Muchos cubanos, incluso amantes del boxeo, habrán olvidado el nombre de Diosbelys Hurtado, pese a su récord de 201 victorias y 20 derrotas en el boxeo amateur. Sus coterráneos en Santiago de Cuba probablemente recordarán más su derrota por nocaut frente a Pernell Whitaker. En un país donde no se transmite el boxeo profesional, las autoridades de esa provincia mandaron a proyectar en los cines ese combate en el que Hurtado fue noqueado.
En 1994, cuando ya era el mejor púgil de su división en la Isla y tras proclamarse campeón en el match de retadores de Irlanda y en el clásico Cuba-EEUU, Diosbelys Hurtado abandonó la delegación en un viaje a Miami para emprender una carrera en profesionalismo.
"A mí nadie me dijo que me quedara, solo quería ser campeón mundial. No me quedé allí por problemas políticos, me quedé por visión política que es diferente", cuenta a Play-Off Magazine, desde España, donde reside, ya retirado, junto a su actual esposa.
Curiosamente, Diosbelys Hurtado parece ser más famoso por sus tres únicas derrotas en el boxeo profesional (todas ellas discutiendo el campeonato del mundo) que por sus 43 victorias (26 por nocaut). Este récord incluye un empate frente a Ricardo Mayorga en noviembre de 1999.
"Mi primera derrota fue con el mejor libra por libra de la época: Pernell Whitaker. Tuve que subir siete libras para enfrentarme a él, un boxeador que siempre admiré".
"Cuando me bajé del ring después de pelear 11 rounds estaba pesando 138 libras y media; no solo me enfrenté a Whitaker, también al referee y a su excelente esquina. Después del combate se convirtió en mi propia esquina para mis siguientes combates. Esa noche le presenté mis credenciales al mundo, como un boxeador a quien creer y respetar. Me convertí en un peleador bien cotizado para la TV americana porque aun perdiendo me gradué con honores".
La pelea entre Hurtado y Whitaker se considera una de las mejores del boxeo profesional. Aunque el cubano perdió, hoy, al mirar atrás, asegura que lo único que haría diferente es "no darles oportunidades a entrenadores novatos, ese fue mi error".
Aunque en Cuba era catalogado de traidor, Diosbelys Hurtado se negó a enfrentar a Whitaker si no lo dejaban subir la bandera cubana al ring.
"Es nuestra bandera, sus colores están por encima de cualquier tipo de ideología", sostiene. "De hecho después de esa noche subir al ring con esos colores se convirtió en una moda".
Sin embargo, no es él quien relata a Play Off Magazine que las autoridades santiagueras transmitieron esa pelea para humillarlo. Su hermano, el pelotero Reutilio Hurtado, contó los hechos a la publicación en una entrevista previa.
"Recuerdo que en el año 1997 se enfrentó a quien en ese momento era el mejor boxeador profesional libra por libra. Ese día discutía el título de la OMB (Organización Mundial de Boxeo) y en el décimo round dio una disertación de boxeo, desafortunadamente en el round 11 fue sorprendido por un golpe y terminó perdiendo por KO".
"Aquí en Santiago de Cuba a raíz de esa derrota se armó una campaña de descrédito contra él, comenzado por una publicación en el periódico Sierra Maestra donde el periodista Miguel A. Gainza publicó una foto en el momento de su caída".
"Eso no fue suficiente y su pelea completa fue grabada y la pusieron en todos los cines de la provincia para que el pueblo opinara contra él".
"Yo ya era atleta de la primera aplanadora y tenía que soportar todo eso, e incluso en la puerta 3 del Guillermón Moncada y en la entrada del comedor del equipo de Santiago, también colocaron los murales ese periódico con la foto".
"Pero Dios es muy muy grande y años más tarde finalmente mi hermano Diobelis Hurtado se convirtió en Campeón Mundial de la OMB, pero nadie publicó esa foto ni pusieron esa pelea en los cines".
Una de las consecuencias de la decisión de Diosbelys Hurtado de convertirse en boxeador profesional fue que su hermano Reutilio, pese a su incuestionable calidad como pelotero, nunca pudo integrar la selección nacional de béisbol.
Para el boxeador, esto fue "una forma negativa de interpretar el libre albedrío. Mi hermano no tiene por qué hacer lo que yo hice; de hecho, nunca lo hizo ni lo hará y si lo hubiese querido hacer, no debiera haber tenido pegas, porque la satisfacción más grande que tiene cualquier deportista o persona es convertirse en profesional en lo que hace".
Como cualquier cubano que abandona una misión o delegación, el boxeador Hurtado sufrió el impedimento de viajar a Cuba. Cuando su madre falleció, contactó con el Vaticano y la Cruz Roja, para que el Gobierno cubano le permitiera entrar a su propio país.
"Después de once días de su fallecimiento me dejaron entrar y dos días después la enterramos. Eso fue en 2007 y en el 2008 regresé, pero desde entonces no he ido más".
Además de la campaña de descrédito en su propio país, las injusticias contra su hermano y la prohibición de entrar a Cuba, Diosbelys Hurtado sufrió discriminación por ser negro, emigrante, cubano y "hasta en los Estados Unidos por no hablar el inglés perfecto".
A esto se sumó el hecho de ser un boxeador mal manejado e incluso mal pagado, pese a su calidad boxística, durante mucho tiempo.
"En peleas de cuatro rounds me pagaban 400 dólares; en las de seis, 600; en las de ocho, 800. Hice hasta de 10 asaltos por solo 1.000 dólares, pero lo acepté porque quería ser campeón mundial y lo tomé como un reto. Fue mi propia aventura siempre, quise demostrar el valor del boxeo cubano".
Nada de esto le impidió obtener algunos de los títulos más importantes del boxeo profesional. En 2002, ganó los combates por los cinturones de la Asociación Internacional de Boxeo (IBA) y de la Asociación Mundial de Boxeo (WBA) en el peso ligero welter.
Posteriormente, perdió ambos y se retiró en 2004. Pero regresó al cuadrilátero en 2007 para ganar dos combates consecutivos por decisión unánime de los jueces.
En 2009, venció al retador Arturo Morúa por decisión dividida y ganó el título latino del peso welter de la Organización Mundial de Boxeo (WBO), que retuvo meses más tarde frente a Manuel Garnica.
El 3 de junio 2011, a punto de cumplir 38 años, enfrentó al español Raúl Asencio en la que sería su última pelea. Ganó por nocaut en el quinto asalto.
La revolucion cubana ,desde 1959 se alimenta del oidio y la divicion que crea entre cubanos.PATRIA Y VIDA.