"Jamás imaginé que parecer cubana por ser negra podría generarme tanta humillación", así resumió la estilista y youtuber colombiana Cirle Tatis Arzuza los diversos episodios de racismo y sexismo que sufrió durante un viaje turístico que la llevo a diversas ciudades cubanas.
De acuerdo con la denuncia de la emprendedora, cuya labor promocional difunde el cuidado del cabello rizo y el orgullo de los valores de la afrodescendencia, esas situaciones las padeció en lugares tan distintos como un hostal en Viñales, Trinidad y un hotel Meliá de la cayería norte y otro de La Habana.
En Trinidad, refirió, percibió cómo "gente que al verme agarrada de la mano de Mario, mi novio, un hombre blanco, no podía dejar de vernos e incluso de burlarse. (...) ignoré y lidié durante toda nuestra estancia con la mirada casi que acusadora y excavadora que se desvanecía ante mis ojos cuando me preguntaban de qué parte de Cuba era y yo respondía que era colombiana. Era como si con decir que no era cubana, me hacía merecedora de un mejor trato."
En un hotel cinco estrella de Meliá en Cayo Guillermo, aseguró, "el lugar más intimidante fue el restaurante. Los meseros daban un trato cordial a los hombres blancos en la mesa, a mí y a la acompañante de nuestro otro amigo —él blanco, ella negra— nos trataron con desdén, y mucha descortesía. Yo estaba ahí pagando exactamente lo mismo que ellos, hombres blancos y europeos, pero yo no merecía un trato digno. Ni un solo día fue diferente."
Arzuza terminó quejándose de la situación con el gerente del hotel, "un tipo de unos 33 años, blanco, español. (...) Aproveché y le mencioné sobre las cucarachas que vimos en la comida en el buffet y en el bar, y las condiciones generales de deterioro del lugar. (...) 'No todas las negras somos cubanas y no todas las cubanas con un hombre blanco al lado son putas. Y aún siéndolo, merecen un trato digno y respetuoso', le dije", refirió en su extenso testimonio, publicado en el muro de Facebook de su empresa.
"Un día necesitábamos ir a cambiar euros y nos dijeron que en un hotel lo hacían. Llegamos al hotel y preguntamos al guardia y él responde mirando a Mario: "aquí solo se le cambia a clientes, pero como tú eres turista llega a la recepción a ver si te hacen el favor". Nos agarramos y nos dispusimos a entrar, y el señor dice: "no me has entendido, si vas con ella no te los cambian, ve tú que eres el turista". Mario me mira rápidamente como cuando no entiende algo que le dicen en español. Yo no le traduzco ni nada, lo cojo de la mano y le digo al guardia que si yo no entro entonces no entra ninguno de los dos. Y nos fuimos de ahí."
Posteriormente, cuando decidió contar sus inquietudes a un grupo de periodista cubanas que la entrevistaron, estas le confirmaron sus sospechas: "En Cuba si eres negra y vas con un hombre blanco, la gente crea una prostitución imaginaria en su cabeza en la que el blanco es tu salvador y tú su puta".
"Con nada de lo escrito estoy diciendo que todos los cubanos son así, ni estoy ignorando la calidez y todo el amor que recibí de parte de otras personas y de mis seguidores durante el evento que tuvimos en Casa África, pero lo cuento porque creo que es necesario empezar a aceptar que tenemos en América un problema de raza, de clase y un problema machista también", puntualizó en su post.
"Trascender y hablar mas allá del pelo, empezar a hablar de derechos y de dignidad, del racismo estructural que opera en nuestros países, de la desigualdad social que se apoya en imaginarios raciales para mantener a unos arriba y a otros abajo, es urgente", concluyó.
Entre los foristas, varios cubanos ofrecieron sus propias experiencias de discriminación. Solangel lamentó: "lo más triste es saber que en tu propio país exista un mejor trato para turistas que para los nativos y eso todo cubano lo sabe y lo ha sufrido, pero la mayoría de las veces somos entre cubanos los que nos maltratamos y hacen comentarios racistas como si fuera un chiste."
Mientras, Shirlene Vega refirió: "A mí me pasó lo mismo, recuerdo que caminaba por el Meliá en Varadero y el tipo no me dejaba seguir caminando por la orilla de la playa... ¡¡Hasta que vio que era extranjera!! ¡Mi experiencia en Cuba no fue la mejor! ¡Tanto que decidí no volver!"
Silvia Nápoles Valdés aseguró también: "A niveles de Gobierno no se toca el tema de esa discriminación. No se habla, Cuba es socialista y sería una contradicción aceptar ese tipo de racismo. Es cierto que muchos se han ido del país casándose con extranjeros por mejorar su economía y otros se han prostituido. Pero ya es hora de que los cubanos que tenemos relaciones interraciales no nos quedemos callados y exijamos que se nos trate como a todos y a los que viven en Cuba que toquen esos temas en sus reuniones de trabajo."