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Tecnología

La escoba voladora existe y es marca Toyota

Es el invento estrella del Salón del Automóvil de Tokio.

Tokio
Escoba voladora.
Escoba voladora. TOYOTA

El i-Broom, una suerte de escoba con tracción eléctrica que muy probablemente haya visto la luz de milagro, porque en principio era solo el pasatiempo de un grupo de jóvenes ingenieros de Toyota en sus ratos libres, se ha convertido en el invento estrella del Salón del Automóvil de Tokio.

El invento, cuyo prototipo se muestra hasta el 4 de noviembre próximo en la feria comercial nipona, ha despertado tanta expectación que podría acabar llegando al mercado, reportó el diario español El País en su suplemento Motor

El i-Broom funciona de forma parecida a un telesquí, pero en vez del cable y la percha, está formado por una escoba con una rueda en la base del cepillo y un botón en el extremo superior que sirve para graduar el empuje y la velocidad.

El usuario que "cabalga" el dispositivo debe ir calzado con patines en lugar de tablas de esquí. Se desplaza con un motor eléctrico alimentado por una pequeña batería que se carga en cuatro horas y le permite ofrecer hasta 20 kilómetros de autonomía con una velocidad máxima limitada a 30 kilómetros por hora.

Toyota lo ha presentado en dos versiones: una de tres metros de longitud y 15 kilos de peso con un motor eléctrico de 0,5 CV; otra más pequeña y ligera, con 0,8 metros, 5 kilos y una potencia de 0,25 CV.

La empresa automovilística propuso también en el Salón de Tokio una fusión entre triciclo y patinete que se llama i-Walk, y que sí tiene confirmada su llegada al mercado.

El vehículo adopta las tres ruedas del primero, junto con el manillar y el módulo eléctrico de los patinetes de pilas actuales. Cuenta con tres variantes: una para circular de pie, otra con un asiento para ir sentado (destinada a la tercera edad) y una última con un pequeño anclaje para tirar de una silla de ruedas. Los tres saldrán a la venta, por ahora solo en Japón, entre finales de 2020 y principios de 2021.

Tanto el i-Broom como los i-Walk se pueden considerar las últimas secuelas del patinete eléctrico, al que complementan. Todos ellos , a pesar de las críticas, parecen haber llegado para quedarse, porque resuelven el transporte en el último kilómetro con un consumo de espacio y energía mínimos. El reto pasa ahora por buscar soluciones imaginativas para integrarlos en el tráfico urbano evitando el riesgo de accidentes. 

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