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Artes Plásticas

Tania Bruguera: 'Mi padre me entregó a la policía secreta'

La artista cubana expone actualmente en el Tate Modern de Londres una propuesta en la que busca 'la empatía forzada'.

Madrid

Ser de una familia privilegiada no ha salvado a Tania Bruguera de verse cara a cara con la Seguridad del Estado. "Mi padre me entregó a la policía secreta", confiesa la artista cubana entrevistada por Stephen Sackur para BBC Hardtalk, refiriéndose a la primera vez que fue interrogada en Cuba, en 1993.

"Eso es lo que pasa en un país como Cuba, donde todo el mundo piensa que tiene que salvarse a sí mismo", dice la creadora, que actualmente expone en la Turbine Hall del Tate Modern de Londres. Un país "en el que si te opones al Gobierno, las cosas llegan a ser tan dramáticas que la gente se vira a veces contra la propia familia", dice.

Bruguera reconoce que la relación con su progenitor, un diplomático cubano, fue "muy dura". Su padre creía en la Revolución, explica Bruguera, y lo que ella aprendió de él fue a creer en sus principios (aunque fueran distintos de los de su padre), señala la artista.

"Fue doloroso, pero al final cayó en desgracia, como le pasa a mucha gente, y empezó a ver la realidad tal como era y no desde su torre de márfil", indica. Pero ella está feliz de que antes de morir le dijese "que estaba orgulloso de mí y que yo tenía razón", expresa Bruguera, quien ha sido detenida en varias ocasiones porque su arte, cargado de connotaciones políticas, no ha sido del agrado de las autoridades cubanas. Ese ha sido el caso de obras como la performance El susurro de Tatlin, que intentó realizar en la Plaza de la Revolución y en el Monumento a las Víctimas del Maine, en La Habana, en 2014. En esa ocasión le fue retenido su pasaporte durante varios meses. Según la versión del régimen, la artista fue arrestada "por resistencia y desorden".

"Ellos (las autoridades) ni siquiera quieren que la gente se imagine que puede ser libre. Ese es el problema que tenemos en Cuba. No quieren ni siquiera que la gente intente sentirse libre o tener sentimientos de libertad. Entonces lo que yo hago con mi arte es coger la propaganda del Gobierno o de las instituciones y ponerla a prueba", señala Bruguera.

'Empatía forzada' en el Tate Modern

Muchos artistas aprovechan la oportunidad de exponer en la Sala de las Turbinas (Turbine Hall) para "llenar el espacio". Sin embargo, Bruguera "no ha puesto mucho" allí, comenta el periodista Steven Sackur.

Lo cierto es que al entrar al espacio el espectador solo ve un suelo pintado de negro. La obra solamente se deja ver cuando la superficie del piso recibe suficiente calor humano. Es decir, se revela únicamente cuando un grupo grande personas se acuesta en el suelo al mismo tiempo. Esto implica —como ya adelantó la artista antes de la inaguración— un "llamado a la acción" en colectivo, sin la que no es posible ver la pieza. 

"Es una tarea casi imposible", dice a BBC Mundo Catherine Wood, curadora de arte internacional del museo. Con esta instalación Bruguera "eligió poner una imagen debajo del suelo utilizando material sensible al calor, porque le encantaba la idea de hacer un mural horizontal".

La imagen que eventualmente se ve es la de Yusef, un joven refugiado sirio que llegó a Reino Unidos desde Homs, y ahora estudia Medicina.

El eje central de la propuesta de Bruguera es la emigración, un tema de actualidad que varios creadores tocan habitualmente. Pero el enfoque de Bruguera "trata, activamente, de hacerte sentir físicamente incómodo", y esta sensación la completa una "habitación para llorar" diseñada para hacerle saltar lágrimas a los espectadores. La artista persigue crear lo que llama "empatía forzada", ya que el público llora literalmente al entrar en contacto con un compuesto orgánico que irrita los ojos.

Bruguera dice que lo que motivó su obra no es solo la crisis migratoria en sí, sino la creciente indiferencia que hay en torno a este tema.

Un cartel en la exhibición dice: "El periodismo y las redes sociales nos brindan información de los eventos mundiales las 24hs. La migración se presenta como una crisis en desarrollo y da la sensación de que no podemos cambiar lo que está ocurriendo". Por ello, esta obra busca "combatir esa sensación de apatía".

Parte de la experiencia que supone visitar esta propuesta es la marca que la artista deja en cada espectador: un sello que reciben los participantes en la mano con unos números. Esta cifra se refiere a una estadística sobre la migración masiva que cambia constantemente. 

"Es el número de personas que migraron el año pasado en el mundo, más el número de personas que murieron tratando de huir de su país", explica Wood.

La propuesta cuenta, además, con unos efectos sonoros, realizados en colaboración con el artista Steve Goodman o Kode9, que causan en el visitante una sensación de inquietud o de que algo está a punto de ocurrir.

"La vida no es fácil, quiero que la gente salga de su zona de confort", señala la artista.

Solidaridad improvisada

Coincidiendo con esta obra por la Comisión Hyundai, Tania Bruguera organizó una improvisada protesta en el Tate Modern en apoyo a Shahidul Alam, un fotoperiodista, profesor y activista de Bangladesh que está encarcelado desde el 5 de agosto después expresar críticas sobre el brutal manejo de su Gobierno de las recientes protestas estudiantiles.

"El arte nunca significó tanto para mí. Has ayudado en la lucha por la vida de alguien", le dijo a Bruguera la sobrina de Alam, quien participó en la organización de esta acción improvisada junto al curador peruano José-Carlos Mariátegui, según informa ArtNet.

Para su acción, Bruguera extendió una selección de las fotografías de Alam a lo largo del piso de la Turbine Hall, e iluminó cada una con una pequeña linterna. Aunque no fue planeada, la protesta acompañó la exposición actual de la artista, que se inauguró en el museo este martes 2 de octubre.

Las fotos forman parte del proyecto Crossfire, de Alam, una serie de fotografías que documentan los sitios de asesinatos extrajudiciales perpetrados por el Batallón de Acción Rápida (RAB) del Gobierno de Bangladesh. 

La exposicón de Tania Bruguera en el Tate puede visitarse hasta el 24 de febrero de 2019. Como parte del programa de actividades previas, el 16 de octubre habrá un encuentro con la artista.

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