Una pequeña nota en el periódico Granma daba el aviso y el pequeño salón del Instituto de Investigación Cultural Juan Marinello se desbordó en la tarde del viernes pasado para ver el ensayo documental Los amagos de Saturno de la joven periodista Rosario Alfonso Parodi, investigadora del centro.
El tema, a pesar de los años transcurridos, sigue siendo un "muy controversial" para muchos de los actores del proceso, aunque el trabajo investigativo de la periodista se centró casi exclusivamente en tratar de develar los insondables motivos que llevaron a Marcos Rodríguez a delatar a los cuatro miembros del Directorio Revolucionario escondidos en la madriguera de Humboldt 7, días después del fracasado asalto al Palacio Presidencial.
A la presentación asistieron antiguos miembros del Directorio Revolucionario, historiadores, periodistas y hasta el expresidente de la Asamblea Nacional Ricardo Alarcón, para presenciar el documental, el primero hecho en Cuba sobre uno de los juicios más controvertidos de la Cuba castrista.
Indudablemente, la periodista logró un buen trabajo de realización, pero quienes hayan tenido la oportunidad de leerse el libro Un asunto sensible de Miguel Barroso (Mondadori, Barcelona, 2009), no pueden dejar de pensar que el documental es una contrarrepuesta muy débil a la excelente investigación del escritor español. Más aun cuando en el documental no se menciona en ningún momento ese libro, que la investigadora leyó, pues fue mencionado en la presentación de su trabajo.
Resulta evidente que las tesis de Barroso son todavía muy incómodas para un trabajo de corte semioficialista, pues señalan la hábil maniobra de Castro en función de despejar su camino para concentrar en sí el poder absoluto aprovechando lo ventilado en ese juicio y las nefastas consecuencias que tuvieron para muchos de sus protagonistas, muchos de los cuales fueron separados de sus altos cargos en el Gobierno.
No obstante, resulta encomiable el empeño de Alfonso Parodi por sacar a la luz pública una de las pugnas más sonadas entre las tres principales organizaciones que se "disputaban el poder en Cuba" en los años fundacionales del castrismo y todo el misterio que aún hoy envuelve al caso.
La periodista no pudo llegar más allá de lo develado por Barroso. Varias de las fuentes —Edith García Buchaca, Osmani Cienfuegos o el impenetrable Faure Chomón, a quien Barroso tampoco pudo entrevistar— no accedieron a ser entrevistadas por ella. Aunque considero que no aportarían demasiados datos reveladores alrededor de estos sucesos y que para un mejor esclarecimiento sería necesaria la desclasificación de los archivos gubernamentales a los cuales Alfonso Parodi tampoco pudo acceder.
La zona donde más vacíos presenta el documental estriba en la acusación de agente de la CIA que se le hizo a Joaquín Ordoqui poco tiempo después del fusilamiento de Marquitos, pues esa acusación —según Barroso— nunca se le pudo probar al veterano luchador comunista, otro de los grandes errores de Castro, quien con su habitual prepotencia nunca rectificó esa injusticia.
El ensayo documental Los amagos de Saturno se queda en la mera exposición, ya que ofrecer alguna conclusión o juicio, por más tímido que este fuera, hubiera sido muy espinoso para la autora. Como era de esperar, los medios oficiales hicieron silencio sobre lo sucedido en el Juan Marinello pues aún hoy el "Caso Marquitos" continúa siendo para los dueños del poder en Cuba "un asunto sensible".