La semana que culmina deja una marca sangrienta en las carreteras de Cuba: once víctimas mortales en apenas tres accidentes de tránsito.
La madrugada del domingo, uno de los accidentes masivos más mortíferos en lo que va de 2019 causó tres fallecidos cuando un automóvil invadió la senda peatonal del Malecón de La Habana y atropelló a decenas de transeúntes.
El suceso dejó también más de una veintena de heridos, uno de los cuales falleció el lunes mientras era intervenido quirúrgicamente, y otro el martes, también en el hospital.
En un segundo accidente masivo, tres personas murieron el lunes en las cercanías de Cabonico, localidad rural del municipio Mayarí, Holguín, al impactar un ómnibus de pasajeros contra un jeep.
Un segundo accidente ocurrió el mismo lunes en la tarde, cerca del poblado de Cautillo, provincia de Granma, cuando otro ómnibus de pasajeros impactó contra una ambulancia, aunque en ese caso no se reportaron fallecidos, pero sí dos heridos.
El tercer accidente mortal, que causó otros tres fallecidos, ocurrió el jueves en el kilómetro 291 de la Autopista Nacional, en las cercanías de Placetas, provincia de Villa Clara.
En esa ocasión, colisionaron un auto marca Moskovich del Ministerio de la Agricultura de Sancti Spíritus y un panel de la empresa AZCUBA de Holguín. El siniestro dejó también cuatro lesionados, uno de ellos en estado muy grave y con peligro para la vida.
En 2018 se registraron en Cuba 10.070 accidentes, que provocaron 683 muertos y 7.730 heridos, con una frecuencia promedio de uno por cada 52 minutos, según datos de la Comisión Nacional de Seguridad Vial.
Aunque esa cifra supone una pequeña reducción con respecto a 2017, el país arrastra un alto índice de siniestralidad atribuido, entre otros factores, a la avanzada edad del parque móvil (la mayoría de los vehículos en circulación tienen más de 20 años, y muchos, más de 60) y al mal estado de las carreteras por un mantenimiento deficiente.
Entre las principales causas de los accidentes, la Comisión Nacional de Seguridad Vial identifica los adelantamientos indebidos, el no prestar atención al control del automóvil, la violación del derecho de vía, los excesos de velocidad, la conducción bajo los efectos del alcohol y los desperfectos técnicos.
De esa manera, las estadísticas evitan colocar entre las causas principales el estado ruinoso de las vías y la falta de señalizaciones, así como el estado de los vehículos que circulan en Cuba, muchos de ellos con más de 60 años de explotación y en condiciones técnicas inadecuadas.
Por ejemplo, el automóvil Mercury de 1952 que protagonizó el atropello masivo del domingo en la madrugada tenía, según el informe preliminar de la investigación, deficientes los frenos en las ruedas delanteras. Los peritos del caso descubrieron "grasa seca en las bandas y huellas de fricción no uniformes en las tamboras", aseguró Jesús Aguilar Hernández, jefe de sección de tránsito de la División de Investigación Criminal de Operaciones.
Ese auto, además, no pasaba por una inspección técnica desde 2007. El individuo que lo conducía había tenido cinco suspensiones de la licencia de conducción hasta 2014.
Puesto que carreteras pertenecen al Estado cubano como único propietario, las cifras crecientes de pérdidas de vidas humanas hablan del poco respeto por la vida humana que muestra un Estado tan despreocupado de las infraestructuras del país. Y al riesgo que corren quienes tienen que hacer uso de ellas para trasladarse.