El Fondo de Arabia Saudita para el Desarrollo vuelve a financiar obras públicas cubanas a través de préstamos millonarios. En esta ocasión fueron invertidos 40 millones de dólares en la rehabilitación de la planta potabilizadora de agua de la ciudad de Camagüey, según reportó Prensa Latina.
Se prevé que la ejecución de la obra termine en marzo del 2021, fecha en la que la planta comenzará a procesar 1.800 litros de agua por segundo, lo cual la hace la de mayor capacidad del país.
Desde hace una década, el Gobierno cubano ha aceptado diferentes préstamos del Fondo Saudita para el Desarrollo. El primero de ellos fue otorgado en el 2010, según la revista Cuba Económica, para la rehabilitación de hospitales maternos. En el 2013, acordó otro préstamo de 30 millones de dólares para la rehabilitación de la red hidráulica de La Habana. Poco después de este acuerdo, la embajada del Reino de Arabia Saudita inauguró una nueva sede de su embajada en la Isla.
Para el 2016, Cubadebate informaba de cuatro proyectos en marcha de un monto total de 122 millones de dólares prestados. Al año siguiente, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba dio cuenta de un préstamo de 26 millones de dólares del Fondo Saudita para invertir en el Programa de Rehabilitación de Obras Sociales llevado a cabo por la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana.
En el 2019, Bandr Al Harbi, director regional del Fondo Saudita para el Desarrollo, realizó una visita oficial a la capital cubana con motivo del 500 aniversario de la ciudad. En esa ocasión fue recibido por Ricardo Cabrisas, actual viceprimer ministro de Cuba, con quien acordó seguir el programa de préstamos para obras públicas.
El Fondo Saudita para el Desarrollo tiene entre sus funciones el financiamiento de proyectos en países de bajos ingresos a través de préstamos concesionales. También financia operaciones vinculadas a entidades extranjeras interesadas en importar bienes y servicios no relacionados al petróleo del Reino de Arabia Saudita.
Por su parte, el Gobierno cubano trata de sostener la economía del país a golpe de deudas y no de producción. La situación actual, en este sentido, es extremadamente grave, pues no ha sido capaz de pagarle al Club de París en los plazos previstos, pese a la condonación de la mayor parte de la deuda, los intereses y las multas que pesaban sobre la Isla.