El cubano Roberto Valdés Casanueva, quien fue deportado a Cuba desde Bielorrusia en diciembre pasado, se encuentra desde el 8 de enero en Vilnius, capital de Lituania, gracias a la Fundación BYSOL, que se encarga de la defensa y protección de las víctimas del régimen bielorruso y otras organizaciones.
"Fui rescatado desde Rusia adonde me habían enviado después de que me sacaron de prisión en Bielorrusia. Tenía solamente un mes para estar en Moscú sin registración y en ese tiempo contacté a Andrej Stryzhak, directivo de la Fundación BYSOL, y con la ayuda también de otras organizaciones como Freedom House, obtuve una visa humanitaria para viajar a Lituania", dijo Valdés Casanueva a Radio Televisión Martí.
"Roberto Casanueva ha sido evacuado y está a salvo en Lituania. Gracias a todos los que participaron en esta operación. Parece que hubo al menos 50 personas que hicieron mucho por su libertad. Ahora Roberto no corre peligro y será su primera buena noche de paz en mucho tiempo", escribió Stryzhak en su cuenta en Facebook.
En Bielorrusia, donde vivió durante tres décadas, dejó a su esposa, a tres hijos (Christian, Claudia y Alberto) y una exitosa carrera como diseñador gráfico.
"Por lo pronto, no es posible reencontrarnos. Lo único que podemos hacer es llamarnos, conversar mediante los chats por la internet y querernos en la distancia", dijo el cubano.
Valdés Casanueva fue arrestado el 11 de noviembre de 2020, tras participar en una protesta luego de que la oposición bielorrusa denunciara fraude en los comicios electorales en los que Alexander Lukashenko, en el poder de la antigua república soviética desde 1994, se proclamara vencedor.
Su permiso de residencia en Bielorrusia estaba vencido y solicitó una prórroga a las autoridades migratorias que le advirtieron que no participara en las manifestaciones porque de ser así, revocarían el documento.
Como castigo posterior al cumplimiento de un año de privación de libertad, el Gobierno de Bielorrusia le impuso una prohibición de entrada al país por los próximos tres años. Fue puesto en libertad con orden de deportación, pero como no hay vuelo directo desde Bielorrusia a Cuba, fue enviado a Moscú con un permiso de estancia de 30 días. Durante ese período trató de arreglar su situación antes de que venciera el plazo.
"No tengo nada de qué avergonzarme, ni me arrepiento de lo que hice. Lo haría millones de veces y muchas más. Los resultados de las elecciones en Bielorrusia fueron fraudulentos y la violencia desatada por el Gobierno de Lukaschenko es inédita: miles de personas detenidas, golpeadas, hubo muertos y eso no tiene justificación. No me puedo quedar callado, ni decir que soy extranjero y que nada tiene que ver conmigo. Eso no es así", remarcó.
Asimismo, consideró que los gobiernos totalitarios, verticales, controlan las economías en sus bolsillos y se olvidan de proclamar leyes para ayudar a la población a vivir, no a sobrevivir, "no a vivir de la limosna como pasa en Cuba hoy".
Valdés Casanueva reside por ahora en casa de unos amigos en Vilnius y ha recibido algún dinero proveniente de donaciones.
La Fundación BYSOL abrió en su portal electrónico una cuenta para recibir contribuciones monetarias para ayudar a Casanueva.
"El régimen de Cuba controla a las masas con palabritas, con cancioncitas, diciendo las mismas mentiras. La situación en Bielorrusia es difícil, pero la de Cuba es peor. Tendríamos que multiplicar muchas veces la situación en Bielorrusia para calcular, realmente, cómo es la de Cuba", concluyó.
Lituania se independizó definitivamente de la Unión Soviética en 1991, y en 2013 estableció relaciones diplomáticas con el Gobierno de Cuba, pero aún no ha abierto embajada en La Habana. Tampoco el Estado cubano tiene sede diplomática en la capital lituana.