Los Vigilantes de Texas de los cubanos Aroldis Chapman y Adolis García son el último ejemplo de la anterior definición. El equipo perdió 102 juegos en 2021 y 94 el año pasado. Sin embargo, en ese lapso invirtió más de 500 millones en agentes libres. Esa fue la base de su campeonato, las firmas de los agentes libres.
Por su parte, nuestro béisbol ha contado con al menos un campeón en seis de las últimas nueve Series Mundiales:
2015: Kendrys Morales (Reales)
2016: Aroldis Chapman y Jorger Soler (Cachorros)
2017: Yuli Gurriel (Astros)
2021: Jorge Soler y Guillermo Heredia (Bravos)
2022: Yuli Gurriel, Aledmys Díaz y Yordan Álvarez (Astros)
2023: Aroldis Chapman y Adolis García (Vigilantes)
Además, Roenis Elías recibió el anillo de campeón con los Nacionales en 2019, pero no estuvo en el roster de la Serie Mundial.
Si nos fijáramos en los jugadores que no nacieron en Cuba pero tienen sangre cubana, tendríamos que mencionar a J.D Martínez en 2018, con los Medias Rojas, y a Kiké Hernández, con los Dodgers en 2020.
"Conozco la lucha por la que pasé, que es parecida a las de muchos jugadores que intentaron irse de Cuba. Gracias a Dios estoy acá y estoy muy agradecido por eso", esas fueron las palabras de Adolis después de ser electo como el Jugador más Valioso (MVP) de la Serie de Campeonato.
La historia de Adolis es digna de una película. Desde salir de Cuba y jugar una temporada en el béisbol profesional japonés, hasta bajarse en un avión en París para abordar otro que iba con destino a República Dominica.
Después que García firmó con los Cardenales en 2017, continuó su lucha. A pesar de mostrar poder en las sucursales, fue puesto en waivers* antes de ser canjeado para los Vigilantes a finales del 2019.
El avileño jugó tres encuentros en la campaña acortada por la pandemia (2020), pero seguía siendo proyectado como un jugador de Ligas Menores. En 2021, a mediados de febrero, fue nuevamente pasado por waivers y, por suerte para Texas, no fue reclamado por otro conjunto.
En cambio, llegó al entrenamiento primaveral ese año con una invitación y allí dejó grandes números. Antes de comenzar la temporada, fue enviado a las ligas menores antes de, finalmente, ser subido al primer equipo.
No lo bajarían más, porque desde allí su historia comenzó a crecer. Llegó al Juego de las Estrellas y terminó la contienda con 31 jonrones. Dos años más tarde, se convirtió en uno de los seis bateadores con más de 90 jonrones (97) y 290 (298) remolques en sus primeros 456 juegos en la franquicia.
La joya de la corona la obtuvo en esta postemporada. "El Bombi", apodado así por los amigos del barrio donde nació en Ciego de Ávila (por tener la cabeza en forma de bombillo, dicen), logró una de las mejores postemporadas para un bateador: impuso récord de remolques (22) para un play off y culminó con ocho cuadrangulares, solo dos menos que la mayor cifra.
Por otro lado tenemos al "Misil cubano", Aroldis Chapman, que si bien no ha estado en su mejor versión, logró mantener una prevención de carreras estable en la postemporada. También fue un brazo que ayudó al bullpen de Texas desde su llegada en junio pasado.
Lo cierto es que fue la segunda vez en su carrera que, después de pasar de un equipo a otro en un canje, terminó coronándose. Primero ocurrió en 2016, cuando los Yanquis lo enviaron a los Cachorros, y ahora pasó de los Reales a los Vigilantes.
Los Vigilantes ya tienen la primera Serie Mundial de su historia. No fue fácil, tuvieron que pasar por cinco estadios, aproximadamente dos docenas de entrenadores y 10.033 partidos. Pero eso sí: son el claro ejemplo de que cuando se invierte de la manera correcta se logran grandes resultados.
Felicidades!!!