuba de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), se encuentra a la espera de la decisión del régimen sobre la acusación por presunta "usurpación de la capacidad legal" que pesa sobre ambos desde marzo.
Según explicó García Basulto a DDC, la sanción por este delito es de "entre tres meses y un año de privación de libertad o una multa de 100 a 300 cuotas".
"Son 60 días para procesar la denuncia, durante estos 60 días no puedo salir de Camagüey ni del país. Tengo que estar aquí para ellos (los agentes de la Seguridad del Estado)", agregó.
La "usurpación de capacidad legal" es un delito recogido en el Artículo 149 del Código Penal e incurre en él quien "con ánimo de lucro u otro fin malicioso, o causando daño o perjuicio a otro, realice actos propios de una profesión para cuyo ejercicio no está debidamente habilitado", señala el texto legal.
"Es un absurdo porque el Estado emplea a miles de personas como maestros, por ejemplo, sin tener título de ello", consideró Constantín en declaraciones a este diario.
"Muchas personas intentan persuadirme de los riesgos que tiene esta carrera (el periodismo) y me dicen que lo deje por mi hijo. No saben que funciona a la inversa: lo hago por mi hijo, porque no soporto la idea de llevarlo a una escuela donde lo obligarán a repetir consignas mediocres que hablan de muerte y de ser como asesinos. Tampoco voy a separarlo de su familia sacándolo del país, porque él no solo me tiene a mí, también tiene padre, abuelos, tíos, una familia que lo ama y el derecho de estar con ellos. Lo correcto es estar aquí y señalar lo que no está bien", concluyó García Basulto.