Lionel Messi ha cambiado de estrategia para buscar su salida del Fútbol Club Barcelona, y tras el burofax del pasado martes donde informó su decisión de marcharse, ha pedido ahora una reunión con el club azulgrana para buscar una solución.
No obstante, según el diario español El Periódico, su idea sigue siendo la de marcharse. Entiende que no se podrá marchar gratis, pero tampoco abonando la imposible cláusula de 700 millones que debería pagar el equipo que lo pretenda.
Pero ahora es el Barcelona el que ni se inmuta y se va a mantener firme en su posición. "O es para renovar o no hay nada que negociar", advirtió la directiva.
Bartomeu y su junta directiva siguen declarando intransferible a Messi y no van a abrirse a negociar con ningún club la venta del jugador argentino. O viene un club con los 700 millones de euros de la cláusula o Messi seguirá vistiendo de azulgrana: esta sigue siendo la postura en el Camp Nou tres días después de que Messi lanzara la bomba pidiendo su carta de libertad.
El Barça va a intentar convencer a Messi de que siga en el club, mientras que el argentino a día de hoy no ha cambiado de opinión y sigue pensando que su ciclo en el conjunto ha terminado.
El domingo Messi se presentará con sus compañeros para pasar las pruebas médicas y el lunes se pondrá a las órdenes de Ronald Koeman para la primera sesión de entrenamiento de esta nueva temporada.
Sobre el conflicto que no parece tener fácil y pronta solución, el representante de jugadores Josep Maria Minguella, explicó que el convencimiento de los abogados de Leo Messi para forzar una salida ha menguado.
Según el representante, la interpretación del contrato del argentino genera serias dudas y podría tener consecuencias legales en el futuro, reportó el diario español Marca.
A grandes rasgos, existe una cláusula en el texto que sitúa en el 10 de junio pasado la fecha clave para que el futbolista comunique que desea irse. El Barcelona se aferra a esta fecha, mientras que los asesores de Leo consideran que el coronavirus ha retrasado el final de la competición y que, por lo tanto, el espíritu del contrato se mantiene vigente.
"Entiendo que el contrato sigue totalmente en vigor, que no ha habido cambio en las fechas", dijo Minguella. "La interpretación de la cláusula limita que ninguna institución dé un paso adelante a comprar un jugador diciendo que está libre y que un día tenga la amenaza legal de que tenga que pagar de un euro a 700 millones. Federativamente no es fácil".
De desatarse un conflicto legal, dijo, la FIFA "daría posibilidad al futbolista de jugar con su nuevo club, pero el Barcelona podría denunciar al jugador por duplicidad de contrato".