El bailarín cubano Carlos Acosta fue designado hoy como nuevo director del Royal Ballet de Birmingham (Inglaterra), según informó la compañía, una de las más prestigiosas del Reino Unido, reportó EFE.
Acosta, de 45 años, tomará posesión del cargo en enero de 2020, después de ser seleccionado en una competición abierta por un grupo de expertos internacionales, precisó la institución en un comunicado.
El nombramiento del cubano se produce después de que el actual director, el británico David Bintley, anunciara su retirada para el próximo mes de julio, al término de la temporada.
El reconocido bailarín y coreógrafo señaló que es un "tremendo honor y privilegio" el haber resultado seleccionado para el puesto y reconoció su "gran admiración" hacia Bintley, quien ha conseguido establecer a la compañía como una de las "líderes mundiales de ballet clásico".
"Mi ambición es construir sobre su tradición clásica, expandir el repertorio y llegar a nuevas y más variadas audiencias", agregó Acosta.
Por su parte, el presidente del Royal Ballet de Birmingham, David Normington, destacó el buen momento que atraviesa la compañía y calificó a Acosta como el "mejor bailarín masculino de esta generación".
"Sé que nos traerá su leyenda artística, su energía y su carisma y nos permitirá conectar con gente nueva, especialmente en Birmingham", manifestó.
El bailarín debutó como actor el año pasado en el largometraje de la española Iciar Bollain, Yuli, cinta en la que se interpreta a sí mismo y que le ha valido la nominación a mejor actor revelación en los premios Goya 2019.
La película se basa en su libro No mires atrás, un trabajo que le ayudó a salir de la depresión que le provocó la soledad y el alejamiento de Cuba cuando llegó a Londres para bailar en el Royal Ballet.
Acosta fue formado en la Escuela Nacional de Ballet de Cuba, donde se graduó con honores en 1991 y, tres años después, alcanzó la categoría de primer bailarín del Ballet Nacional de Cuba (BNC).
Dotado de cualidades físicas de excepción, además de su talento, pronto se convirtió, según la crítica especializada, en uno de los más grandes bailarines del mundo.
Su meteórica carrera se desarrolló después en compañías de Italia, EEUU y en 1998 se convirtió en el primer artista negro que ha conseguido ser primer bailarín del Royal Ballet de Londres, donde permaneció más de 16 años.