El Cristo de La Habana, una de las imágenes más emblemáticas de la bahía de la capital cubana, donde fue ubicado dos semanas antes de la llegada al poder de Fidel Castro, fue declarado este sábado Monumento Nacional por sus "excepcionales valores artísticos", informó la televisión estatal citada por EFE.
La escultura, de la artista Jilma Madera y que desde 1958 se alza en Casablanca, frente a la línea costera de La Habana, mide 20 metros y para su creación se emplearon más de 300 toneladas de mármol de Carrara.
Su declaración como Monumento Nacional tomó en cuenta su valor artístico, pero también que se trata de un "hito del paisaje de la bahía" habanera y un "icono del alto arraigo popular en la identidad capitalina", según el reporte oficial.
El Consejo Nacional de Patrimonio Cultural también valoró la calidad del proceso de restauración concluido a principios de 2013 tras más de un año de trabajos por el cual también recibió también el Premio Nacional de Restauración de ese año.
La imagen, compuesta por 67 piezas, representa a Jesús de Nazaret en pie, con una mano en alto en gesto de bendecir y la otra sobre el pecho. Se emplazó en la colina de La Cabaña, en Casablanca, el 24 de diciembre de 1958, quince días antes de la llegada al poder de Fidel Castro.
Jilda Madera esculpió la obra en Italia, donde las piezas fueron bendecidas por el papa Pío XII antes de su traslado a Cuba.
La estatua sufrió daños por descargas eléctricas en varias ocasiones entre 1960 y 1980, lo que obligó a instalar un pararrayos para protegerla.
Actualmente a sus pies se encuentra un parque desde el cual se aprecia una amplia vista de la bahía y la ciudad, un sitio de recreación y también una atracción turística visitada cada año por los miles de extranjeros que llegan a la Isla.