Back to top
Arqueología

Con este sortilegio, una mujer del Antiguo Egipto estimuló el deseo sexual de su amado

¿Eran dos jóvenes amantes cuyo amor prohibido les obligó a estar separados?, se preguntan los investigadores.

Washington
Ilustración de Anubis y Kephalas.
Ilustración de Anubis y Kephalas. Universidad de Michigan

Un documento de 1.800 años de antigüedad está siendo estudiado y analizado por un grupo de investigadores de la Universidad de Chicago, que han encontrado lo que ellos describen como un "hechizo erótico de unión", mediante el cual una mujer llamada Taromeway quiso seducir a un hombre conocido como Kephalas.

El papiro que está siendo sometido a estudio muestra al dios Anubis, con su característica cabeza de chacal, disparando una flecha a Kephalas, quien aparece completamente desnudo, para provocar un incontrolable deseo sexual, reportó la revista Muy interesante.

El hechizo está escrito en demótico, un lenguaje egipcio derivado del hierático que surgió en el delta del Nilo, y en él se cuenta cómo Taromeway quería convocar al "noble espíritu del hombre de la necrópolis" para que encontrara a Kephalas y le "provocara ansiedad a mediodía, por la tarde y todo el tiempo" hasta que buscara a Taromeway en un lujurioso deseo por el que "sus órganos masculinos persiguieran a sus órganos femeninos."

Robert Ritner, profesor de Egiptología en la Universidad de Chicago que participa en la traducción del papiro, aclaró que "el énfasis que se hace en el pene y el escroto son intencionales", ya que son estos los "órganos masculinos" que a ella le interesaban.

En un fragmento del hechizo se dice que Kephalas tendrá que "atravesar la Osa Mayor" hasta que busque a Taromeway y no haya "otra mujer en la Tierra a la que desee o persiga".

Aunque existen otros documentos egipcios que se han asociado con hechizos sexuales, este tiene la particularidad de ser concebido por una mujer para atraer a un hombre y no al revés, como suele ser más común.

Este, además, cuenta con la particularidad de que en él se invoca al "noble espíritu del hombre de la necrópolis" para que despierte la lujuria de Kephalas, por lo que los investigadores creen que una vez escrito el papiro tendría que colocarse en una tumba para que el fantasma de esa persona enterrada fuera invocado.

Una de las grandes dudas que surgen en los investigadores después de traducir el hechizo es la identidad y la historia de sus protagonistas. ¿Eran dos jóvenes amantes cuyo amor prohibido les obligó a estar separados? ¿Qué llevó a Taromeway a recurrir a un hechizo con tal de conseguir la atención y el deseo de Kephalas?

Ritner afirmó en una entrevista a LiveScience que "Taromeway debió estar muy motivada y disponer de recursos suficientes", ya que es muy probable que tuviera que pagar a un experto, un sacerdote tal vez, para conseguir el hechizo.

También se baraja la posibilidad de que Taromeway y Kephalas pertenecieran a grupos étnicos distintos, ya que "mientras que ella es claramente egipcia, Kephalas y su madre tenían nombres griegos". En la época en la que el hechizo fue escrito, Egipto estaba bajo el control de Roma y era común que la gente se cambiara el nombre por uno de origen griego, pero también puede ser que "la fijación sexual de Taromeway por Kephalas traspasara las barreras étnicas".

Más información

Sin comentarios

Necesita crear una cuenta de usuario o iniciar sesión para comentar.