Para Sandor González no hay mejor lugar para dibujar que a varios metros bajo el mar, lejos del ruido de la vida moderna, rodeado de peces y corales en las aguas de Cuba.
El dibujante de 42 años había ganado renombre en la Isla y el extranjero por sus obras en blanco y negro cuando comenzó a bucear hace seis años, de donde le llegó la inspiración para crear debajo del agua.
"Esto empezó como un pasatiempo, como una pasión", dijo a Reuters en Punta Perdiz, su lugar favorito de buceo, en Playa Girón.
"Pero ahora realmente necesito venir aquí, sumergirme y crear debajo del agua porque hay una paz allá abajo que simplemente no puedes encontrar en tierra firme", dijo.
Para hacer una demostración, González se colocó el equipo de buceo y se sumergió con un lienzo al que ha aplicado un revestimiento especial a prueba de agua, nadando unos 60 metros hasta su caballete fijado en el fondo marino, a unos seis metros de profundidad.
El artista cubano dijo que no planea un dibujo con antelación y que permite que la inspiración le llegue bajo el agua, donde los sonidos se amortiguan y la luz se ondula.
Depender de un tanque de oxígeno limita el tiempo de inmersión, pero en 30 minutos González dibujó una ballena voladora que arrastra una casa tras de sí en un cielo salpicado de nubes.
"¡Nunca esperé ver a alguien pintando debajo del agua!", dijo el turista canadiense Mike Festeryga. Punta Perdiz es un sitio para el buceo en la costa sur de Cuba, a unos 172 kilómetros de La Habana, popular entre los turistas por sus aguas cristalinas y arrecifes de coral.
EL Gobierno cubano está buscando impulsar su industria turística y el centro de buceo ve el trabajo de González como un atractivo adicional. El pintor exhibe parte de su obra en una galería en Punta Perdiz.
"Me gustaría que este proyecto no se perdiera y poder compartirlo con artistas y estudiantes de arte (...), que se cree una especie de cátedra de pintura submarina". "No creo que exista algo así en ningún lugar del mundo", señaló.