Este 12 de junio cumple su condena de 30 años de cárcel el exgeneral Patricio de la Guardia Font, uno de los procesados en el Caso Ochoa, por el cual en el verano de 1989 fueron fusilados en La Habana el general Arnaldo Ochoa y el coronel Antonio de la Guardia, hermano de Patricio; el capitán Jorge Martínez y el mayor Amado Padrón.
El lunes pasado el escritor Norberto Fuentes escribía en su blog: "Patrick, a unos escasos dos días de cumplir sin sosiego ni piedad una condena de 30 años, es un testigo de excepción de la experiencia. ¿Hasta dónde alargarán su sufrimiento? ¿Hasta dónde Raúl Castro va a permitirlo? Estamos a punto de saberlo. El próximo día 12 de junio lo sabremos".
En la misma causa por cargos de narcotráfico, corrupción y vínculos con el cartel de la droga de Medellín en la que fue sentenciado Patricio de la Guardia, un tribunal militar enjuició a otros 13 altos oficiales de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) y el Ministerio del Interior (MININT).
Patricio fue acusado de "complicidad" con los oficiales vinculados a las operaciones ilícitas de drogas, aunque no participó en su ejecución. El fiscal del caso, el fallecido general Juan Escalona Reguera, dijo que no pidió la pena de muerte para Patricio porque no tuvo relaciones con el narcotráfico, "aunque sí conocía la conducta de su hermano".
Este miércoles, Fuentes menciona algunos detalles de condiciones impuestas y el término de la sentencia del exmilitar.
Hace cuestión de año y medio, en 2017, los oficiales a cargo se presentaron en la casa de Patricio de la Guardia, donde este cumple su libertad condicional, "y le dijeron que, efectivamente, estaba a punto de extinguir su condena, pero que él debía saber que nada iba a cambiar, y enfatizaron: Que todo seguiría igual. Que él debía saber, o que debía comprender", dice Fuentes.
Para el escritor se trata de "un matiz, pero importante en los procesos represivos cubanos. Saber tiene un tono implícito de amenaza. Pero cuando comprendes, están apelando a tu complicidad y de alguna manera a tu inteligencia (…) Parece en todo caso una versión de la frase emblemática de El Gatopardo, 'cambiarlo todo para que todo siga igual'. Pero con una enorme carga de cinismo y como expresión de un poder omnímodo, aplastante, indolente".
Pero "la cosa no paró ahí", según Fuentes. "A los pocos días se presentaron en el (...) domicilio un coronel y una mayor de la Fiscalía Militar y le dijeron a Patricio que para ir 'abreviando las cosas' y, al final de la jornada, 'hacer los procedimientos más fáciles', que le convenía firmar la límpida carta (…) en se comprometía, en ningún momento posterior al término de su sentencia, a solicitar su salida del país, y por lo tanto renunciaba desde ese momento a efectuar ningún trámite para la obtención de un pasaporte".
"El general debía entender que, si viajaba al extranjero, todo lo que dijera iba a ser tomado como un hecho, no importa si fuese verdad o mentira. Todo el mundo le iba a creer a él" y firmó.
De acuerdo con el autor de Condenados de Condado, "todo el tiempo que lo han mantenido en libertad condicional, la forma de dirigirse a Patricio ha sido la de 'general'".
"Así pues, la hora de la verdad es hoy 12 de junio de 2019. Lo es si tomamos como fecha de término el día de la detención, 12 de junio de 1989, y no el 7 de julio, que fue la fecha que se dictó la sentencia", añade Fuentes.
El periodista aclara que en la vivienda de Playa donde reside De la Guardia "en principio no esperan nada".
Un factor a tomar en cuenta es el económico, dice. "Cerrarle todas las vías de ingreso, para hacerlo dependiente de algunos parientes que ellos (el régimen) puedan controlar".
Según Norberto Fuentes, "Patricio ha estado ganando dinero con sus pinturas (…) Sobre todo, es apetecido y cortejado por coleccionistas extranjeros. Incluso hay uno americano que considera a Patricio como 'el más grande pintor cubano'. Pero estos dealers y mecenas están siendo retenidos a su salida por el aeropuerto de Rancho Boyeros y las obras de Patricio decomisadas. Y sin explicaciones".
"Ya he dicho que sus carceleros nunca pensaron que iba a llegar con vida a los 30 años cuando lo arrestaron en la oficina del general Pascual Martínez Gil. Patricio, sin embargo, ha llegado a la fecha con vida y con una espléndida capacidad creativa. No era lo que calcularon cuando lo visitaron las dos comisiones. Lo que planearon entonces fue 'dormirlo', 'marearlo', entretenerlo en fin, durante dos años más, seguros como estaban de que antes de esa fecha improbable el corazón del general no aguantaría más y él 'se iría del parque'", escribe Fuentes.
El escritor explica que estos "son todos los elementos de juicio" que ha logrado reunir, casi siempre a través de crípticas conversaciones vía WhatsApp con sus amigos.
"Se trata ahora de esperar. En lo adelante la vida de Patricio va a ser la de un ciudadano cubano común. Un ciudadano común, claro, pero al que le mantendrán la cola de chequeo a donde quiera que se dirija y la obligación de informar de cualquiera de sus planes y movimientos. Cambiarlo todo para que todo siga igual. ¿Usted entiende eso, general?", concluye.
