Julio Rigal no nació en Guanabacoa, sino en Cayo Hueso. Sin embargo, toda su niñez la pasó en la cuna de Ernesto Lecuona, Bola de Nieve y Rita Montaner. Quizás por eso se hizo músico, quizás fue por la influencia de su abuelo Sammy Castro del Pilar, cantante en la orquesta Ritmo Oriental.
A Cayo Hueso, Rigal le debe la primera vez que tocó una trompeta. Sucedió un día que estaba en el parque Trillo.
"Había un lugar de ensayo y fuimos los niños para allá, a joder, como se dice en buen cubano. La trompeta es un instrumento personal donde tú pones tu labio, etcétera, pero el trompetista que estaba allí nos cedió la trompeta a los niños. Yo dije '¡wow!, que instrumento más interesante'", cuenta el artista.
Fue así como el abuelo, el músico del parque Trillo y los metales que sonaban en la Charanga Habanera de los 90 llevaron a que Julio Rigal, al entrar en el conservatorio de música Guillermo Tomás y escuchar la clásica pregunta "¿qué instrumento tú quieres tocar?", respondiera: "la trompeta".
"Después que entras a la escuela, piensas que ya eres músico. Negativo, ahí es que empieza la pasión. Tienes que lidiar con cinco asignaturas de música, más las de escolaridad. Si suspendes una asignatura de escolaridad, te sacan de la escuela".
En el último año de graduación, Rigal se presentó al concurso Jojazz y obtuvo el tercer premio. Ahí conoció a otros jazzistas y recibió su primera propuesta de trabajo: el grupo Diakára, del fallecido percusionista cubano Oscar Valdés.
"Empiezo a tocar y aprendí cantidad, porque había que tocar cantidad. De hecho, tuve que cambiar la fecha de graduación porque, imagínate, tocando en Diákara y, a la vez, tocando música clásica para graduarme, me rajé el labio. Entonces, a partir de ahí, independientemente de lo bien que tú toques todo funciona por los contactos que vas haciendo con los mismos músicos. Hay que ser aceptado por esos músicos para que ellos confíen en ti y te puedan recomendar para este grupo o para aquel otro".
El networking a Julio Rigal no se le dio nada mal. Luego de Diákara, trabajó con el saxofonista Michel Herrera. Mediante otra recomendación llegó hasta William Vivanco y se insertó en "la onda de la música alternativa". Kelvis Ochoa, Haydée Milanés, Descemer Bueno, Raúl Paz, también han integrado en sus grupos la trompeta de Rigal.
"A Anacaona fue a través de una amiga que tocaba en la orquesta. Giorga Aguirre, la directora, me preguntó si quería cubrir. Incluso grabé con Argelia Fragoso un tema hermosísimo, es decir, que pude formar parte de la discografía de Anacaona".
A pesar de gozar de una excelente salud en el trabajo. Julio Rigal decidió emigrar. Primero obtuvo una beca en Córdoba, con un proyecto que consistía en fusionar la música cubana con el flamenco, a través de la música electrónica. La residencia era solo de un mes, una vez expuesto el proyecto final, Julio Rigal no regresó.
"En Cuba la situación está caótica. La migración de músicos a través de la historia ha sido constante, pero ahora en estos últimos tiempos, más. Yo en Cuba, a pesar de ser un poco mediático, porque hacía varios programas de televisión y tal, en cuanto a trabajo respecta no estaba haciendo casi nada. Estaba desmotivado. No estudiaba. Aquí hay muchas oportunidades, eso me obliga a ponerme para las cosas. En Cuba, aunque no ha bajado el nivel musical, no me gustaba tampoco, tanto lo político como la manera en que ellos manejan todo. Además, estamos lidiando con la historia del reguetón".
¿Qué pasa con el reguetón?
No tengo nada en contra de reguetón, sino con ciertas letras obscenas. Criticaron al Tosco (José Luis Cortés) en los 90, por decir "Tú eres una bruja", y ahora es una locura a lo que se dice. No son todos los temas.
¿Crees que esas letras sean el reflejo de la depauperación dentro de la Isla?
Puede ser. El reguetón, indiscutiblemente tiene un ritmo muy poderoso que hace mover las masas. Ahora con, internet, se nota que hay más ignorancia que personas con cultura. Entonces, está reinando más lo marginal. Ya te digo, no son todos los reguetoneros. Me refiero al mismo Chocolate, por ejemplo, un tipo al que le han dado un bombo, con esas letras que... Como dijo Aturo Sandoval, yo no les doy la bienvenida a estos, si se le puede llamar artistas, al mundo de la música. Por otro lado, sí reconozco que hay reguetón bueno. Es un género para bailar, para el divertimiento. Pero cuando eres músico, estudias a Mozart, a Beethoven, tienes el oído educado. No se puede decir que no, es música y lo están haciendo bien porque llega.
Julio Rigal está enfrascado en su proyecto Equilibrium. Se trata de una idea que surgió en Cuba por el año 2015, como quinteto de jazz. Más tarde, el trompetista decidió cambiar a la onda electrónica para salirse "un poco de lo normal".
"Yo había trabajado con varios DJs, y surgió la idea de que la trompeta estuviese en función de la electrónica y se complementaran con una estructura de jazz".
La gente que quiere disfrutar de tu trabajo en Madrid, ¿dónde puede verte?
Yo estoy, como quien dice, acabado de llegar. Afortunadamente aquí hay muchos músicos cubanos que han emigrado también, y nos ayudamos. Cuando yo acababa de llegar a Madrid hice un concierto en el Lágrimas Club, con Jorgito Aragón, Andy Martínez y Alain Ladrón de Guevara. Pero todavía estoy tratando de insertarme poco a poco. Voy a empezar a colaborar con el flamenco Esequiel Montoya, un artista que viene del concurso La voz.
Oye, ¡El de la Cornetica!
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