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Béisbol

Presidente del INDER, promesas vanas

Osvaldo Vento dice que hay que recuperar todos los terrenos de béisbol de la Isla e inundarlos de implementos. Pero: ¿con qué cuenta la cucaracha?

La Habana

Hace pocos días el presidente del INDER, Osvaldo Vento —durante su intervención en la Comisión de Salud y Deporte de la Asamblea Nacional de Cuba—, llamó a recuperar hasta el último terreno de béisbol en la Isla y pidió inundarlo de implementos deportivos para esa práctica.

El nuevo directivo, ocupante del cargo en sustitución —por razones aún desconocidas—del depuesto Antonio Becalli, habló también de la importancia del trabajo en la base de la pirámide deportiva y de lo que representa el béisbol para el país.

En medio de una crisis nacional donde las arcas del Estado están vacías, y de la ruptura del acuerdo con las Grandes Ligas por la administración Trump, en buen cubano diríamos: ¿con qué cuenta la cucaracha?

El discurso es un llamado al vacío y casi una súplica a no se sabe qué santos milagrosos. Sus palabras son patadas al viento, una utopía que solo calmaría a románticos y a optimistas desmedidos.

El béisbol necesita de grandes inversiones. Decenas de terrenos para la práctica de ese deporte por todo el territorio nacional se han convertido en zonas de pasto para los animales, los técnicos de calidad han emigrado, huyendo de los bajos salarios y la falta de recursos, y las fábricas de implementos deportivos están paradas por falta de materias primas.

Vento no propone un plan de contingencia, no habla de estrategias económicas ni de cambios sustanciales. No menciona inversionistas ni habla de crear una liga profesional cubana como tabla de salvación en medio de naufragios.

En su discurso —aprendida la lección de los "planes inmediatos" dada la suerte de su antecesor en el cargo— recalcó que los enfoques en el béisbol no deben ser triunfalistas, pero empeñó su palabra a largo plazo sin bases objetivas.

El reciente memorándum de entendimiento firmado entre la Federación Cubana de Béisbol y las Little Leagues con sede en los Estados Unidos, donde los directivos de esta última se comprometen a hacer donaciones para el desarrollo del béisbol cubano, también está en una cuerda floja después de los últimos acontecimientos, y en cualquier caso, no puede ser otra almohada donde la economía cubana descanse y siga alimentando sus características parásitas.

Los aficionados están hartos de palabrerías. Se necesitan acciones urgentes para enfrentar las olas migratorias de jugadores que se avecinan y el inminente deterioro de nuestro deporte nacional. Los problemas no los resolverán un pequeño grupo de atletas contratados en la Liga Japonesa, un sistema social que no genera ganancias, y mucho menos unas promesas vanas.

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