El luchador cubano Yasmani Acosta, nacionalizado chileno, está compitiendo a un altísimo nivel en Europa y lo ha demostrado consiguiendo dos medallas en septiembre. La última la ganó en el Grand Prix de Rumanía, donde obtuvo el máximo reconocimiento y se quedó con la presea dorada en la modalidad de lucha grecorromana en la categoría de 130 kilos, informó El Mercurio.
Anteriormente, a principios de este mes, el deportista se quedó con el segundo lugar en el Grand Prix de Polonia, donde cayó ajustadamente en la final ante el lituano Mantas Knystaustas.
De esta forma, con estas notables actuaciones, el luchador, quien lleva tres años en Chile, se ilusiona para lo que será su próximo gran desafío: el Mundial de Lucha que se realizará en Hungría a fines de octubre.
"En Europa hay mucho nivel en la lucha. Me sirve prepararme acá para ir desarrollándome. Mi preparación ha mejorado y todo eso con vista a lo que será el Mundial, donde voy pensando en ganar la medalla de oro", sostuvo.
Ahora, de cara a este importante certamen, el isleño se quedará en Rumanía entrenando hasta el 1 de octubre, fecha en la que viajará a Budapest, capital húngara, para seguir su preparación para el Mundial.
Este año Acosta había mostrado un excelente rendimiento en los Juegos Odesur de Cochabamba, donde consiguió fácilmente la medalla de oro a inicios de junio.
Hace tres años, la vida del deportista Yasmani Acosta cambió para siempre. En 2015, sin oportunidades para representar a Cuba en los Juegos Olímpicos ni en las mejores competencias mundiales, aprovechó un viaje a Chile para quedarse en el país y no volver más a la Isla.
El escaparse le conllevó no poder regresar en ocho años, pero no le importó. Tenía claro que quería triunfar en lo que lo había acompañado toda su vida: la lucha grecorromana, deporte en el que contaba con un título panamericano.
Sin embargo, en Santiago de Chile tampoco tuvo un camino fácil. Al no tener un permiso desde su país natal para representar a Chile, no podía participar en competencias internacionales. A pesar de esto y mientras seguía tratando de conseguir el permiso, durante dos años trabajó como guardia de seguridad, tiempo en el que se vio obligado a retirarse de la actividad profesional.
"En 2017, Neven Ilic, presidente del Comité Olímpico me ayudó para que en Cuba me 'liberaran' para poder competir por Chile. Y lo hicieron. Acá ya me conocían, entonces a pesar de estar dos años sin entrenar, sabían de mis capacidades", contó Acosta.
En diciembre de 2017, la Cámara de Diputados de Chile aprobó el primer trámite constitucional para otorgar la nacionalidad por gracia y se la concedió a Yasmani.
Una moción parlamentaria pidió que se nacionalizara al cubano "por la positiva influencia del luchador en el deporte en Chile en donde además de entrenar, imparte clases de su disciplina".
Acosta representó dos veces a Cuba en la Copa del Mundo, consiguiendo un quinto puesto en 2010. En 2017 obtuvo el bronce (130kg) en el Mundial de Lucha celebrado en París.