Mientras el ala jurídica de la dictadura se encargaba de reprimir al pueblo que se expresó en las calles el 11 de julio, el ala administrativa rumiaba nuevos arreglos que pasarían por beneficios a sus señoreados. Tal es el caso del Ministerio de Cultura (MINCULT), que el martes 20, en el número 80 de la Gaceta oficial de la República de Cuba, introdujo cinco resoluciones que mejoran un poco el pago a los escritores, artistas y periodistas, y la protección de sus derechos de autor.
Así, el pago por obras de "colaboración periodística" publicadas en medios tanto impresos como digitales tendrá rangos bastantes amplios que van desde un mínimo de 50 pesos por una nota informativa hasta 500, o por un reportaje, por ejemplo, de 300 a 1.700 pesos. Para colaboraciones literarias (poesía, cuento, teatro), el Ministerio fija un rango de 300 a 2.000 pesos, mientras que por las ilustraciones se pagarán de 300 a 1.000 pesos. Las tarifas más altas corresponden al diseño gráfico en la modalidad de multimedia informativa o diseño web, y van de los 800 a los 7.000 pesos. En la resolución 68 se precisan también los casos de la crítica artístico-literaria y de las traducciones.
La Resolución número 69 dispone la concertación de contratos para la "remuneración a los autores por la edición de obras literarias y científicas que se expresan en forma de libro o folleto", y en la número 70 se arregla la protección del derecho de autor por la comunicación pública oral de obras literarias.
Las tarifas generales para el cobro de derechos de autor a través de la Agencia Cubana de Derecho de Autor Musical "por la utilización de las obras musicales, audiovisuales y por las segundas y sucesivas representaciones de obras de las artes escénicas" quedan normadas detalladamente en la Resolución 71. En cuanto a las obras creadas para la radio y la televisión, la Resolución 74 establece la concertación de contratos y dispone la modificación de las tarifas de pago para autores de argumentos y guiones.
El sitio web de la UNEAC informa que tales cambios se deben a un profundo estudio de la situación de los artistas, así como a los reclamos de los miembros de esa organización en los congresos y a los cambios monetarios en el país.
De manera general, es cierto que las tarifas de pago suben y se mejoran otros privilegios del derecho de autor. Desgraciadamente, el costo de la vida también ha hecho lo propio. De manera que, como con el "ordenamiento monetario", la precariedad acostumbrada recobrará su equilibrio.