El salón fotográfico PHotoEspaña 2015 rendirá homenaje a Alberto Korda (La Habana, 1928-2001) con una exposición en el Museo Cerralbo de Madrid entre el 2 de junio y el 6 de septiembre. La exposición, bajo el título "Korda, retrato femenino", mostrará una faceta desconocida del autor con la selección de 60 retratos de mujeres en blanco y negro que realizó entre 1952 y 1960.
El autor del conocido retrato del Che desvela con esta amplia colección de fotografías la pasión que sintió por la belleza de la mujer, unas imágenes en las que se puede observar su particular estilo y el uso de luz natural, informa el portal Hoy es arte.
En 1953, junto a Luis Pierce, el fotógrafo creó los Studios Korda, dedicados fundamentalmente a la fotografía publicitaria. De entre los encargos que recibían, Korda se reservó las campañas publicitarias de importantes firmas comerciales (Bacardí, los ateliers de los modistos, campañas turísticas nacionales, portadas de revistas, compañías de seguro, etc.).
Las campañas estaban siempre vinculadas a la belleza femenina como género y encargos que recibía desarrolló una estética coherente con el estilo, el diseño y las tendencias artísticas de los años cincuenta, tanto cubanos como internacionales.
Muchos de estos reportajes, concebidos como actos creativos ajenos a la demanda de un determinado cliente y tomando como modelo a jóvenes anónimas encontradas al azar o atraídas por la creciente fama de Korda, fueron publicados sistemáticamente en las páginas de la revista Carteles, decana de las publicaciones cubanas, caracterizada por un variado índice temático de artículos y secciones.
Las fotos eran concebidas como secuencias narrativas, acompañadas de breves textos de Guillermo Cabrera Infante, bajo el seudónimo de G. Caín; un mano a mano entre literatura e imagen.
"En más de una ocasión Korda llegó a señalar que fue la necesidad de captar la belleza de las mujeres lo que le hizo fotógrafo", explica la comisaria de la exposición, Ana Berruguete, en un texto del material de prensa de la muestra. "Era tal su obsesión, que el retrato femenino constituyó el nervio angular de su trayectoria", agrega.
A partir de enero de 1959, con el inicio de la Revolución, Korda sumó a la dinámica cotidiana la responsabilidad de retratar el nuevo contexto y, de la noche a la mañana, el espacio que ocupó una modelo frente a la cámara, lo ocuparon las jóvenes guerrilleras, como si fueran otro tipo de modelos, y a las mujeres que acudían a los desfiles militares.
Su primera modelo
La primera mujer que Korda fotografió fue Yolanda, su novia de juventud, intentando simular esas sesiones y posados que publicaban las revistas de la época, siempre extranjeras. Tendría 16 ó 17 años, y para ello cogió prestado a su padre su cámara Kodak 35, hasta que algunos ahorros le permitieron comprarse su primera cámara en una Casa de Empeños. De Yolanda sólo se conservan unas diapositivas malgastadas.
Desde el inicio, Korda seleccionó personalmente a las modelos de las que acudían a su estudio para ofrecerse pero, también, de mujeres anónimas elegidas al azar en la calle que le cautivaron por su belleza. Al poco tiempo de abrir los Studios Korda, Alberto conoció a Nidia Ríos, una joven estudiante de la escuela americana de La Habana que se convirtió en su modelo.
Poco más tarde, Korda incorporó a la modelo Natalia Magali Méndez Ramírez, conocida como Norka, que para entonces trabajaba profesionalmente en la televisión y empezaba a hacerlo para la alta costura. Con Norka, una mujer delgada de gran estatura y curvas clásicas, de piel muy blanca y ojos claros, formó enseguida un dúo creativo que les hizo colaborar activamente entre 1956 y 1963.
Según ha señalado la historiadora Cristina Vives, la creatividad de Korda rompió con el prototipo de imagen publicitaria cubana de la época: frente a las mujeres caracterizadas por su voluptuosidad, de poses provocativas que incitaban al deseo carnal —gestos propios de la sociedad "machista" cubana de entonces— Korda apostó por líneas y contornos casi abstractos y elegantes; por la suavidad de movimiento y la síntesis de elementos en la composición.
A pesar de todo, Korda llegó a ser criticado por publicar algunos retratos de mujeres desnudas o semidesnudas en la sección "Cine-Bellezas" de la revista Carteles. Ante estas acusaciones Korda pidió a Lourdes Colete, secretaria de Studios Korda, que se vistiera de riguroso negro y posase para una sesión en el cementerio de La Habana que publicó, como réplica, bajo el título de "La belleza y la muerte", en la misma revista en 1959.
Cuando la publicidad y la moda dejaron de ser fuente de trabajo para los fotógrafos en Cuba en los años siguientes al triunfo de la Revolución, Korda mantuvo abierto los Studios Korda. A partir de entonces, simultaneó la escasa fotografía de estudio con los viajes en labor periodística junto a Fidel Castro y con las pocas campañas publicitarias que trataron de promocionar en el exterior los productos nacionales por excelencia: el turismo y la artesanía, para las que utilizó a Norka como modelo.
El 14 de marzo de 1968 Studios Korda fue intervenido por el Departamento de Lacra Social del Ministerio del Interior. Todos los negativos y equipos fueron confiscados y llevados a paradero desconocido. Semanas más tarde, solo se recuperaron los negativos dedicados a la Revolución, que son los que actualmente se conservan en los archivos de la Oficina de Asuntos Históricos del Consejo de Estado de Cuba.