Alberto Jordán Morera, de 56 años y único descendiente de uno de los cinco ex combatientes "internacionalistas" de Caibarién, Villa Clara, que reconoce la estatal Ecured, se quitó la vida lanzándose desde lo alto de un edificio del reparto Van Troi, donde residía, el pasado 8 de enero por la tarde.
Jordán Morera padecía de esquizofrenia, agravada tras la muerte de su padre, Humberto Jordán Gallo, en 1978.
Según la versión oficial, Humberto Jordán Gallo murió mientras cumplía "misión internacionalista" en Etiopía, enviado por el Gobierno de Fidel Castro. Solo llevaba tres meses en el país cuando el tanque de guerra que conducía cayó en una emboscada. El estadio de béisbol de Caibarién, destartalado desde el paso del huracán Irma en 2017, lleva su nombre.
Tras la muerte de su padre, Alberto Jordán Morera, quien tenía entonces 12 años de edad, asistió junto a su madre, Tula Morera, a los actos que el Gobierno organizó en memoria del fallecido y de la guerra africana.
Tula Morera murió de cáncer hace varios años. Desde entonces, la soledad, las penurias en cuanto a medicamentos, alimentos y demás problemas materiales y espirituales que sufren los cubanos, empeoraron la situación de Jordán Morera. En varias ocasiones habló públicamente de quitarse la vida. Una vecina de su edificio, Hilda Hernández, dijo que en una ocasión lo intentó: dejó abiertas las llaves del gas de su apartamento, pero los vecinos pudieron evitar la tragedia.
Aunque a Jordán Morera no le faltó la clorpromazina que necesitaba para su enfermedad, su estabilidad emocional era precaria.
De joven, impartió clases privadas de idioma inglés para subsistir junto a su madre, retirada y enferma. Luego, los ingresos personales mermaron y quedó a merced de una insuficiente pensión estatal.
Carmen Morera, única tía materna que le sobrevive —además de un hijo que tuvo siendo aún adolescente—, y quien se encontraba a cargo de Jordán Morera últimamente, dijo que hizo "varias gestiones para que lo ingresaran" en una clínica especializada de difícil acceso (para el cubano de a pie), ubicada en el municipio de Placetas, pero solo recibió por respuesta el silencio de las autoridades a las que apeló.
Su sobrino —relató— estaba desesperado por abandonar el sector psiquiátrico conocido como "Área 9" del Hospital Provincial Arnaldo Milián Castro, donde "se sentía empeorar cada minuto".
Carmen Morera creía que ser hijo de un héroe internacionalista muerto con 31 años y que había sido en vida dirigente del INDER, tendría algún peso a favor de su sobrino.
A finales del pasado año, la mujer decidió, por su cuenta, llevarlo de vuelta a casa, dadas las dificultades para viajar a verlo en medio el empeoramiento de la crisis económica y la pandemia de Covid-19.
Siguiendo la costumbre de ignorar a quien se quita la vida, al sepelio de Alberto Jordán Morera no asistió representación política alguna ni autoridad del territorio. Tampoco hubo pésames oficiales.
otra victima del castrismo
Pobre hombre ya descansa en paz de todos sus sufrimientos.
QEPD ...