El rey de España, Felipe VI, recibió este miércoles durante una hora el bastón de mando que simboliza la autoridad regente de la ciudad, de parte de las autoridades del Gobierno de La Habana.
El rey, acompañado por la reina Letizia y ataviado con una guayabera, recorrió distintos sitios de interés históricos de la capital e intercambió obsequios con las autoridades locales.
El monarca español recibió como regalo una réplica en bronce de la Giraldilla, símbolo de La Habana, que lo distingue como huésped ilustre e hijo adoptivo de la ciudad, de manos de Reynaldo García Zapata, presidente de la Asamblea Provincial del Poder Popular.
Los reyes, en retribución, obsequiaron a las autoridades cubanas con un repostero o tapiz con el escudo de La Habana, elaborado por la Real Fábrica de Tapices de España. De acuerdo con el diario español La Vanguardia, de todos los regalos de cortesía que los reyes han entregado en sus anteriores visitas de Estado, este es el más valioso por la dificultad del trabajo y la calidad de la tela y los bordados.
En el interior del Palacio de los Capitanes Generales, eje del poder colonial español en Cuba, el rey visitó el trono que aguardó infructuosamente la llegada de un monarca español a la Isla.
En 1999, durante la visita del rey Juan Carlos a La Habana para la Cumbre Iberoamericana, Fidel Castro intentó que el padre del actual monarca se sentara en el trono. El rey le contestó entonces que aquel trono representaba la soberanía del pueblo español y era a todos los españoles a quienes tendría que invitar a sentarse, recordó la publicación.
En el propio Palacio, Felipe VI impuso la Gran Cruz de la Orden de Carlos III a Eusebio Leal, historiador de la ciudad de La Habana, quien los acompañó durante todo el recorrido a pesar de su visiblemente deteriorada condición de salud.
El reconocimiento es otorgado a aquellas personas que se hayan destacado por sus buenas acciones en beneficio de España y la Corona. Es, de hecho, la más distinguida condecoración civil que se concede en España.
Al finalizar el recorrido de alrededor de una hora, Felipe VI devolvió a Leal el bastón de mando que portó.
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