La secretaria de Gobernación de México, Olga Sánchez Cordero, calificó de "flujo inusual" el tránsito de más de 300.000 migrantes por ese país en los últimos tres meses, muchos de ellos procedentes de Cuba, y que tienen como propósito llegar a Estados Unidos.
Por instrucciones del Presidente del @GobiernoMX, @lopezobrador_, informamos sobre el estado que guarda la atención a las personas migrantes de Centroamérica y de otras nacionalidades del mundo, en el sur de la frontera de México. #NuevaPolíticaMigratoria@SRE_mx@INAMI_mx pic.twitter.com/LmDeoIpleZ
— SEGOB México (@SEGOB_mx) April 23, 2019
En conferencia conjunta con el canciller Marcelo Ebrard y el comisionado del Instituto Nacional de Migración, Tonatiuh Guillén, la funcionaria destacó que "hay un cambio en el flujo migratorio que está entrando en nuestro país permanentemente."
Guillén, por su lado, dijo que en la frontera sur se tiene el registro de 1.000 cubanos en Chiapas, que están judicializando su proceso de estancia en México.
Además de esa cantidad, "hay más de 2.000 cubanos en Ciudad Juárez", aseguró el funcionario, según el reporte del diario Milenio.
Acerca de la tendencia migratoria, Guillén indicó que "tiene tres años en curva de ascenso y el resultado es que ahora en Tapachula llevamos 1.309 personas en el albergue que se abrió. Son de lo más diversas esas poblaciones, África, Asia, Brasil, pero forman parte del reto que tenemos en Chiapas y en ciudades fronterizas del norte".
Agregó en su informe que, dentro de ese flujo, "creció la proporción de mujeres y menores de edad; antes el flujo era hombres jóvenes, hoy tenemos un composición inédita de mujeres y niños".
"Estamos haciendo todo lo que está en manos del Gobierno Federal para atender a estas personas migrantes y brindarles atención humanitaria, lo que pedimos es que ellos contribuyan con dos elementales conductas: primero, respetar nuestras leyes y a nuestras autoridades y, segundo, aceptar su registro como precondición para decidir su calidad migratoria en el país", dijo.
Acerca de las críticas de los últimos días tras arrestos y acciones de la Policía contra caravanas y migrantes, el presidente Andrés Manuel López Obrador precisó que el Gobierno Federal no quiere que los migrantes centroamericanos tengan "paso libre" por México por cuestiones de seguridad, para evitar asesinatos en los estados del norte.
Descartó que exista un cambio en la política migratoria o presión por parte de la administración estadounidense para vigilar o detener a los centroamericanos. Afirmó que la detención de más de 300 migrantes en Pijijiapan es, "después de mucho tiempo, el primer incidente de este tipo".
Comentó que además se está ofreciendo por primera vez ayuda humanitaria, alimentación, atención médica y seguimiento permanente hasta la frontera. "No queremos que tengan libre paso no solo por cuestiones legales, sino por cuestiones de seguridad. Desgraciadamente en el norte hemos tenido problemas de asesinatos de migrantes en otros tiempos y no queremos eso. La violencia mayor la tenemos en estados del norte y preferimos atender a la población migrante de Centroamérica en el sur-sureste", agregó el mandatario.
No obstante, México repatrió 15.000 migrantes en el último mes, admitió Tonatiuh Guillén, aunque no aclaró a qué países fueron devueltos. Agregó que 11.800 fueron deportados en las primeras tres semanas de abril, cuando en el mismo mes del año pasado fueron solamente 9.650.