La artivista Tania Bruguera llamó este miércoles a los participantes en la próxima Bienal de La Habana a apoyar a los creadores marginados por su oposición al Decreto 349, como una muestra de apoyo a la cultura cubana.
Sería además una respuesta al discurso oficial tendiente a menoscabar y desacreditar la obra artística de todos aquellos con una postura cívica frente a las acciones del poder, consideró Bruguera, una de las artistas cubanas de mayor proyección internacional, durante un debate sobre el 349 y sus consecuencias realizado el Instituto de Artivismo Hannah Arendt (INSTAR), que ella dirige.
La próxima Bienal de La Habana se realizará del 12 de abril al 12 de mayo de 2019, según anunciaron las autoridades de la Isla el año pasado. El tema será "La construcción de lo posible".
Al debate en INSTAR asistieron artistas, activistas y público interesado en intercambiar opiniones sobre el posible impacto de la aplicación del decreto, la ofensiva de funcionarios e intelectuales oficialistas para intentar desacreditar a los detractores del 349, y la necesidad de un movimiento artístico comprometido con la cultura cubana.
Los participantes mencionaron las publicaciones del sitio oficial La Jiribilla dirigidas a desmontar la campaña contra el 349 y a minimizar los efectos aniquiladores del decreto sobre el arte independiente. Mencionaron en específico un artículo titulado "Veinte aclaraciones sobre el Decreto para la protección de la cultura en los espacios públicos", que insiste en asegurar que la normativa está consensuada con los artistas cubanos.
"Son mentirosos", dijo el productor Michel Matos sobre los responsables del artículo. "Hablan de un diálogo con artistas y no mencionan a muchos de nosotros, que el día que ese decreto entraba en vigor estábamos presos. Presos por querer dialogar con una institución. Nunca ninguno de estos funcionarios que menciona La Jiribilla ha querido dialogar con nosotros".
En respuesta a la aseveración oficialista de que el decreto "no afecta la libertad de creación", Matos aseguro que "pensar que Cuba esta cambiando es ser inocente".
La censura "es un patrón constante, y lo vemos en proyectos como fueron el Festival Poesía Sin Fin, Rotilla y Puños Arribas. Lo vemos en un censor permanente y aplicado como Fernando Rojas, que personalmente dirigió el desalojo del grupo Omni Zona Franca, con constructores y policías, de la Casa de la Cultura de Alamar", señaló.
El artista Luis Manuel Otero Alcántara advirtió que, ante las críticas internacionales por el 349, el Gobierno intenta "limpiar su imagen".
"Quieren utilizar este decreto para esgrimir 'legalidad' en el momento de censurar. Por el momento, usan a la policía política para reprimirnos, pero eso les afecta su imagen", explicó.
Acusó al Ministerio de Cultura de ocultar a los interesados el contenido del Decreto. "Solo dan pautas para defender sus puntos, pero ocultan la información del conjunto", dijo.
"Todos sus argumentos en esta campaña contra nosotros son elitistas, clasistas, de capitalismo de Estado. Ahora quieren impedir que un negro del Cerro agarre dos palos y cree su propia música", consideró Otero Alcántara.
El 349 estaría dirigido a conseguir la subordinación de todos los artistas a las instituciones culturales del Gobierno. Uno de los argumentos que esgrime el oficialismo es la defensa contra el "intrusismo profesional", un asunto que —asegura— preocupa a los artistas titulados.
Sin embargo, el propio ministro de Cultura, Alpidio Alonso, es ingeniero eléctrico.
"Fui a [la escuela de arte] San Alejandro, allí aprendí a pintar y disfrute la experiencia de vida. Quieren que ahora me sienta mal de esa experiencia, porque resulta que lo que gané de conocimiento allí puede impedir que alguien con talento, que no llegó a ese lugar, sea considerado un delincuente", expresó en el debate el artista Ítalo.
Hasta el momento, todos los intentos de diálogo con las autoridades por parte de los detractores del 349 han sido desoídos o respondidos con violencia desde las instituciones.
Para el periodista y activista Boris Gonzales Arenas, cuando amenaza en el decreto con decomisar bienes, el Gobierno "sabe muy bien por qué lo hace".
"Para un cubano, comprar un equipo de música, un portátil, son 20 meses de trabajo", dijo refiriéndose a que el salario medio mensual en Cuba no supera los 30 dólares al mes.
"Aseguran consecuencias legales y crean cuerpos de inspectores del Ministerio de Cultura. Quieren que se crea que es una medida normal en otros lugares del mundo. Lo que hacen es vergonzoso y bochornoso", agregó González Arenas.
La artista Iris Ruiz se refirió a la insistencia gubernamental en que el 349 está dirigido principalmente contra el contenido obsceno del reguetón y otros géneros que han ganado popularidad en la Isla de la mano del deterioro de la educación, monopolizada por el Estado.
Ruiz opinó que tras el ataque al reguetón no está precisamente una preocupación por cuestiones morales.
"El Gobierno cubano no quiere el fenómeno dado alrededor del reguetón porque son espacios de jóvenes con sus propias productoras, lejos de las instituciones, capaces de saltar todas las instituciones", consideró Ruiz.
"Les molesta el hecho de que algunas personas no deban entrar en las maquinarias oficiales donde es necesaria la lealtad política para avanzar. Les asusta la independencia económica".
A juicio de Ruiz, el problema del Gobierno "no es la letra de las canciones, sino la libertad del ciudadano frente al Estado".