La galería Factoría Habana, en la capital de la Isla, exhibe una muestra de los diseños de interior de la cubana Clara Porset (1895-1981), pionera del diseño industrial en Latinoamérica.
Con sólidos estudios en su niñez y juventud en Estados Unidos, el mueble para Porset tenía el valor de una obra de arte. El uso del espacio y la selección de materiales marcaron su sello personal. Supo aprovechar del diseño clásico, junto a las tradiciones de los pueblos, sobre todo de la cultura mexicana, con la utilización de tela y fibra vegetal.
Diseñadora de vanguardia, hizo uso de las líneas y ondulaciones para plasmar belleza y comodidad con un destino utilitario. Estaba convencida de la efectividad de la luz y el espacio y en contra del exceso de ornamentos. Enriqueció sus obras viajando y adquiriendo conocimientos en América y Europa. Fue laureada con premios como el de la Trienal de Italia, en 1957, por el diseño de muebles de playa y jardín.
Se le debe mucho a la figura de Clara Porset, que no ha sido reconocida como se merece, quizás por radicarse en México. En 1961, hizo el diseño de 2.000 muebles para la Ciudad Escolar Camilo Cienfuegos. También creó el Departamento de Diseño, que más tarde se convertiría en Escuela de Diseño Industrial. Asimismo, abogó por la superación de los trabajadores y la retroalimentación entre profesionales y operarios.
Porset residió en México a partir de 1940. Hasta su muerte fue profesora de la Universidad Autónoma de México.
Desde 1988 esa institución otorga, junto al Fondo Clara Porset y el Museo Franz Mayer, un premio que lleva su nombre y está destinado a apoyar a mujeres estudiantes y profesionales del diseño industrial.
Diseños de Porset forman parte de la colección del Museo de Arte Moderno de Nueva York (MOMA).