El Tribunal de Aleksin, distrito de la región de Tula, al sur de Moscú, decidió la expulsión por la fuerza de la Federación de Rusia de dos cubanos que violaron el régimen de estancia en ese país, mientras que en Sebezh, cerca de la frontera con Letonia, una madre cubana con tres hijos, dos de ellos menores de edad, fueron detenidos y deportados.
Ambos hechos se producen luego de que Moscú lanzara una dura campaña contra los extranjeros en condición irregular en ese país a raíz del ataque terrorista contra el centro comercial Crocus, cerca de la capital rusa, que es el peor en dos décadas en ese territorio y dejó al menos 150 muertos.
De acuerdo con el servicio de prensa del sistema judicial de la región de Tula, allí se abrieron causas de carácter administrativo contra los cubanos L. Chaviano Delgado y J. Alberto Penichet, quienes habrían entrado a Rusia en 2021, y desde entonces permanecían en régimen de ilegalidad en el país.
Según el reporte del medio local DZen, el tribunal los declaró culpables y les impuso una multa de 3.500 rublos a cada uno, aparte de decidir su expulsión por la fuerza de Rusia.
Por su lado, un medio local de Sebezh reportó que el pasado 30 de marzo una patrulla fronteriza de esa región de Pskov, limítrofe con Letonia, identificó y detuvo a Katia Regina Figueroa López, quien estaba con sus hijos Carlos Daniel Reyes Figueroa, Jorge Luis Arias Figueroa y Javier Alejandro Figueroa López, todos cubanos, los dos últimos menores de edad. Según el reporte, "carecían de los documentos adecuados para permanecer en la zona fronteriza".
El Tribunal de Distrito de Sebezh decidió el 1 de abril declararlos culpables de cometer una infracción administrativa y les impuso una multa de 500 rublos, con expulsión forzosa de la Federación de Rusia.
Finalmente, un turista cubano que se alojó en la ciudad de Ivánovo, en el centro de Rusia, fue multado y expulsado "por violar el régimen de estadía" y "evadir la salida del país al final del periodo de estadía", reportó el medio local KStati News.
Según el servicio de prensa del Tribunal Regional de Ivánovo, el individuo, cuya identidad no fue revelada, llegó a Rusia en agosto de 2023 y no regresó a Cuba debido a "la carencia de fondos" monetarios para comprar un pasaje.
Pero, agregó el reporte, el cubano "debería haber solicitado a las autoridades regularizar su situación migratoria. Pero no lo hizo". El tribunal lo condenó a una multa administrativa, más la expulsión de Rusia. Unos conocidos suyos lo habrían ayudado a pagar el pasaje de regreso.
Lo anterior ocurre luego de que Vladimir Putin llamara el martes último a combatir la inmigración ilegal, tras el brutal atentado perpetrado el 22 de marzo por cuatro presuntos terroristas de origen tayiko en las afueras de Moscú.
"Hemos pagado un alto precio y todo el análisis de la situación debe ser sumamente objetivo y profesional", dijo Putin, dirigiéndose a la plana mayor del Ministerio del Interior ruso, según un reporte de EFE.
Putin consideró prioritario contener el flujo de inmigrantes ilegales, por lo que propuso crear bases de datos digitales con datos biométricos, ya que las actuales son "insuficientes". También subrayó que Rusia necesita cambiar "radicalmente" la actual política migratoria y defendió "el principio de que solo pueden venir a vivir y trabajar en Rusia aquellos que respetan las tradiciones, el idioma, la cultura y la historia" del país.
"Ese principio debe ser decisivo", dijo y resaltó que la inmigración ilegal es el caldo de cultivo del extremismo, otra de las prioridades de Interior. Al respecto, denunció que los grupos criminales colaboran con servicios secretos extranjeros y estructuras radicales en el tráfico de personas, armas y drogas.
Y si bien consideró "inadmisible" utilizar el reciente atentado terrorista para fomentar la xenofobia, la islamofobia y el odio étnico, lo cierto es que estos fenómenos se han disparado en Rusia, después que la masacre agitara la indignación de los rusos con la inmigración irregular y los casos de corrupción a la hora de conceder de manera fraudulenta a extranjeros, en su mayoría oriundos de las repúblicas centroasiáticas, permisos de residencia o la ciudadanía.
El propio jefe del Kremlin aludió a la expedición del pasaporte a extranjeros que ni siquiera hablan ruso a un nivel básico. Putin también llamó a Interior a reforzar las medidas de seguridad en los nudos de transporte, centros comerciales, escuelas, universidades, teatros, instalaciones deportivas y otros lugares de concentración masiva de personas.
Pese a lo anterior y a que el grupo Estado Islámico reivindicó el atentado, Putin y los altos funcionarios rusos vinculan ese acto terrorista con los ataques fronterizos ucranianos de los últimos meses y también aludieron a la implicación occidental, sin mostrar pruebas.
Los cubanos viajan a Rusia desde hace años sin visa, con permisos por 90 días. En una primera etapa, muchos hacían allí turismo de compras, pero en los últimos tiempos una cifra desconocida usó ese territorio como puente para cruzar a Europa y, últimamente, miles se emplean como trabajadores.
DIARIO DE CUBA comprobó a inicios de año que en la nación euroasiática existen emprendedores cubanos que contratan viajes por carretera a la vecina Abjasia, territorio autoproclamado independiente de Georgia y reconocido por Moscú, para que los nacionales de la Isla renueven sus permisos de 90 días cruzando la frontera y volviendo a ingresar a Rusia.
El antropólogo y etnólogo ruso Alexander Silantyev aseguró que en la actualidad hay entre 4.000 y 5.000 trabajadores migrantes cubanos solo en Moscú. Estos ven un contrato de trabajo en Rusia como una solución válida para la situación dantesca que viven en la Isla y como una salida migratoria.
Asimismo, cientos de cubanos viajaron a Rusia en 2023 para sumarse como mercenarios a la invasión de Ucrania. Estos últimos, bajo la promesa de obtener la residencia para ellos y sus familiares tras al menos un año reclutados por las Fuerzas Armadas de ese país.
Las expulsiones de extranjeros de Rusia amenazan con complicar la situación económica nacional, tensada por la economía de guerra impuesta por el Kremlin a su industria, bajo sanciones de Occidente, que no tiene suficiente mano de obra y siempre ha dependido de la importación de trabajadores baratos de países exsoviéticos y, últimamente, de regiones como Cuba, India y Nepal.
Hay que espulsar a todas las rusas que en busca hombres fogosos,se empataron con cubanos , así como a su descendencia, así verán que los racistas no son solo los del " imperio" como dice la propaganda oficial...
Los hp son unos racistas y después quieren que los otros países lo traten como personas. EE. UU. y otro país le dijeron cuando y donde los terroristas iban a hacer de los suyos y se hicieron los locos.
Entiendanlo de una vez y por toda: los bolosgrajosos solo quieren CARNE DE CAÑON (los demas estan sobrando....